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—¡Mikey, dile a Baji que deje mi cabello! —Lloriqueé.

—No, tú me hiciste trenzas, ahora te aguantas. —Dijo y jaló con más fuerza.

—¡Aaayyy! —Chillé. —¡Pero yo no te jalé feo!

—Calla. —Gruñó y agarró su liga para amarrar mi cabello.

—¿Qué me hiciste? —Hice puchero, los gemelos se estaban riendo y Mikey estaba tomando fotos.

—Un bonito moño que parecen orejas de Minnie Mouse. —Dijo divertido pasándome un espejo, me miré y me sorprendí.

—Orale, si cambio si me peino. —Dije sorprendida. —¿Me peinas más seguido?

—Olvidalo, era mi venganza Spanky. —Dijo y me dio un sape.

—¡Mikey regañalo!

Después de la pelea contra el Valhalla, como se había querido, Baji regresó a la Toman. Pero con él también vinieron los del Valhalla para unir fuerzas con la Toman.

Estuvo algo raro la verdad. Pero Kisaki y Hanma están en la Toman.

—Kanu, ¿Quieres ser parte de la Toman? —Preguntó de repente Mikey.

—¿Por qué tan de repente? —Me reí sobándome la cabeza.

—Bueno... creo que tienes lo necesario para ser parte de nuestra pandilla, eres fuerte, y darías la vida por uno de nosotros.

—Por mucho que me agrade, tengo que rechazar su oferta. —Dije divertida. —No me puse en medio de Kazutora y Baji porque quisiera salvarlo y así unirme a su pandilla. Me salió del alma querer ayudar.

—Pues entonces piénsalo, serías de mucha ayuda. —Dijo Smiley.

—Tengo hambre. —Dijo Baji.

—¡Safo! —Exclamaron todos.

—Kanu acompañalo, y evita que golpeé a alguien o incendie algo. —Dijo Mikey riendo.

—Aish, vamos pues. —Bufé levantándome.

Los dos fuimos a buscar algo que comer, porque yo también tenía hambre.

—Kanu, ¡Corre!

El imbécil había tocado un timbre por lo que nos echamos a correr.

—¡Imbécil avísame! —Exclamé trepandome a su espalda.

—¡Ah, estás gorda! —Y nos caímos.

Cuando estábamos tirados, los dos nos miramos y nos empezamos a reír.

—¿Quieres unos elotes? Yo invito. —Dijo Baji levantándose y ayudándome.

Los dos fuimos al puesto más cercano, pedimos y nos pusimos a comer.

—Una palabra de que yo te invite un elote, y mañana no amaneces. —Gruñó con una leve sonrisa.

—Ay si, me das mucho miedo. —Viré los ojos divertida y le di una mordida al elote. —El amor, es como un elote, a veces te toca tiernito y otras veces duro.

—¿Todo bien en casa? —Rió.

—Lo vi en un programa, y quería hacerlo. —Me reí pero se me atoró un pedazo y comencé a toser.

—Te apuñalan pero no mueres, y ya te vas a querer morir con un elotito, ¿Quien entiende a las mujeres? —Se quejó hacia el cielo.

Cuando pude revivir de los muertos le solté un sape a Baji y me eché a correr por mi vida.

—¡Perdoname la vida!

—¡Me tiraste mi elote culera!

—¡Te compro otro!

—¡Chinga tu madre!

°°°

—¿Y ustedes por qué vienen todos mugrosos? —Cuestionó Mikey de manera indiferente.

—Baji quiso jugar a ser un puerquito y se tiró al lodo. —Sonreí inocente.

—¿Ah? ¡Tú me lanzaste al lodo!

—Kanu, quiero hablar contigo. —Dijo Mikey y yo asentí yendo hacia él.

Nos alejamos de los demás y entonces yo lo miré curiosa.

—¿Por qué no eres conmigo como eres con los demás? —Preguntó.

—¿Eh? ¿Y como soy con los demás?

—Eres... Muy libre, no te da pena hacer o decir las cosas, pero conmigo como que guardas la compostura o algo así.

—Oh, es que a ti te veo como alguien de mayor nivel, no como a un señor, sino que... Eres como mi superior, mi jefe, mi líder, ¿Sabes?

—¿En serio? —Ladeó la cabeza con una sonrisita.

—Si, por eso a veces me da miedito decir algo. —Reí.

—Pues no te preocupes por eso, tenemos la misma edad, así que comportate como quieras conmigo.

«Qué propuesta más indecente, me encanta

Volvimos con los demás y seguimos hablando, pero Baji como que le había gustado molestarme.

—Te voy a partir tu madre si me sigues picando la mejilla. —Amenacé.

Baji me dio una mirada de: no me importa y volvió a picar mi mejilla.

Giré mi cabeza rápidamente y le mordí el dedo, él se quejó pero yo apreté más mis dientes.

—¡Maldita piraña! ¡Sueltaaaa!

—Soy una pidaña, ña ña ña. —Reí recordando la película de Nemo.

Y por alguna razón ellos soltaron un chillido algo agudo para mis oídos.

—¿Ah qué demonios les pasa? Ridículos. —Gruñí.

A lo lejos venía Draken con Emma, pero ya no hice caso, no era para mí y ya. Pero aún así no evitó que hiciera una mueca.

—¿Quieres ir a incendiar autos conmigo? —Propuso Baji levantándose.

—¿En serio? —Reí divertida parándome a su lado.

—O si no pateamos a los ciclistas, ven. —Dijo y los dos comenzamos a caminar juntos.

Cry For Me [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora