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—Ya nos vi en el futuro. —Habló Mikey comiendo un helado. —Estaremos casados, con cinco hijos, dos gatos porque sé que eres más de gatos que de perros, sacaremos nuestra casita de Infonavit y... ¿De que te ries mamona?

—Es que... —No podía dejar de reír. —Que bonito que pienses así, apoyo esa gran idea.

—¿Verdad que si? Pero yo escojo la casa, porque vas a querer una de grandes lujos y no quiero que la pagues tu, porque yo seré el hombre de la casa. —Me encantó la pose que hizo, hasta el pecho infló.

—Ay que lindo. —Chillé con ternura. —¿Entonces cinco hijos? Pero no es justo, yo voy a ser quien va a parir.

—Bueno, podemos tener los hijos que tú quieras, y esperarnos hasta cuándo te sientas segura.

Sonreí emocionada y lo abracé por encima de la mesa, después repartí besitos en toda su cara haciéndolo reír.

—¿Sabes que va a ser lo malo de tener hijos? —Preguntó frunciendo el entrecejo.

—¿Qué?

—Que cuando pida mi menú infantil, se lo van a dar a los chamacos. —Bufó cruzandose de brazos, volví a reírme.

Mikey comenzó a jugar con el collar que me había regalado, era una cadenita con un ojito azul en el centro, según él para que no me echaran ojo.

—Te propongo algo, amorcito. —Me dijo y yo me puse colorada. —Tu y yo... Nos casaremos en doce años.

—¿Por qué en doce...? Oh ya entendí. —Reí. —Takemichi, claro.

—¿Sabes lo de Takemichi? —Preguntó confundido.

—No es como que él me lo haya dicho, pero si lo sé. —Asentí. —La cosa es que yo también tengo conexión con el futuro.

—¿Cómo es eso?

—Bueno, yo no viajo como lo hace Takemichi, yo tengo una conexión con mi yo del futuro, podemos hablar, y ella puede ver a través de mis ojos y escuchar.

—¿Entonces...? ¿Cuando tú...? ¿Tu salvaste a Baji y a Emma?

—Si, así como Takemichi salvó a Draken.

Mikey saltó literal por encima de la mesa y me abrazó con fuerza.

—Gracias, en verdad gracias. —Dijo apretándome contra él. —Aún si eso significó que Jin ya no estuviera, te lo agradezco mucho.

—No te preocupes, ellos también son mis amigos. —Sonreí acariciando su cabello.

—Kanu, voy a disolver a la Toman. —Dijo y yo lo miré shockeada.

—¿Por qué? —Pregunté tratando de procesar esa información.

—Takemichi... mencionó que en todos los futuros o en su mayoría, habían muertes por culpa de la Toman, así que... creo que es lo mejor.

Confírmame esto.

«Afirmativo pareja, la mayoría murió, o estaban en malos pasos.»

—¿Y tú estás bien con eso?

—Si, quiero que cada uno haga lo que más les haga feliz, y en la Toman ni siquiera tendrán la oportunidad de pensar en sus sueños, ¿Sabes?

Asentí dándole la razón, como ya estaba a mi lado dejé caer mi cabeza hacia su hombro, y entrelace nuestros dedos.

—Eres un buen líder, siempre buscando lo mejor para todos. —Sonreí. —Me agrada eso.

—Lo sé. —Sonrió y me besó.

°°°

—Y entonces el nuevo diseño quedaría así, ¿Te parece bien? —Pregunté a mi madre.

—Uhm, me gusta pero me asusta, tendremos que generar algún permiso para el uso de este producto. —Señaló.

—No creo que sea tan peligroso, es un peine con una navaja dentro, nadie se daría cuenta.

—Ya, pero si es una persona peligrosa, ¿Y apuñala a todos?

—Uh, tienes razón. —Dije. —También preparé otro diseño, es más como boceto porque no tenía una idea en concreto. Un labial eléctrico, tiene la función de una pistola eléctrica pero en chiquito.

—Oh, ese me agrada más. —Asintió mirando las hojas. —Veré si la siguiente semana está libre producción para que comiencen a hacerlos.

—Genial, voy a ir con Emma y Hina al centro comercial.

Habían pasado algunos meses desde que perdí a Jin, y desde que estaba en una relación con Mikey. Todo había funcionado súper bien entre los dos, salíamos casi siempre o cuando nos daba flojera nos quedabamos en mi casa y dormíamos todo el día.

Cuando llegué al centro comercial, me sorprendió ver a Emma llorando me asusté por lo que corrí hacia ellas.

—¿Qué te pasa? ¿Qué pasó?

—Mikey... Él se volvió loco, comenzó a pelear con todos los de la Toman, se fue de casa y al abuelo casi le da un infarto.

Mi celular comenzó a sonar, era Mikey.

—¿Hola?

—Quiero hablar contigo, te veo afuera de tu casa.

—Pero no estoy... Ya colgó. Chicas, mejor nos vemos otro día.

Tomé un taxi para llegar a mi casa más rápido, y cuando llegué él ya estaba ahí. Tenía moretones por toda la cara, sangraba de su labio y ceja.

—¿Qué demonios te pasó?

—Kanu, quiero terminar contigo.

—¿Qué...? ¿Por qué?

—No me siento a gusto estando en una relación, sólo estuve contigo por lástima, por lo de Ken Ryuguji.

—Mikey, deja de mentir. —Las lágrimas de acumularon en mis ojos. —Estás mintiendo.

—No estoy mintiendo, ya no quiero tener nada que ver contigo, eres una maldita llorona, me desagrada estar cerca de ti, odio todo tu maldito ser.

Fue entonces, que dejé de llorar. Ya no tenía sentido seguir llorando.

—Bien... Si eso crees, ya no tiene sentido. —Me encogí de hombros. —Espero que te vaya bien siendo un cretino.

Me di la vuelta para ir a mi casa, al llegar a mi habitación, no hice nada, sólo me acosté en la cama y cerré los ojos.

Todo fue una mentira, una asquerosa mentira.

Cry For Me [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora