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—¿Qué haces aquí? —Pregunté a Draken.

—Baji me pidió que viniera por ti y me asegurará de que llegarás bien a la escuela. —Dijo señalando su bici y yo me subí, afortunadamente llevaba mallas así que si se me levantaba la falda no habría problemas.

—¿Entonces ya vamos a la escuela?

—No, iremos por Mikey.

—Pero ya es muy tarde.

—Iremos por Mikey, dije.

—Ay que gruñón.

Después de eso nadie dijo nada, en realidad era un poco incómodo después de lo que sucedió.

—Lamento lo de aquella vez, no pensaba que fueras un...-

—No sigas, yo sé que no. —Dije virando los ojos. —Ya lo he superado, y por si no lo notas estoy siguiendo con mi vida.

—Ya, solo quería que supieras que lo lamento.

Para cuando llegamos a la casa de los Sano, ambos entramos. Y de hecho Emma estaba haciendo el desayuno.

«Es muy pequeña para ser la mujer de la casa, ¿No?»

Pues si, pero si ella está de acuerdo no hay nada que hacer.

Pronto Mikey salió de su habitación, con una mantita super mugrosa, la baba hasta la barbilla, los ojos cerrados, y con el cabello completamente alborotado.

—Buenos días. —Dijo somnoliento. —Hola Kenchin... Hola Kanu... ¿¡Kanu!?

Él se echó a correr a su habitación, y pronto se escuchó como abría el agua del baño.

—Uy, deberías venir más seguido. —Dijo Emma. —¿Quieres desayunar?

«Que linda, nos trata bonito aún cuando casi le quitamos a su Draken. Llevemosla a casa.»

—No gracias, comí antes de venir. —Dije con una sonrisa.

Pronto Mikey salió de su habitación bien bañado y cambiado, pero su cabello seguía alborotado.

—¿Kanu, me peinas? —Pidió haciéndome ojitos. Reí pero asentí tomando el cepillo y la liga.

Él se sentó en el sillón y yo me puse detrás de él, cepillé su cabello y luego le hice su típico peinado.

—¿En serio se durmió? —Se burló Emma echando una carcajada que hizo despertar a Mikey.

Ellos comieron mientras yo me quedé en el sillón jugando con mi celular. Cuando acabaron Mikey se fue a lavar los dientes mientras que Draken y yo nos salíamos.

—¿Y los gemelos? —Pregunté. —¿Por qué Baji no mando a los gemelos?

—Porque ellos no iban a estar en su casa, se fueron de viaje con sus padres.

Hubiera preferido que fueran los gemelos.

Cuando Mikey salió finalmente, corrí a subirme con él y nos fuimos a la escuela. Para cuando llegamos era la hora de la comida así que no había problemas.

Me sentía algo extraña estando con éste par, pero ya no había de otra.

—¿Y cuando regresan los gemelos? —Pregunté curiosa.

—Quizás mañana, pero por la tarde, así que volveremos a venir juntos. —Dijo Mikey abrazándome, reí correspondiendole.

«¿En serio el chico no nota que no nos gusta? Pobre, se llevará una mala impresión.»

Silencio mugrosa.

Para cuando el descanso acabo, cada quien se fue a su clase.

Ya estando ahí, nos dijeron que no habría profesor. Me sentía algo extraña, no hablaba con nadie además de los gemelos. De hecho justo ahora todos me miraban raro, incluso decían cosas de mi.

—Solo mírala, no es nadie sin los Kawata.

—Pobre, me da penita verla sola.

—Pues tampoco es muy agradable, ¿No escuchas los rumores de ella?

—¿Cuáles rumores?

—Dicen que ella mandó a asesinar al subcomandante de la Toman, y que también quiso matar a uno de los capitanes.

—¿En serio? No se ve como alguien que quiera asesinar a alguien.

—¿Bromeas? Mi mamá trabaja en un centro psiquiátrico, y ella me dijo que Kanu Yabuki asistía por posible esquizofrenia.

—¿Está loca? Vaya, mejor no hay que acercarnos, no nos vaya a pegar lo loco.

Cerré mis ojos tratando de pensar en otra cosa, pero pronto sentí unas manos tapando mis oídos.

Si lograba escuchar algo, pero no era muy claro.

—Metanse en sus propios asuntos, chismosas nalgas miadas.

Para cuando éste individuo quitó sus manos, se puso frente a mi. Se trataba de Rindo, ¿A poco él estaba en mi clase y yo ni en cuanta?

—No les hagas caso, están celosas. —Dijo divertido. —Ven, no tienes profesor parece.

Me levanté y fui detrás de él, aún sintiendo las miradas detrás de mi.

—No sé quién sea la madre de esa idiota, pero deberías demandarla por invasión a tu privacidad.

—Tienes razón, lo hablaré con mi mamá. —Murmuré. —¿Tú vienes a esta escuela?

—Nop, de hecho vine a buscarte. —Dijo señalando mi bolso en su hombro. ¿Cuándo lo tomó?

—¿Y como para qué? —Ladeé la cabeza aún siguiéndole el paso.

—Bueno, ciertamente llamaste mi atención, sobre todo cuando fingiste ser de la Toman y peleaste con algunos del Valhalla, no pensaba que una chica tuviera tanta fuerza como para noquear a alguien de dos golpes. Y tampoco creí que te sacrificarías de esa forma por uno de tus amigos.

—Pues... Soy prueba de que no debes subestimar a una chica. —Dije burlona. —¿Y a dónde vamos a ir?

—A dar un paseo. —Dijo encogiéndose de hombros.

Sonreí y cuando pasamos al lado del guardia Rindo solo le dio una mirada intimidante y el guardia se metió corriendo a su cabina.

Me agrada.

Cry For Me [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora