Cry For Me [Tokyo Revengers]

21

—¡¿Viste eso?! ¡Le di sus buenas patadas en las nachas! —Exclamé sonriente.

—¿Quieres ver algo mejor? —Sonrió de costado, muy relajado.

Él y Ran apresaron al chico y entonces se escuchó un crujido, para después escuchar el grito del chico.

—¿Cómo puedo hacer eso? —Ladeé la cabeza.

—Uh no, si así eres un peligro, rompiendo huesos serás peor. Eso queda prohibido para ti. —Señaló Ran y yo solo hice un pucherito. —No me hagas esa cara señorita.

—Andale Ran, enséñale a romper unos huesitos, mira su carita. —Dijo Rindo tomándome por los hombros.

—No, ni hablar. —Gruñó. —Vamos a comer mejor.

Hice mis mejores ojos del gato con botas, y Ran solo gruñó.

—Pon atención porque no pienso repetirlo.

°°°

—Kuchaoooo. —Reí doblando el brazo de un chico, lo escuché gritar y luego lo solté.

—¿Ya ves lo que hiciste burro? Es un monstruo imparable. —Dramatizó Ran dándole un sape a su hermano.

—¿Y yo que iba a saber? —Se quejó sobándose la cabeza.

—¡Otro! —Chillé dando saltitos.

—Ya no hay traidores, ni modo, se te acabó el changarro.

—Aish, bueno ahora van ustedes. —Sonreí malévola. Ellos se asustaron, se miraron entre sí y se echaron a correr. —¡Era broma!

Pero ya no los vi, hice un puchero y comencé a caminar por dónde se fueron ellos.

—¿Haitanis? ¿Dónde están?

—A ti te quería encontrar. —Kisaki me tomó por los brazos y me jaló hacia un callejón sin salida. —¿Por qué demonios interfieres en mis malditos planes?

—¿D-De qué hablas?

—Sobre Baji, él tenía que morir, y tú te metiste en medio. —Bramó empujandome hacia la pared pero sin soltarme. —¿Por qué mierda tienes que meterte?

—Yo no sé de qué hablas, así que sueltame imbécil. —Gruñí empujandolo con toda mi fuerza. —Yo ya dejé de estar con ustedes, así que no sé de qué puto plan hablas, y más te vale dejarme en paz o voy a matarte imbécil.

—¡Kanu regresa aquí! —Exclamó cuando me vio comenzar a caminar. —¿Crees que no sé tú plan?

—Ya estás empezando a decir estupideces, yo ya no tengo ningún plan, acepté la realidad, quizás deberías hacer lo mismo.

—¿Entonces debería empezar también por los gemelos esos? Sé que eres muy amiga de ellos. —Dijo y yo detuve mi paso.

Me acerque a él y le di un puñetazo, lo acorrale en la pared con la cabeza hacia ésta y a su vez sujetando sus brazos, comencé a buscar en sus bolsillos y pronto encontré su celular, estaba grabando.

Tiré el celular al suelo y lo aplasté con mi pie, luego lo recogí y lo guardé en mis bolsillos, no me arriesgaría a algo.

A su vez también comencé a revisar el lugar, solo para cerciorarme de que no había nadie espiando.

—No te andes llevando porque no te vas a aguantar. —Dije con una sonrisa. —Perfectamente podría inculparte de algo, sacando pruebas de mi manga, y estarías en la correccional sin ningún tipo de visitas o lo que sea, sabes de lo que soy capaz Kisaki, sabes lo que puedo hacer si se meten con lo mío.

Kisaki sólo apretó la mandíbula y miró hacia otro lado.

—No solo tú tienes influencias, yo también las tengo y las mías son mejores, así que decide. Te metes con ellos y yo te inculpo, o... No les haces nada, y tú sigues con tu estúpido plan del que no tengo ni puta idea.

—Vas a arrepentirte. —Gruñó.

—¿Tú crees? —Me burlé. —Ya me largo, me das flojera.

Y así me fui, pero apenas salí del callejón y giré, me encontré con los Haitani.

—¿De qué hablaban? —Cuestionó Ran con seriedad.

—Cosas. —Dije encogiéndome de hombros. —Me largo, gracias por las enseñanzas, ni en la escuela aprendí tanto.

Cuando un taxi pasó, lo paré y luego luego subí. Afortunadamente las clases se habían acabado así que mi madre no me regañaría.

Para cuando llegué a la casa, ella no estaba.

«Sola con mi soledaaad.»

Silencio, escucho algo.

Comencé a caminar lentito y sin hacer ruido, hasta llegar a mi habitación. Saqué mi celular y marqué al 911.

—Hay un ladrón en mi casa, por favor vengan, la calle es *****.

Luego de que ellos respondieran afirmativamente, colgué y abrí un poco la puerta.

—Y este por aquí... Y por acá... Ese por acullá... No mejor acá, si, acá no se ve.... Kisaki estará orgulloso.

—¡Así te quería encontrar inmunda cucaracha! —Exclamé entrando a mi habitación y desplegando mi bastón.

Hanma pegó un grito para nada masculino y soltó algunos dispositivos.

—¿En qué momento llegaste?

—Yo debería hacer las preguntas imbécil. ¿Qué demonios haces aquí?

—Nada, pasando. —Dijo recogiendo las cosas que había soltado, y rápidamente las guardo en su chaqueta.

—Dame esas porquerías. —Gruñí.

—Ja, obvio no. —Le di un bastonazo en la cabeza y cayó noqueado.

Mientras el ridículo estaba en el suelo, tomé los dispositivos en el cesto de basura, y comencé a buscar los otros que podían estar en toda la habitación, luego de asegurarme que no hubiera ninguno, aproveché a amarrar a Hanma en una silla y esperé a que la policía llegara.

Cuando estuvieron aquí les dije todo lo que había hecho, y se lo llevaron junto a todos los dispositivos para examinarlos.

«Pobre, tuvo la desgracia de toparse contigo.»

Pobres de los que están por venir.

Vengo a compartirles esto, la vdd me dio risa jeje.