06

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—Drakencito, aún me debes una salida. —Sonreí abrazando su brazo. Él bufó cansado.

—¿A qué hora? —Preguntó sin ganas.

—Uhm, ¿Después de la escuela? —Parpadeé rápidamente y él asintió.

—Entonces te veo después. —Dijo alejándose.

Pude verlo irse junto a esa rubia, a ella la trataba muy bien y a mi solo como un maldito estorbo.

—¿Qué te esponja? —Preguntó Mikey abrazándome por la cintura.

—Nada. —Sonreí. —¿Quieres unos Dorayakis? Mi madre finalmente me mandó algo de dinero.

—¡Vamos! —Exclamó feliz. —¿Qué esperas? Corre, corre.

Me reí de su actitud tan infantil y luego de jalarme logramos ir a la tienda, compré unos cinco y se los di.

—¿Quieres? —Preguntó ofreciéndome uno.

—No gracias, no soy mucho de dulces. —Reí.

—Anda, solo un pedacito. —Hizo un puchero.

Tan solo mirarlo de esa forma me hizo desistir, por lo que asentí intentando tomar el dorayaki.

—Yo te lo doy, abre la boca. —Dijo sonriente.

No tuve de otra y abrí la boca, él metió el dorayaki a mi boca, apenas lo mordí él también mordió la parte donde yo lo hice.

Que kreisi.

Regresamos a la escuela, ya habíamos perdido algunas clases pero equis, somos chavos.

Nos quedamos afuera del salón hasta que dio la hora del receso, ahí salieron los gemelos y vinieron hacia nosotros.

—¿En donde piñas estabas? La maestra de inglés puso un examen. —Me regañó Angry y yo hice un pucherito.

—Salí a comprar Dorayakis con Mikey. —Dije señalandolo.

—Ugh, no vuelvas a saltarte las clases. —Gruñó pasando por nuestro lado y yéndose hacia la cafetería.

—Le molesta que no te tomes la escuela en serio. —Dijo Smiley poniendo su mano en mi hombro. —Pero ya se le pasara, esa maestra es bien buenísima onda y te dejará hacerlo, puedes decir que se te hizo tarde.

—Ouh, bien, después iré a verla. —Sonreí.

Mikey abrazaba mi brazo mientras que íbamos a la cafetería, y ya ahí nos fuimos a sentar junto a Angry. Él gruñó pero sacó dos envases de su mochila y me lo dió.

—Ya no te esponjes. —Dije abrazándolo y pellizcando su mejilla. —Fue un desliz, ¿Quen te quele? ¿Quen te quele? Pollooo.

Eso era el único recuerdo que tenía de mi madre cuando me enojaba, no esperaba que funcionará pero él bufó y asintió.

—Ya come. —Dijo abriendo mi envase y dándome unos cubiertos.

—Graciaaas. —Sonreí.

—¡No es justo! ¿Por qué Kanu es más cool con ustedes que conmigo? —Se quejó Mikey inflando sus mejillas.

—Porque la conocemos, literal. —Dijo burlón Smiley.

Lo pateé por abajo de la mesa y él se quejó.

—Yo también quiero conocerte. —Dijo Mikey haciéndome ojitos.

—Y pensar que es el comandante de una pandilla. —Dijo Angry comiendo.

—Callate greñudo. —Bufó.

—Oi Mikey, ¿Por qué no me esperaste? —Preguntó Draken llegando y sentándose a mi lado.

—Estaba con Kanu, y tú con Emma. —Dijo él robando de mi comida, le di un manotazo y le arrebate la comida metiéndola a mi boca. —Ay yo también quiero.

—Kanu no comparte la comida. —Gruñí.

—¿Entonces tendremos una cita después de clases? —Preguntó Draken mirándome.

Me atragante con el pedazo de comida, Mikey se levantó para darme golpecitos en la espalda y luego Smiley me dio un jugo con el cual pude tranquilizarme.

—¿Cita? —Preguntó Mikey con los ojos entrecerrados.

—Si, ella quería que sa... —Le tapé la boca a Draken.

Y no les voy a mentir, me agrada tener mi mano en su boca.

—¿Puedo ir? —Preguntó Mikey.

—No Mikey, es una cita. —Le dijo Angry.

—Puedo ser el mesero.

—Lo siento Mikey, quizás la próxima. —Dije avergonzada.

Luego de regresar a las clases, y de que estas terminarán, Draken y yo nos fuimos bajo la muy atenta y molesta mirada de Mikey.

—¿A dónde iremos? —Preguntó él.

—¡Podemos ir a los juegos! —Sonreí.

—¿Si notas que soy muy alto? Podría atascarme. —Dijo.

—¿Bolos?

—Ninguno de los dos tiene el dinero para entrar.

—Aish, ¿Al Arcade?

—Vamos pues. —Dijo ladeando la cabeza.

Los dos ibamos caminando, pero no hablábamos mucho de... literalmente nada.

—¿Y esa chica... Emma...? ¿Te gusta? —Pregunté.

—¿Eh? —Me volteo a mirar. —¿Por qué preguntas?

—Bueno, generalmente estás con ella y eres... Divertido a como eres cuando estás conmigo. —Murmuré jugando con las cintas de mi sudadera.

—¿Y como soy con ella? —Preguntó algo divertido.

—Eres... muy agradable, la cuidas mucho aunque generalmente parezca que no le pones atención. —Dije amarrando en cadenita las cintas. —Y cuando... cuando estás con ella, parece que no tienes ojos para nadie más.

—Vaya, ¿En verdad piensas eso? —Dijo con diversión. —En realidad, Emma me agrada, pero como una hermana. Aunque, es claro que a ella le gusto. No sabe ocultarlo.

—¿Ah? ¿Y no le has dicho sobre eso? —Pregunté interesada.

—No es de mi agrado verla... triste, ¿Sabes? —Dijo. —Una vez intenté decirle pero, se lo tomó mal, empezó a llorar y Mikey se molestó mucho.

—Oh vaya. —Susurré.

¿Eso significa que tengo oportunidad?

Cry For Me [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora