Cry For Me [Tokyo Revengers]

38 (Extra)

—Atención a todas las unidades, se ha encontrado un sobreviviente del vuelo a Corea del Sur, su nombre es Hanma Shuji. Hasta el momento no se han encontrado más sobrevivientes.

Justo la mañana siguiente a la salida de los amigos de Kanu, por puro churro estaban viendo las noticias.

Cuando todos se enteraron, quisieron llamar a Kanu para verificar que estuviera bien.

La primera en moverse fue Emma, quién salió corriendo de su casa a la casa de Kanu, golpeó la puerta llorando y esperando que aún estuviera ahí, deseando a su vez que ella fuera la que abriera la puerta con su típica pijama de ositos.

Baji llegó al poco tiempo en su moto, fue hacia Emma y la abrazó.

Quizás todos pensaban en lo mismo, ir a la casa de Kanu, pensando que ella todavía estaría ahí. Así que pronto todos se encontraron ahí.

—Ella no puede estar muerta. —Sollozó Hina siendo abrazada por Takemichi, quién estaba algo desorientado porque a veces olvidaba lo que había hecho en días.

—Quizás fue otro avión, siempre salen dos aviones a la misma dirección, ¿Cierto? —Dijo Angry evitando las ganas de llorar.

—Hanma estaba con ella, quizás si averiguamos en donde fue el accidente, podamos dar con él. —Dijo Draken desesperado.

—Sería inútil, el avión cayó en Corea, sería todo un pedo ir hasta allá. —Murmuró Mitsuya mordiéndose el labio.

—¿En verdad ella murió? —Preguntó Emma. —Ella no puede morir.

—Emma... No es por ser mala onda, pero... En verdad ella ya había sufrido demasiado, merecía tener un momento de paz. —Dijo Takemichi y todos empezaron a decirle de cosas.

Después de eso, todos se sentaron en un círculo frente a la casa de las Yabuki, comenzando a contar extrañas anécdotas que tuvieron con Kanu. Fácilmente se hicieron dos horas hablando, cuando les dio hambre pidieron unas pizzas las cuales llegaron ahí y continuaron hablando.

Pero siempre que alguien terminaba una anécdota, las lágrimas se les salían de los ojos a todos.

Por otro lado, el último en enterarse fue Mikey, él... Se volvió loco, se enfureció tanto que ni siquiera Sanzu quiso acercarse a él. En ese momento ocurrió su primer homicidio, pero tras ocultar las pruebas y el cuerpo, siguieron su vida.

Mikey después de ese día recordaba a Kanu como su último momento de paz, como alguien que lo mantuviera con los pies sobre el suelo.

—Kanu esta descansando, y siendo feliz. —Se dijo a sí mismo con una sonrisa y los ojos llenos de lágrimas. —Perdoname amor, perdón por alejarte de esa forma, por mentirte con todo lo que dije... Pero quería protegerte, de mi. ¿Y a que costo? Ya no estás aquí.