Capítulo 20

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Koutarou estampó la frente contra su pupitre desesperado. Durante toda la clase no había podido pensar en nada más. Akaashi le había dado un beso en medio del pasillo, delante de todo el mundo. ¡Cómo si eso no fuera a provocarle un derrame cerebral a Koutarou! Lo más seguro es que se tratara de un accidente. Era la única explicación factible, pero a más vueltas le daba, más improbable parecía. Akaashi nunca hacía nada sin pensar. La duda lo estaba carcomiendo pero no podía hacer nada para remediarlo. Hubiese sido tan sencillo mandarle un LINE a su novio, ¡Pero no! Para Koutarou no existía esa opción.

A veces envidiaba a Mizuno. Akaashi y ella se sentaban uno al lado del otro, pero se pasaban la mayoría de clases enviándose mensajitos. Koutarou nunca había odiado tanto estar en primera fila. Los profes ya le habían confiscado el móvil suficientes veces por lo que le quedaba de vida. Además, luego nunca se lo devolvían hasta que no terminaban las clases de todo el día y, cada vez que tenía que ir a buscarlo a la sala de profesores, acababa llegando tarde a los entrenamientos. Si al menos sus profes pudieran entender que esta vez se trataba de una emergencia, pero tampoco.

–¿Crees que Yukippe me dejará sus apuntes? –preguntó con la mejilla aún pegada a la mesa.

Era inútil intentar copiar los apuntes de Konoha cuando eran un completo galimatías para todo el mundo. Koutarou estaba convencido que a veces lo eran incluso para él. Por suerte, la clase de Yukippe tenía química justo antes que ellos. Sus apuntes los habían salvado en más de una ocasión.

–¿Qué has estado haciendo toda la clase? –Konoha arqueó una ceja al ver la libreta en blanco.

–Akaashi me ha dado un beso delante de todo el mundo –Koutarou murmuró–. ¿Cómo esperabas que me concentrara?

–Cualquiera diría que tendrías que estar acostumbrado a estas alturas –Konoha le dio una palmada en la espalda–. Ni que fuera tu primer beso.

–¡No lo entiendes! ¿Y si se arrepiente? Siempre le da demasiadas vueltas a las cosas.

–¿Cómo estás haciendo tú ahora mismo?

Koutarou gruñó. La idea de ver a Akaashi lo ponía nervioso. Quizá preguntarle directamente no era tan buena idea. Si su novio decidía enterrar el tema, lo mejor que podía hacer era olvidarlo todo como si nunca hubiese sucedido.

Koutarou sabía que era afortunado. No era como si alguna vez hubiese tenido que salir del armario. Sus padres siempre habían sospechado que su hijo no era del todo hetero. Koutarou aún recordaba cuando habían ido a ver X-Men. Se había tirado horas hablando sobre lo geniales que eran Lobezno y Tormenta, incapaz de decidirse por ninguno de los dos y nunca se había llegado a plantear que pudiera ser un problema. Incluso en el instituto, sus amigos nunca habían tenido ningún problema pero para Akaashi era distinto. Su novio había tenido que aguantar demasiado sólo por ser gay.

–Anda, levanta, que te acompaño a buscar a Akaashi –insistió Konoha–. Si no nos damos prisa, no quedará nada en la cafetería que valga la pena.

Koutarou no pudo evitar reír al ver las caras de la gente nada más salir al pasillo. Los rumores a veces podían ser de lo más curiosos. Durante años, todo el mundo lo había considerado un idiota y, de la noche a la mañana, se había convertido en uno de los matones más terroríficos del instituto. No es que Koutarou lo disfrutara exactamente, pero no iba a negar que tenía sus ventajas.

–Son gilipollas –dijo Konoha cuando dos chicos de primero salieron corriendo nada más verlos.

–Por mí, pueden pensar lo que quieran mientras dejen a Akaashi en paz de una vez.

La clase de su novio parecía animada cuando Koutarou asomó por la puerta. Koutarou se quedó mirando extrañado al grupo de chicas que rodeaban el pupitre de Akaashi. No estaba seguro de haberlas visto nunca antes con su novio pero Mizuno no parecía tener ningún problema con ellas.

First LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora