Había pasado ya una semana desde mi extraño sueño, el día de hoy volvería a entrenar. Si bien Kyojuro era mi maestro, últimamente se encontraba muy centrado en algunas misiones que requerían su total concentración. Siendo así que solo había dormido en casa una vez y se fue sin despedirse. Mitsuri por otro lado se había encargado de llevarme desayunos que Iguro-san le preparaba algunas veces y Shinobu-san me llevaba a su finca con el pretexto de "una buena alimentación es esencial para alguien en crecimiento".
Como de costumbre el desayuno fue traído por uno de los Kakushi, quien esperaba tranquilamente en la entrada de la finca. Le agradecí y me senté en las escaleras a comer. No había más que el ruido del viento chocando contra las campanas que adornaban fuera del pórtico. Algunas de las aves que pasaban las escuchaba pelear con mi cuervo, quien siempre se encontraba en la punta más alta del techo. Dejé lo poco que quedaba en la mesa de la cocina y fui a cambiarme. Había recibido uniformes nuevos, pero detestaba usarlos por la dura tela, así que prefería que fueran lavados una vez y después utilizarlos. Mientras eso sucedía busqué en el almacén de la casa de entre todos los uniformes ¿Por qué teníamos todo eso? Nadie lo sabía. Pude encontrar uno de aspecto limpio y buen tamaño. No perdí más tiempo y me lo puse, mientras salía corriendo de la casa poniéndome el cinturón y colocando mi katana, de mi brazo colgaba mi haori y cuidaba que no cayera mientras corría hacia la finca mariposa.
Al llegar a la entrada pude ver a Tanjiro caminar por el pasillo, quien se dirigió a mi extendiendo los brazos con emoción mientras le escuchaba gritar mi nombre. Se detuvo antes de acercarse más y me miró. Sonrió con alegría y solo pude devolverle la sonrisa. Inosuke llegó poco después detrás suya y por lo que parecía iban a su entrenamiento de rehabilitación. No los detuve más y me encaminé al patio a practicar con otro grupo.
Pasaban de las cuatro y poco, el sol casi estaba por ocultarse, el cielo se pintó de colores rojizos y amarillos. Estaba en la orilla del patio respirando con lentitud regulándola cuando pasos comenzaron venir en mi dirección, levantándome con rapidez. Era Tanjiro, podía notar su cansancio y su agobio que tan solo llegar donde yo estaba se dejó caer en el suelo deseando no despertar.
-¿Qué tal el entrenamiento?
-Me duelen los músculos, no puedo moverme más.
-¿Y aún así decidiste venir a verme en vez de ir a descansar?
se sentó sin hacer mucho esfuerzo y me sonrío- quería hablar contigo, hace días que no te veo, además, solo conozco tu nombre y tu olor. Recuerdo haberte visto antes, pero no sabía de donde, por eso estoy aquí -se levantó con dificultad y se sentó a mi lado.
-No recuerdo a un tonto de cabello rojo -dije y después reí-. Creo que nos vimos en la selección final, si no mal recuerdo.
-Claro, eso explica porque te me hacías tan familiar -dejó salir una carcajada nerviosa y se quedó e silencio unos momentos.
Apenas eran entendibles las voces detrás nuestras de aquellos que pasaban por el sendero y en ocasiones quienes se encontraban dentro del edificio. El viento hacía del día un clima fresco, pero el sol aún brillaba con intensidad que podías no resentir el frio aún siendo muy sensible a este. Respiré profundo y dejé soltar el aire, amaba tener momentos como estos donde solo podía dedicarme a disfrutar. Ser un cazador de demonios demandaba más de lo que parece y no quería decepcionar a mi pequeño hermano Senjuro, quien siempre nos esperaba en casa con la ilusión de que le contáramos nuestras aventuras. Por un momento olvidé a Tanjiro sentado al lado mío y giré a verle curiosa. Miré por unos momentos su perfil hasta que me miró de regreso riendo tranquilamente.
-Minako-san...
-Dime Meu -lo detuve antes de que siguiera hablando.
-Me-Meu, Meu-san ¿Regresarás mañana?
-Tal vez me veas molestar durante los próximos 10 días, o hasta que te den de alta. Aún así si necesitas ayuda, no dudes en buscarme. Dudo mucho tener misiones por ahora.
-¿En serio? Bueno, en ese caso, vayamos a una misión juntos cuando me recupere. Desde que te conocí y supe que eras hermana de Rengoku-san he querido saber como es tu estilo de pelea. Además estoy intentando averiguar algo sobre La Danza del dios del fuego.
lo miré confundida por un momento y después miré al frente- no había escuchado hablar de ese tipo de respiración. Nuestra respiración es la respiración de la llama, aunque son similares los nombres dudo mucho que sea la respuesta que esperabas.
no dijo nada más, estaba avergonzado y su cara miraba el piso con un ligero tono rojizo en las mejillas, me levanté de mi lugar y me coloqué frente a él, coloqué mis manos sobre sus rodillas haciendo que me mirara. Acerqué mi rostro al suyo guardando cierta distancia y sonreí. No hizo ningún movimiento y solo nos quedamos así por unos momentos más.
-Meu-san, lo siento, no sabía eso.
-Está bien, cuando mi hermano regrese le preguntaré, deberías hacer lo mismo. Bien, es hora de comer -me levanté y comencé a caminar hacia el edificio en busca de la cocina-. Fue un honor coincidir con usted, Joven Kamado. Nos vemos.
hice una reverencia y me fui dando pequeños saltos dentro de la finca para buscar algo de comer.
Estaba de regreso en casa, hacía unos minutos había anochecido y preferí regresar a dormir a quedarme en finca de Shinobu-san. Podía escuchar a los insectos fuera hacer particulares ruidos. Salí al jardín antes de subir a mi habitación y me dejé caer en las escaleras provocando que mi espada chocara con el escalón atorándose en este. Maldecí por ello y desabroché el cinturón para poder quitarla. Cuando lo logré la lance dentro de casa sin preocupare donde había quedado. Miré por unos segundos el patio con su poca cantidad de plantas, el estanque que habíamos pedido que hicieran y después rogado al patrón que tuviéramos aguas termales recibiendo de los otros pilares únicamente un "¿de dónde rayos sacaremos aguas termales para ustedes?". Mis pensamientos se vieron interrumpidos por el ruido de las hojas chocar con la cerca, giré en esa dirección y miré con cuidado, nuevamente el ruido se hizo presente y con este una ola de viento. Corrí a donde mi espada, desfundándola casi al instante apuntando con la punta al cuello de quien estuviera detrás mío.
-Dame razones para no cortarte el cuello en este instante.
-No hay ninguna, solo hazlo.
miré con recelo y sin soltar la espada, acercando la hoja cada vez más a su cuello y esperando el siguiente movimiento que pudiese hacer para escapar.
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𝙆𝙤𝙞𝙨𝙝𝙞𝙩𝙚𝙧𝙪. (𝙏𝙖𝙣𝙟𝙞𝙧𝙤 𝙭 𝙤𝙘)
Fanfiction1ˢᵗ. 𝘌𝘥𝘪𝘵𝘪𝘰𝘯 [TEMPORALMENTE EN PROCESO DE CORRECCIONES] ⚠ Puede contener Spoilers del Manga. Ser el sucesor más fuerte era tu única meta, hasta que tus planes se vieron drásticamente cambiados por alguien que llegó a curarse a la finca maripo...