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La mañana siguiente una vez más, terminando mis deberes acudí a la habitación de Koinatzu-oiran. Arreglaba delicadamente sus ropas cuando giró a verme. Dejé las cajas que había traído y antes de salir su voz me detuvo. Giré sobre mis talones para mirarle y apoyé mi cuerpo sobre el marco. Ella se rio por mi actitud y después habló. 

—Estás más contenta desde ayer ¿noticias sobre tu hermana?

—Algo así, pude unir algunos puntos que me faltaban, pero nada que no me lleve a algo especifico. 

su cuerpo se levantó de su lugar con tranquilidad y asomó su rostro por la ventana aspirando con profundidad y soltando el aire. 

—Ayer no estabas en tu habitación ¿cierto? —su pregunta me alteró al principio y seguí sin moverme—, no te preocupes, no diré nada. Iba a ir a buscarte porque necesitaba ayuda con algo, pero al no encontrarte preferí no molestarte o preguntar por ti. Eres alguien fuerte. 

—Yo salí un momento a despejar mi mente, estaba algo agobiada. 

—¿Es un chico? —había tomado desprevenidas mis emociones y con un movimiento casi nulo le miré, no sabía que decir, o como actuar. Mis ojos buscaron el objeto más lejano a su mirada y escuché su risa— ¿Es guapo?

—Sí, lo es —por fin contesté con tranquilidad—, lo conozco de no hace mucho, tal vez ya meses. Pero comencé a sentir esto por él hace poco. Todo esto es nuevo para mi, estoy confundida.

Llevé mis manos a mis rostro y ella siguió riéndose por mi actitud infantil. Me abrazó cuidadosamente y colocó dulces nuevamente en una de mis manos.

—Espero que pueda sacarte de aquí pronto. 




La noche había llegado. Estaba en mi habitación pensando las cosas. Estaba tan histérica que los golpes en la puerta me hicieron reaccionar con violencia. Ignorando las cosas que había tirado vi a una de las personas que administraba la casa, esperé una respuesta de su parte solo me indicó que saliera y le acompañara. Bajé las escaleras escondiendo mi cuerpo detrás del suyo, en la entrada estaba Tanjiro, elegante como ayer. Los mechones de su cabello reposaban con cuidado sobre su frente y miraba con tranquilidad el lugar. Le miré sorprendida por unos segundos cuando la voz de la señora que me había llevado ahí resonó.

—Este chico te busca, está ofreciendo un buen precio por ti, así que dejamos a tu voluntad la decisión.

Es un idiota, seguramente gastó su ultimo pago en esto.

—Está bien, lo llevaré a mi habitación —tomé su mano y lo encaminé por las escaleras. Le indiqué que esperara y busqué a la señora de antes. Le dije que estaba bien y que no sintieran preocupación por mi. Aún así me dijeron que si necesitaba ayuda con algo no dudara en hacérselos saber. Regresé y cerré con cuidado la puerta y miré a Tanjiro sentado con comodidad en mi habitación—. Eres un tonto ¿Qué haces aquí?

—Recolecto información, no pienses que, estoy aquí porque tal vez me lo pediste ayer —le miré avergonzarse—, además, quería tal vez, volver a verte. 

—Estamos aquí ahora ¿no? Disfrutemos nuestro poco tiempo de tranquilidad. 

Abrió los brazos mientras me acercaba con cuidado a él, me dejó colocarme entre sus piernas mientras él abrazaba mi cintura y yo encorvaba mi cuerpo para poder recostarme sobre su cuerpo. No me soltó en ningún momento. No quería romper el momento y sentía que cada minuto que pasaba era cada vez más corto. Separó su rostro de mi cuerpo y levantó la vista, sus ojos brillaban sin importar la ausencia de luz y mi corazón saltaba del pecho una vez más. Me acerqué a él sonriéndole con cariño.

—¿Quieres sentarte? Estrás más cómoda —jaló mi cuerpo hacía abajo, provocando que mis rodillas se doblaran, mi cuerpo estaba sobre su regazó y sus pulgares hacían circulas a los costados de mi cintura, aún sobre mi ropa. Esta vez, nuestras respiraciones se mezclaron sin miedo y podía sentir que nuestros cuerpos pedían estar cada vez más cerca.

—Estas loco si crees que te besaré otra vez —bajé mi vista a sus hombros, recorriendo con mis dedos desde estos hasta su cuello y bajando lentamente.

 Sentí su cabeza esconderse entre mis hombros y cerca de mi cuello, podía sentir su cálida respiración y miré hacia arriba por inercia. Ejerciendo más fuerza en el agarré de sus hombros. Los dos nos sentíamos como nunca, podría haberme mantenido así por horas, pero en la puerta se escuchó el ruido de alguien. Sin importarle eso a Tanjiro, besó con delicadeza mi cuello y mi cuerpo pudo sentir escalofríos. Los ruidos dejaron de ser una preocupación cuando nos volvimos a besar. Se separó un poco de mi y me indicó que tenía que irse, cosa que acepté con dificultad. Me abrazó por ultima vez pegando mi cuerpo al suyo con fuerza y salió. 

¿Qué estaba pasando? ¿Por qué me sentía así?



En los siguientes días Uzui dio la orden de que nos fuéramos, Zenitzu había desaparecido e Inosuke dijo haber visto un demonio en la casa donde estaba. Alarmando a todos ahí al salir con su mascara y sus espadas. El demonio que buscamos pronto se comprobó ser una luna superior. Escuchar eso hizo mi corazón detenerse ¿Habrá sido la luna que terminó con la vida de mi hermano? Sus ordenes fueron claramente ignoradas cuando todos nos encaminamos a buscar el escondite del demonio que según Inosuke se encontraban en el suelo.

Comenzamos a mirar a nuestro al rededor buscando una señal que nos llevara a la guarida del demonio, pero no había rastro. Le detuve de seguir caminando y saqué mi espada, enterrándola en el piso múltiples veces y con ella logrando "cavar" una pequeña entrada por la que fue difícil pasar al principio. La vista era horrible. Cientos de personas atrapadas ahí. El extraño listón comenzó a moverse intentando atacarnos, reaccionamos con rapidez esquivando sus ataques y seguido de ello Inosuke soltó un golpe.

—Hey, ten cuidado, podrías lastimar a alguien. 

Vimos a Zenitzu entre las personas y comenzamos a cortar aleatoriamente. Sobre de nosotros se escuchó un estruendo y con él, detrás nuestra se encontraban tres personas mirándonos

—Somos las esposas de Uzui, les ayudaremos a salir de aquí...


𝙆𝙤𝙞𝙨𝙝𝙞𝙩𝙚𝙧𝙪. (𝙏𝙖𝙣𝙟𝙞𝙧𝙤 𝙭 𝙤𝙘)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora