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Había pasado un mes desde la muerte de Kyojuro, con tiempo todos pudimos superar poco a poco dejar de verle andando por ahí con tranquilidad y sobre todo me estaba acostumbrando de nuevo a la soledad de la casa. De vez en cuando Tanjiro, Zenitzu e Inosuke venían a verme y comíamos juntos o simplemente pasábamos el rato. En una de esas veces Inosuke lanzo al estanque a Zenitzu porque quería comprobar que sabía nadar. Tambien Nezuko, la hermana de Tanjiro, venía a jugar conmigo y a que le peinara el cabello, siempre le pedía a Tanjiro que hiciera lo mimo, por lo que tuve que enseñarle como trenzar su cabello.

Regresaba de una misión y tenía herida la pierna, por lo que me encaminé a la finca mariposa y pude ver a Uzui cargar en su hombro a Aoi mientras los chicos le gritaban, corrí con el ardor que sentía y me coloqué frente a todos sin saber exactamente que estaba pasando. Miré a Uzui muy confundida antes de que Tanjiro comenzara a hablar y me explicara que estaba pasando. 

—¡Uzui! ¡Dame a la niña! —le indiqué señalando el piso—, no querrás que te golpee extravagantemente. 

—Bien, pero tú y esos idiotas vendrán conmigo entonces...

Los miré, me veían como tontos, especialmente Zenitzu, pues el uniforme que traía era similar al de Kanao. Cubrí mi cara con mi haori y regresé la vista al pilar del sonido. 

—¿Puedes dejar que me curen la pierna? Después te acompañaré a tu patética misión. ¿Acaso volviste a meterte en problemas con alguien? 

las tres niñas que vivían en la finca ya habían traído las cosas necesarias para curarme y me pidieron sentarme en las escaleras de la finca mientras aguantaba el ardor por el antiséptico. Nadie dijo nada, ni siquiera Uzui, que cuando vio que me estaban curando se dio la vuelta. Mientras Tanjiro se acercó a darme la mano para soportar el dolor. Una vez con la pierna vendada me acerqué de nuevo al pilar. Le miré, me llevaba casi 30 centímetros de estatura si no hacía mal mis cuentas, lo golpee y salí de la finca. 

—Bien, si irán ustedes también es mejor que me sigan. Mi nombre es Tengen Uzui, pero pueden llamarme "El Dios de las festividades", preferiría que se dirigieran a mi por ese nombre. 

Reí por lo bajo y solo me miró con recelo y me coloqué recta nuevamente. 

—Es un idiota —dijo Zenitzu con la expresión cansada— es el Dios de los idiotas.

Inosuke dio un paso orgulloso, colocando sus manos en si cintura y le escuchamos hablar— Yo soy el rey de la montaña.

nadie habló por unos minutos y solo le miramos.

—Eres repugnante —terminó de decir Uzui e indicó que le siguiéramos. Comenzó a correr y al instante perdimos su rastro, segundos después le vimos muchos metros adelante.

Puse los ojos en blanco y me impulsé saltando para ganar distancia y después comenzar a correr. El trio detrás mía comenzó a seguirnos, fue cuestión de tiempo para que emparejarnos el paso sin saber concretamente a donde ir. Por la tarde llegamos a una casa con la marca de las glicinias. Entramos observando al rededor, según había entendido este lugar quedaba de paso y necesitábamos tomar un descanso antes de ir. La buena bienvenida acompañada de alimentos nos hizo sentir cómodos al instante. Uzui por su parte comenzó a darle una lista a una de las personas de ahí, confundida me coloqué detrás de la puerta escuchando lo que pedía y me puse frente a él cuando se encaminó a mi dirección, resopló y no dijo una palabra más. 

Nos sentó a todos al rededor de él para escuchar la misión, infiltrarnos en el distrito rojo y encontrar a sus esposas. Zenitzu hizo un drama debido a eso y le lanzó un paquete de cartas donde explicaban la información acerca del demonio que se encontraba ahí. Todas escritas con mucha cautela y parecía que Uzui solo les recordaba cuidarse, Tanjiro notó esto y me miró como si ambos pensáramos lo mismo. Pasado un rato las personas de la casa trajeron todo lo que anteriormente el pilar había solicitado y lo colocó en el centro mirando a cada uno. Tomó un de los Kimonos y lo lanzó sobre mi. 

—Mina, usarás esto. Tu haori es demasiado corto y demasiado llamativo. 

le miré enojada por lo que había dicho y sujeté con enojo la tela. 

—Ustedes tres vengan aquí.

Salí de una de las habitaciones ya cambiada, doblando con cuidado mi uniforme, cuando miré al trio. No pude contener mi risa y caí al suelo. Todos se veían tan ridículos. No podía imaginar a Uzui maquillándolos de una manera tan horrible como estaban ahora. No dejé de reír por un buen rato hasta que sentí mi estomago doler y mis ojos chillar. 

—Oigan, oigan ¿Quién las maquillo? —me solté a reír nuevamente por sus caras y el enojo de Uzui que según sus palabras "había hecho un excelente trabajo"—

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—Oigan, oigan ¿Quién las maquillo? —me solté a reír nuevamente por sus caras y el enojo de Uzui que según sus palabras "había hecho un excelente trabajo"—. Bien creo que necesitamos ayuda aquí. Ven —tomé la mano de Tanjiro primero—, mientras tanto, Dios de las festividades, limpia la cara de esos dos. 

le dediqué una mirada coqueta y después le pasé algo para limpiarse la cara, mientras esperaba que terminara preparé lo necesario para volver a arreglarle el maquillaje. Me miré apenada cuando le pedí si podía colocarme entre sus piernas para poder tener un mejor control de lo que hacía. Sentía mi cuerpo temblar al sentir sus manos sobre mi cadera. Tanjiro trataba de no moverse demasiado así sintiera cosquillas. Pasé a los labios, dando toquecitos leves con las yemas de mis dedos, pasando suavemente la pintura que estos tenían por sus labios. Podría jurar que eran suaves y a cada toque sentía la necesidad de acariciar estos con el dedo que estaba utilizando para arreglarle el fallido maquillaje que Uzui había hecho. En ningún momento abrió los ojos, pero pude notar una sonrisa salir inconscientemente de él cuando los ligeros toquecitos de mis dedos habían cesado y mantenido el contacto por unos momentos. Dejé las cosas en la mesilla aún sintiendo el fuerte agarre de sus manos sobre mi cuerpo. No quería que esto acabara, así que solo hice a un lado un mechón de cabello rebelde que había caído en su frente por culpa del pésimo peinado que traía. Abrió sus ojos lentamente y observó mi mano despejar su frente y acariciar el sitio de su cicatriz, que como anteriormente hice, seguí una línea imaginaria de como yo la recordaba al estar cubierta por maquillaje. 

nos quedamos así unos segundos más antes de escuchar los reclamos de nuestros compañeros. Sacudí la cabeza reencontrándome con la realidad. Miré las manos de Tanjiro, quien las quitó rápidamente y un sonrojo se hizo presente en ambos. Salí para arreglar a Inosuke y terminando con Zenitzu, para ese momento Uzui había retirado sus accesorios y peinado su cabello. Si no fuera menor, me habría sentido atraída por él. 

Antes de comenzar a caer la tarde nos encontrábamos cerca del distrito que nos había dicho, nos indicó en donde se encontraba cada una de sus esposas. Al parecer al ser 4, uno de nosotros se quedaría con él para ayudar a recolectar información del resto en caso de no poder vernos. La probabilidad de que esa persona fuer a yo era nula, pues apenas entrar varios representantes de diversas casas pidieron información por mi venta. Uzui negó a varios interesados y se dirigió directamente a la casa Tokito. 





Regresé del exilio :D
Oigan ta intenso esto, una disculpa, escritora apenada xd

Les estimo <3.

Froggy.

𝙆𝙤𝙞𝙨𝙝𝙞𝙩𝙚𝙧𝙪. (𝙏𝙖𝙣𝙟𝙞𝙧𝙤 𝙭 𝙤𝙘)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora