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Oigan, oigan, tenemos nueva portadaaaaaa emosion. Bany.

A la mañana siguiente los Kakushi nos esperaban para llevarnos a la villa. Vendaron nuestros ojos, cubrieron nuestras orejas y taparon la nariz de Tanjiro por tener tan buen olfato. Cada cierta cantidad de metros los Kakushi, al igual que los cuervos eran cambiados. Nos tomó dos horas llegar, ignorando que a cada Kakushi Tanjiro les agradecía por su esfuerzo. En ocasiones rozaba mi mano para asegurarse que viniéramos juntos y así saber que estaba bien. 

La villa estaba llena de color, tantos arboles pudieras ver por donde miraras. Haganezuka-san no estaba aquí por lo que nos habían dicho, tendríamos que quedarnos hasta que regresara. Mitsuri-san había ido ya a donde su katana, haciendo que Tanjiro y yo nos quedáramos comiendo solos, con una pequeña Nezuko esperando por el regreso de la chica de cabello rosa y verde.  Se nos recomendó ir a las aguas termales así que tan solo terminar de comer y haber esperado el tiempo necesario para no volver el estomago, estábamos encaminándonos a la zona donde le correspondía. La hermana de Tanjiro se quedó en una de las habitaciones a descansar, el viaje, al igual que a nosotros había consumido mucho de nuestra energía a pesar de no ser quienes caminásemos todo ese recorrido. 

Tan solo poner un pie en la calidez del agua no pude evitar sumergir mi desnudo cuerpo por completo, era casi un paraíso. Cada centímetro de mi cuerpo estaba siendo cubierto, quedando apenas mi rostro seco, algo que no duró demasiado, pues sumergir mi cuerpo por completo por un momento y comencé a contar. Cuando comienzas a entrenar para ser cazador es muy común tener una bitácora de cuanto resisten tus pulmones aguantando la respiración en diferentes situaciones. Si bien los usuarios de la flama no solemos utilizar demasiado esta forma de entrenar nunca está de más, además de que Tomioka-san me recomendó tener en cuenta esta resistencia y esta técnica. Mi mente detuvo el conteo cerca del numero 68, saliendo del agua con tranquilidad y delicadeza. El ligero viento que apenas pegaba sobre mi rostro agudizó mis sentidos por unos momentos sintiendo erizada la piel. Sonreí ante el momento, Kyojuro y yo siempre habíamos querido esto, un momento de tranquilidad al alcance de nuestra finca, desgraciadamente todos votaban siempre tan negativamente a nuestra propuesta a un estanque de aguas termales. 

Pasó al rededor de una hora y poco más para que decidiera salir y dirigirme a mi habitación, estaba anocheciendo y el aire se volvía más frío a cada instante, envolví mi cuerpo y comencé a caminar hacia donde nos habían indicado que nos quedaríamos. Mi mente divagaba por todos lados, observando a detalle cada planta, hoja y flor que hubiera por el camino. Pasos lentos y seguros que me costaron al rededor de 15 minutos recorrer apenas la mitad del camino. Tenía la impresión que todo estaba perfectamente cuidado y en un lugar para que encajara, incluso el cuerpo de Tanjiro a mitad del camino secando su rojo cabello, con la bata que le habían dado apenas bien cerrada, dejando ver levente su pecho... ¿Tanjiro?

me miró sin expresión y sonrió con cariño, sus ojos se cerraron para sonreír más ampliamente y me saludó con la mano sujetando la cinta de la bata con la otra mano. Mi cara ardía, estaba nerviosa y mis músculos se tensaron impidiéndome caminar. Ante esto, él se acercó con cuidado, su mirada me decía que estaba preocupado pero aún así no podía dejar de pensar en lo bien que se veía en aquel instante. 

—Meu ¿Pasa algo?

—No, no, no, no, no —negué agitando mis manos frente a su rostro y llevando una de ellas detrás de mi cuello, podía sentir que sus mirada había recorrido al menos mi torso una vez y eso me ponía más nerviosa aún—, yo, es solo que tú, nosotros ¡No! quiero decir, tu bata, mi aagggh. 

me rendí en un intento que las palabras salieran en el orden que quería y cubrí mi rostro, su incomparable risa se apoderó por un momento del entorno. Pude oírle acercarse a donde mi cuerpo se encontraba. La apenas nula distancia entre nosotros me hacía sentir aún más nerviosa. Su mojado cabello y sus rojos ojos me hicieron sentir aún más atrapada en él. No dijo nada, solo me abrazó con cuidado, protegiéndome, sujetándome como si me hubiera buscado toda una vida y por fin me hubiera encontrado. Rodee su cintura, dejando caer mi cabeza en su aún descubierto torso. Respiré profundamente, sintiendo su calidez. Podía escuchar su corazón bombear debido al silencio de nuestro al rededor. No se movió en ningún momento, estaba tranquilo, nervioso, y al igual que yo, sabía que esperaba el momento para hablar y preguntar si podía explorar un poco más. 

𝙆𝙤𝙞𝙨𝙝𝙞𝙩𝙚𝙧𝙪. (𝙏𝙖𝙣𝙟𝙞𝙧𝙤 𝙭 𝙤𝙘)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora