𝙆𝙤𝙞𝙨𝙝𝙞𝙩𝙚𝙧𝙪. (𝙏𝙖𝙣𝙟𝙞𝙧𝙤 𝙭 𝙤𝙘)

16

Gracias, somos la historia numero 1 en el #DemonSlayer :') <3

pd. Les dejo los planos de la finca para que no se pierdan porque este capitulo es para compensar a quienes hice llorar por Rengoku. 

Tarde y noche entrenaba. En pocos días recuperé mi habilidad y fortaleza, en compañía de Tomioka, quien me mostró como funcionaba su postura de calma y eso me ayudaba a entender como podrían funcionar otros ataques. Tanjiro, por su lado, me ayudaba por las mañanas cuando mi cuerpo ya no resistía a estar despierto un momento más, quedándose a dormir conmigo por ratos antes de que su entrenamiento iniciara. Tambien, había ocasiones en las que ninguno de los dos se sentía lo suficientemente cansado como para divertirnos un poco. Oficialmente para todos los pilares y cazadores, no solo era quien gustaba de Tanjiro, sino también su pareja. Algo que al inicio nos tomó por sorpresa y fuimos aceptando poco a poco, ya que Sanemi se encargó de hacer llegar la noticia a oídos de todos y juraba que si nos comprometíamos el pagaría la fiesta. 

Fui llamada por Oyakata-sama esa mañana. Debía estar al nivel de un pilar para reclamar el lugar que mi hermano me había confiado. A este punto, me había acostumbrado a no verle en casa y por ratos olvidaba por completo que no regresaría. Pensaba ya tan poco en él, pero su voz aún guardada en mi mente me convencía de que todo estaría bien. Su cuarto, aún olía a él, tan radiante como el sol. 

Hoy regresaría a la finca, Senjuro vendría unos días a dejarle todos los escritos de la familia a Tanjiro. Debía preparar todo para su llegada, así que cociné un poco de comida para poder invitar a mi trio favorito (incluida Nezuko, la hermana de Tanjiro, quien me pedía siempre peinarle el cabello). Por otro lado tomó algo de mi tiempo limpiar las habitaciones de la finca y sacar de el armario todos los uniformes que Kyojuro o yo usamos y una vez rotos los dejábamos en alguna esquina de la casa.  

Con ayuda de los Kakushi la finca quedó mejor de lo que recordaba, así que era momento de llamar a mis invitados especiales. Envíe a Nani, mi cuervo a avisar al resto que la hora de la comida estaba lista.

La casa se llenó de risas, mi tímido hermano mayor se sentía cómodo entre mis amigos, quienes no dejaban de alardear sobre quien era mejor que el otro. Durante toda la comida Tanjiro no soltó mi pierna ni un solo segundo, acariciándola de vez en cuando y dándole tanta atención podía a lo deliciosa que estaba la comida. Poco después llegó Sanemi a decirme que por qué no le había mandado comida, yéndose con casi todo lo que sobraba. 

La tarde pasó entre más chistes horribles, tratar de explicarle a Inosuke algo que nunca supimos como, gritarle a Zenitzu porque estaba gritando, ayudar a Senjuro a que pudiera armar sus ideas y cuando lo lograba le felicitábamos. Hacia unos meses había conocido a estos tres y cada día se volvían parte de mi familia. Nezuko se puso a jugar con mi hermano mientras el resto limpiaba los platos de la cocina. 

—La comida estuvo deliciosa Minako-san. Deberías invitarnos más seguido a tu finca —dijo el rubio mientras salía de la casa acompañado por Inosuke—. Bien, Tanjiro vámonos.