Jonathan llegó a su casa bastante cansado. Los días en los cuales tenía educación física sí que eran agotadores. Revoleó su mochila, la cual cayó estrepitosamente en el suelo y se recostó, literalmente, lanzándose en el sofá.
Suspiró levemente como agradeciendo ese momento de paz y cerró poco a poco los ojos. El cansancio estaba haciendo estragos en su ser y prontamente, se abandonaría a los brazos de Morfeo. Sin embargo, un golpe seco en la puerta lo detuvo. Rodó los ojos con pesadumbre y se dispuso a ver quien se encontraba en la puerta principal.
—Jon, abre...¡Sé que estás allí!
Era Winona, su mejor amiga ¡Adiós paz! pensó para sí, ¡adiós siesta! Con Winona en casa, sería imposible conciliar el sueño. Sin salida, se dispuso a abrir la puerta.
—Win...¿Qué haces aquí?
—¡Hasta que por fin abres la puerta!—respondió Winona con una sonrisa—Vine porque traje la solución de tus problemas en esta bolsa—agregó levantando una bolsa con dibujos de catarina.
—¿Qué rayos se supone que tienes ahí?
—¿No te lo imaginas?—preguntó la chica pícaramente y se dispuso a sacar el contenido de la bolsa.
Jonathan se quedó paralizado observando a su amiga entre asustado y sorprendido. Dentro de la bolsa había una peluca rubia estilo corte carré para mujer y un vestido blanco floreado con volados en las mangas.
—No entiendo....
—¡Fácil!—respondió Winona—Como verás es un disfraz de mujer...por lo tanto vas a fingir ser una y yo te enseñaré cómo serlo—culminó sonriendo.
—¿Q-qué?—preguntó Jonathan titubeando—Oh no, de ninguna manera ¡Nunca va a suceder! ¡No! ¡Estás loca Win, nunca va a suceder!—añadió súbitamente cruzándose de brazos.
—No seas tonto Jon. Si siendo tu mismo no puedes acercarte al chico que te gusta...¿Por qué no hacerlo fingiendo ser otra persona?
—¡Nunca va a suceder! ¡No!
—Piénsalo...estarías a salvo—dijo Winona observándolo comprensivamente—River jamás sabrá que eres tú y puedes acercarte a él de una forma diferente, sin miedo a que te rechace.
—¡Esto es una locura!—respondió Jonathan elevando sus brazos al cielo.
—Lo es ¡Es una locura por amor! , pero... ¿Qué pierdes con intentarlo?
Jonathan suspiró y observó a su amiga. Quizá la idea no era tan descabellada. Siendo él mismo le daba vergüenza acercarse a River, pero...siendo otra persona quizá sería más sencillo. No perdía nada con intentarlo. Después de todo, River nunca descubriría la verdad.
—De acuerdo...lo haré—respondió al fin.
Winona dio un pequeño saltito de alegría y abrazó a su amigo.
—Bien...entonces que empiece la transformación—agregó la chica pasándole a Jonathan el "Kit de mujer" que había traído.
Media hora más tarde, Winona estaba sentada en el sillón impaciente esperando ver el cambio operado en su amigo. Hacía media hora que estaba encerrado en el baño y por ningún motivo del mundo quería salir de allí.
—¡Vamos Brando!, sal de una vez—gritó Winona aporreando la puerta del baño. Solía llamar "Brando" a su amigo en forma cariñosa por su apellido: Brandis.
—¡No lo haré! ¡Maldita sea! ¿En qué estaba pensando? ¡Me veo ridículo!—respondió Jonathan desde dentro del baño.
—¡Deja de decir estupideces y sal de una vez!
En ese momento, la puerta chirrió y se abrió lentamente. Winona estaba sorprendida. Su amigo realmente parecía una mujer con aquella peluca rubia y ese vestido. Las facciones dulces de su rostro le daban un aire femenino. Estaba simplemente perfecto.
—Win...di algo de una vez.
—¡Jon te ves increíble!...nadie dudaría de que no eres una mujer.
Jonathan suspiró y se paró como todo un hombre. Con las piernas abiertas y cruzándose de brazos. Winona sonrió. Definitivamente tendría que ayudarlo a convertirse en toda "una señorita" si quería que su plan diera resultado y su amigo no fuera descubierto. Con la pose que tenía en ese momento, cualquiera diría que aquella jovencita era muy poco femenina.
—Y ahora ¿Cuál es el próximo paso de este descabellado plan?—preguntó Jonathan, levantando una ceja.
—Antes de pasar al próximo paso...—añadió Winona—Primero debemos ponerte un nombre, veamos....—dijo pensando—Martha...Martha Brandis.
—¿Martha Brandis?—preguntó Jonathan con cara de espanto.
—Ajá—respondió su amiga—Simplemente diremos que eres la hermana melliza de Jonathan y que vienes de otra escuela—prosiguió—Ah y que eres mediocampista en el equipo de soccer "Ladybugs" de Chicago.
—¿Ladybugs de Chicago? ¡Grandioso!...simplemente grandioso—dijo Jonathan con ironía—¿Y qué rayos se supone que pasó conmigo, con Jonathan? ¿Fui abducido por extraterrestres o algo así?
—¡No tonto!—respondió Winona—Diremos que...que...que estás participando de un torneo de soccer en otra ciudad—añadió contenta por su ocurrencia—Después de todo, en la escuela saben que practicas el deporte en un club de barrio.
—Bien...veo que ya tienes todo resuelto—respondió el castaño rodando los ojos.
—Todo no...
—¿Y qué rayos se supone que falta? ¿Ponerme senos falsos o algo así?—preguntó Jonathan irritado.
—Falta convertirte en todo una señorita...
—¿De qué estás hablando Winona? ...Si ya estoy vestido de mujer ¡Demonios!
—Precisamente hablo de eso—concluyó determinante—Para convertirte en una mujer no solo tengo que vestirte exteriormente sino que debo enseñarte a actuar como una.
—Ah no, eso sí que no...no hablaré como una mujer ¡Olvídalo!
—Si no lo haces, todo este cambio habrá sido en vano Jonathan. Tú decides.
—Oh rayos...está bien—finalizó quitándose la peluca y revoleándola lejos.
Winona sonrió. Sería un trabajo bastante arduo. Las actitudes de su mejor amigo no eran propias de una mujer y no tenía demasiado tiempo para enseñarle a actuar como una antes de presentarlo en sociedad. Lo consideraba como un desafío y como una forma de darle la oportunidad a su amigo de acercarse a su amor sin ningún temor. Aceptó tal reto y con una sonrisa en su rostro se dispuso a impartir sus lecciones.
A partir de hoy, Jonathan desaparecería por un tiempo dándole lugar a Martha. Y Martha se convertiría en todo una mujer, eso lo daba por hecho.
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Doble vida (BrandisxPhoenix)
Fanfic¿Qué locura serías capaz de hacer por amor? Dos chicos. Un alocado plan. Un amor que rompe todas las barreras. Una historia que te va a enamorar.