Doble vida (BrandisxPhoenix)

CAPÍTULO XXVIII

Al fin era Viernes y a ambos chicos les esperaría un maravilloso día. Habían acordado que River pasaría a buscar a Jonathan por su casa y así fue. Con una radiante sonrisa y un beso, Brandis recibió a Phoenix y juntos partieron hacia la escuela.

Al llegar juntos, todos dedujeron que se habían arreglado pero nadie se atrevió a decir nada. Estaban por llegar al salón cuando una voz los detuvo.

—¡Phoenix! ¡Brandis!

Ambos se dieron vuelta, hastiados.

—¿Qué quieres, Deep?

Deep se acercó un poco más y sin vacilar, River se puso delante de Jonathan, por si a Deep, se le ocurría hacerle daño.

—Yo...yo quiero pedirles perdón por haberme comportado como un idiota con ustedes.

La pareja se miró confundida ¿Acaso Deep estaba pidiendo perdón?

—Fui un imbécil ¿Qué dicen? ¿Me perdonan?

Jonathan se adelantó a Phoenix y habló.

—Sí, Deep. Gracias por disculparte. Es un gran paso.

Deep sonrió y se estrecharon las manos. Luego de ello, hubo un breve silencio.

—...¿Y qué dices tú, Phoenix? ¿Sin rencores?

River lo miró y se acercó hacía él.

—Sin rencores, Deep.

Y ambos se estrecharon las manos.

Justo cuando la pareja iba a entrar al aula, Deep volvió a hablar.

—¡Hey, Brandis! ¿Puedo hablar un segundo contigo?

River frunció el entrecejo y miró al castaño. Jonathan asintió.

—Iré allí en un momento, Riv.

River asintió con la cabeza.

—Estaré en el aula cualquier cosa—dijo sin más y lo besó en la frente.

Jonathan se acercó a Deep.

—¿Qué sucede?—preguntó el castaño.

—Mira... ¿Qué hay con tu amiga?

—¿A qué te refieres?

—Winona...¿está soltera?—cuestionó Deep, algo nervioso.

Jonathan soltó una carcajada.

—Sí ¿Por qué? ¿Te gusta?

Deep miró hacia abajo.

—Crees que...¿Le gustaría salir conmigo?

Jonathan pensó por un momento y sonrió.

—¡Arriésgate Deep!— dijo sin más— ¿Qué tienes que perder?

—Bien...gracias.

—No hay problema. Bueno... debo ir a buscar unos libros que olvidé en los casilleros, te veo en clase.

—Claro...—dijo Deep y se fue al baño antes de entrar al aula.

Mientras tanto, antes de que Jonathan entrara al salón, River le confesó a Feldman, Wheaton y O'Conell que había arreglado todo con el castaño y que estaban saliendo de manera oficial. Sus amigos, sorprendidos, lo apoyaron tanto a él como a Brandis.

—¡Sabía que iban a arreglarse! ¡Lo sabía!—habló Wheaton, contento— Me debes diez dólares, Corey.

—¡Cállate, bobo!— exclamó Corey silenciando con la mirada a Wheaton.