Doble vida (BrandisxPhoenix)

🎂 Especial: El cumpleaños de Keanu 🎂

La lluvia caía estrepitosamente en la ciudad de Ohio, Estados Unidos. Un adormilado Keanu despertaba con sus cabellos revueltos sobre la almohada. Se frotó el rostro y observó el lado derecho de la cama, Sandra aún permanecía dormida. Suspiró, hoy era 2 de Septiembre, día de su cumpleaños número 29.
¡Vaya clima! Pensó el pobre Keanu para sus adentros. Sin embargo, pasarlo con su amada era lo único que le hacía feliz. Ambos se habían conocido en la Universidad mientras estudiaban Medicina. Por suerte para Keanu, ambos no tenían guardia ese día, por lo cual, podían pasar el cumpleaños juntos en su hogar.

Sin más pretexto, Keanu se levantó, se cepilló los dientes y comenzó a hacer el desayuno para Sandra y luego para él. Mientras terminaba, comenzó a escuchar ruidos provenientes de la habitación. Eso significaba que Sandra estaba por despierta. Keanu, con una gran sonrisa habitual en él, agarró la bandeja y le llevó el desayuno a su amada. El típico desayuno norteamericano que contenía huevos, beicón, panqueques, gachas de avena, tostadas francesas y jugo de naranja.

—¡Buen día, amor!—habló Keanu con voz quedita—Bueno, no tan bueno...

—¿Por qué lo dices, eh?—contestó Sandra en un susurro mientras se refregaba el rostro con una sonrisa.

—Pues el día es pésimo. Está lloviendo mucho—sonrió.

Sandra lo miró, embobada.

—¿Qué cosas dices, Keanu?

—Te traje el desayuno—le dijo Keanu mientras le depositaba un dulce beso en sus labios y le entregaba la bandeja.

—Oh Keanu, esto tendría que hacerlo yo para ti, no al revés—rió—¡Feliz cumpleaños, mi amor!—le dijo ésta dejando la bandeja a un costado y besando a su amado—Eres el mejor hombre del mundo.

Keanu sonrió, sonrojado.

—¡Te amo, mi vida!—dijo él—Eres la mujer de mis sueños.

Sandra se abalanzó hacia él y lo abrazó.

—Ven, siéntate al lado mío ¿Desayunaste?

Keanu ladeó la cabeza de lado a lado.

—Estaba por hacerme mi desayuno pero escuché que te estabas despertando y decidí traer tu desayuno primero.

—¡Oh, Keanu...!

—De verdad, amor. Estoy bien. Estupendamente bien.

Sandra lo miró, curiosa.

—¿Sí?

—¡Sí!

—¿Seguro, seguro?

Keanu la miró con una pequeña sonrisa.

—Bueno bien, me atrapaste—rió—El no tener a River aquí me pone algo triste y el día no ayuda—dijo e hizo un puchero.

Sandra lo abrazó.

—¿Hablaste con él?

—Si, ayer por la noche—dijo,  bajando la mirada—Le dije que podía venir y me dijo que estaba demasiado complicado con su trabajo y que no podía así que...—subió la mirada con un semblante desanimado—Ya sabes, está ocupado y vivimos a ocho horas de distancia solo que... algunas veces lo extraño—dijo él, mientras se abalanzaba a los brazos de su amada.

—Lo sé, cielo. Lo sé—respondió la chica—Hace demasiado que no se ven. Pero no te preocupes, ya llegará el momento donde puedan volver a verse.

—Si, bueno...hace un año que no nos vemos por nuestras responsabilidades y la distancia. Pero bueno...es la adultez, amor—rió—Estoy feliz porque te tengo aquí conmigo y no necesito nada más—exclamó y le besó la frente—Te amo.