Pasó una semana y media, ya quedaba cada vez menos para irnos de esta casa, por fin seriamos felices. sin que mi padre se diera cuenta, mamá y yo comenzamos a empacar nuestras pertenencias en una maleta que guardábamos debajo de mi cama, nos llevaríamos lo justo y necesario para salir de este asqueroso pueblo. Carmen y Samu al principio no podían entender como era posible que me fuera a vivir tan lejos, pero aun así, se alegraron por nosotras. Carmen y yo decidimos pasar todo el tiempo posible juntas, hacíamos videollamadas cuando no estábamos juntas. Papá seguía en el mismo plan, borracho como una cuba, pero para nuestra suerte estaba tan ebrio que no se daba cuenta de que los armarios y los muebles estaban cada vez más vacíos.
Ya me había hecho una idea de como sería estar en Tenerife, y pensándolo mejor, por primera vez en mi vida podría oscurecer mi tono de piel. Desde que me dieron esa noticia, no dejaba de pensar en como sería, preguntas seguían repitiéndose por mi cabeza, pero ya no me daban tanto miedo. Estaba segura de que lo que fuera lo que me esperara allí, me iba a ir bien, o eso me decía cada noche a mi misma para convencerme. Parecía que estaba de suerte, el grupo de abusones no aparecieron para molestarme, y saqué excelente en mi presentación a pesar de los nervios que pasé, porque a veces los nervios me pasaban una mala jugada.
Me extrañó no volver a ver a Pedri ni a su hermano, supuse que se mudaron por algún pueblo de los alrededores, porque no fueron ni al instituto ni los volví a ver por las calles. Samu volvió a la universidad a seguir con su doble grado de periodismo y derecho. Hablaba con él casi cada día, era como mi hermano mayor, el que nunca tuve. Me explicaba como le iba allí, incluso me presentó amigos suyos en una videollamada que hicimos. Normalmente, le llamaba cuando estaba nerviosa o necesitaba apoyo emocional, en algunos aspectos, Samuel era mucho mejor con los consejos para calmarme que su hermana, por ese mismo motivo le llamaba a él.
Ahora me encontraba en mi cuarto haciendo deberes y escuchando mi playlist de "Spotify", estaba sonando una canción de Niall Horan, en especial "Put A Little Love On Me" una de mis preferidas, era triste, pero en estos momentos deseaba desaparecer, me quedaban solamente tres días para estar con mi mejor amiga, no podía desperdiciar el tiempo, así que pensé y dejé de hacer los deberes. Salí a la calle y corrí hacia su casa, aprovecharía hasta el último momento por estar con ella, no quería estar encerada en mi habitación amargada haciendo cosas para un instituto al que no volvería a ir.
Toqué repetidas veces el timbre hasta que una Carmen somnolienta me abrió la puerta flotándose los ojos. No lo pensé más y me abalancé sobre ella, se tambaleó, pero en un momento correspondió mi abrazo.
-¿Qué pasa?-preguntó deshaciendo el abrazo para cerrar la puerta de la entrada.
-Pues pasa que solo nos quedan tres días para estar juntas, y no quiero pasarlos en mi habitación amargada por los putos deberes- dije muy alterada.
-Wow, nunca te había visto así- comenzó a reír.
Me miré al espejo y tenía mis mejillas completamente rojas por haber estado corriendo, yo no era muy deportista por lo cual, a lo que hacía algún esfuerzo me cansaba enseguida, pero esta vez no me importó, cuanto más notaba mi pecho arder por el esfuerzo, más ganas tenía de correr.
-Dame agua, estoy supercansada- dije sentada en el sofá mientras retiraba el abundante sudor de mi frente con la muñeca.
-Voy, pero la próxima vez avísame que me has despertado de mi sueño con Marcos- reí, no me podía creer que dejaría de ver a esta estúpida por mucho tiempo.
-Te echaré de menos hermana- dije esta vez a punto de llorar.
-¿Te crees que yo no?-preguntó irónicamente mientras me tendía el baso de agua.
-Te va a entrar flato- avisó al ver como bebía de rápido.
-Da igual, tengo una sed que parece que soy insaciable.
-Como la serie de Netflix, la de la chica esa que come mucho y luego es modelo.
-Sí, como esa- le seguí con la idea - el problema es que no soy modelo.
-Pero eso es porque no saben apreciar nuestra belleza.
-Será eso- reímos las dos mientras comentábamos lo que haríamos en el fin de semana que nos quedaba juntas.
-Oye tía, que me voy a ir yendo ya, que nadie sabe que he venido y mi madre estará histérica buscándome- le avisé.
-¿Mañana nos vemos después del instituto?- afirmé con la cabeza.
-Y me quedo a dormir en tu casa- me autoinvité
-Vale, pues hasta mañana entonces.
-Adiós- nos abrazamos y me fui a casa.
Cuando llegué mi padre estaba en el sofá tumbado como siempre y mi madre en la cocina haciendo la cena. No me lo pensé dos veces y la fui a ayudar con la tarea.
-Mañana me quedo a dormir a casa de Carmen ¿Vale?- le avisé
-Vale, ves poniendo la mesa que ya casi está la cena.
-Donde va mañana la niña- le preguntó papá a mamá
-A dormir a casa de Carmen.
-¿Otra vez? ¿Es que tú no te cansas de salir por ahí o que?- preguntó acercándose a mí.
Hoy era uno de esos días en los que mi padre se había quedado corto en el alcohol, por eso se ponía furioso.
-Papá, déjame poner la mesa por favor- pedí que se apartara porque estaba taponándome el camino hacia la mesa.
-Te dejaré si me da la gana, tú no eres nadie para darme órdenes.
-Papá, no te estoy dando órdenes- le avisé- te estoy pidiendo educadamente que me dejes pasar para poner la mesa, que ya vamos a cenar.
-Ni se te ocurra contestarme ¿me has entendido niñata?
-Mira Javier, estoy hasta los santísimos ovarios de que le hables así a tu hija- esta vez era mi madre la que hablaba- Por dios, acepta de una puñetera vez que es tuya.
-Cállate Pilar, acaba de hacer la cena, ambos sabemos que esa no es mi hija- me apuntó con el dedo índice.
-Pues ahora no quiero, la vas a acabar de hacer tú solo, porque nosotras nos vamos- Cogió mi brazo y fuimos a mi habitación para acabar de hacer las maletas.
-Pero mamá aún quedan tres días parra irnos.
-Cariño no puedo aguantar más, hoy nos vamos. Ves pidiendo un taxi para llevarnos al aeropuerto.
-Mamá, no me he despedido de Carmen, se enfadará conmigo.
-Si de verdad es tu amiga, lo entenderá perfectamente.
Después de estar media hora encerradas en mi habitación acabando de preparar las maletas y esperar al taxi, salimos del cuarto. Papá estaba durmiendo en el sofá, con la televisión encendida. Examiné por última vez la pequeña casa, en la que en algún momento fue mi hogar, ya no estábamos seguras allí, era hora de partir hacia una nueva vida para las dos juntas.
Mamá le dejó el anillo de boda en la mesita de la sala de estar junto con una nota:
"Javier, Levana y yo nos hemos ido para no volver, espero que seas feliz y encuentres a alguien que te quiera, pero yo no puedo seguir contigo, he esperado demasiado tiempo, he esperando a que cambiaras. Pero no lo has hecho, y me he cansado. Yo siempre te he querido, pero no puedo seguir viviendo con alguien que no quiere aceptar a su hija. Nunca entendí tus "te quiero", y mucho menos tus "te amo" porque si para ti, el amor es eso, mejor que no me quieras. Espero que aprendas a querer y así algún día encontrar a alguien que te quiera como yo lo he hecho. Ahora espero que sepas lo que has hecho conmigo, el depender de ti, nos ha acabado separando."
Salimos de casa y nos subimos al taxi, dirección al aeropuerto de Girona, el más cercano de dónde vivíamos.-------------------------------------------------------------------
¿Que os a parecido este capítulo? sinceramente a mi me a encantado escribirlo y espero que a vosotres leerlo también.
Si tenéis sujerencias con la historia no dudéis en ponerlo en los comentarios, y poner que os parece porfii os lo agradecería muchísimo.
Gracias por las 150 lecturas. ¡¡¡Aún sigo sin creermelo!!!
<3 <3 <3
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Una rosa para el recuerdo/ Pedri González
Fanfic¿Qué pasaría si viene un completo desconocido a darte una rosa?, ¿Qué pasa si todo resulta ser un reto que le hacen sus amigos? Esta es la historia de Pedro González y Levana López. Este libro no es un cuento de hadas, se convertirá en una historia...