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La semana pasó sin más imprevistos con los amigos de Pedri. Sus amigas de vez en cuando me miraban mal, pero no solían decir nada al respecto. En el trabajo de filosofía saqué un diez, y Pedri estuvo torturándome día tras día para que le diera las gracias. Con mis nuevos amigos, me llevaba genial, hoy íbamos a ir a la playa para hacer surf, a veces Joel hacía comentarios de mí "clase social" algunos me incomodaban, pero la mayoría me hacían reír por lo estúpido que parecía criticando a los "crons" e imitando como solían comportarse.

Cada día que pasaba, estaba más animada, al fin y al cabo, mudarse con la pareja de mi madre no fue tan mala idea, era mucho mejor que estar con mi padre en casa.

-¿Y como pensáis ir a la playa?- pregunté a mis amigos.

-En moto, los tres tenemos el carnet- dijo obvio Mateo.

-¿Y cómo vamos Elisabeth y yo?- volví a preguntar.

-Con alguno de nosotros, por ejemplo ella puede ir conmigo- contestó Álex, casi suplicando que Elisabeth fuera con él.

-¿Y yo?

-Mi moto es solo de una plaza, pero la de Joel es de dos, así que...- se encogió de hombros Mateo mientras revisaba el embrague de su moto.

-Por mí no hay problema, pero no te pegues mucho, a ver si me vas a enganchar el síndrome del rico pijo.- bromeó Joel.

-Oye, que no soy pija, y tampoco rica- dije haciéndome la ofendida y dándole un golpecito en el hombro.

-No, para nada- ironizó Álex.

-Pija no soy, y tampoco rica, el dinero es de David. Si fuera mío si sería rica, pero no es el caso.

-Pero como si lo fueras, vives en la zona de los "Crons".- habló la morena.

-Vamos ya que se hará tarde para las olas. Y yo aún me tengo que cambiar de ropa- Mateo se metió en la conversación limpiando sus manos en un paño blanco que colgaba de su pantalón, llevaba una camiseta de tirantes blanca, que al igual que sus manos estaban sucias de algo negro que no supe identificar.

Subí a la moto de Joel, era una motocross negra, y bastante alta. Me coloqué el casco que me dejaron mis amigos y emprendimos rumbo hacia una de las playas más cercanas de Tegueste. Habíamos decidido alquilar allí las tablas, ya que las suyas no las podíamos traer hasta aquí en moto, necesitábamos un coche y ninguno tenía aún la licencia. Una vez llegamos, ellos alquilaron una tabla cada uno, menos yo, que como no sabía surfear decidí aprender con alguna tabla de ellos.

Mientras ellos surfeaban las olas en el amanecer, yo les hacía videos desde la orilla. Para mi gusto, el agua estaba demasiado fría y no estaba segura si bañarme o no, hacía bastante viento y eso provocaba que el agua se tornara aún más fría para mi gusto. A medida que iba saliendo el sol, la playa se llenaba cada vez más. Parecía que a los bañistas no les importaba el viento, la playa se encontraba arrebosar de gente nadando, y por ese hecho mis amigos tuvieron que dejar de practicar surf, pues alguien podría salir lastimado por culpa de un golpe con la tabla, tanto ellos como los bañistas.

-¿Os apetece ir a caminar por la orilla?-Sugerí de pie hacia ellos.

-Yo voy- se ofreció Joel.

-Ir vosotros, yo me quedo aquí tomando el sol- dijo Elisabeth.

-Yo igual- contestaron al unísono los dos restantes, me encogí de hombros mirando a Joel.

-Pues vamos nosotros.- respondió Joel.

Comenzamos a caminar sin algún rumbo al que seguir, los dos estábamos en un silencio un tanto incómodo, se oía el tumulto provocado por la agitación de personas en la playa y los chapoteos de nuestros pies. Él iba mirando el suelo arenoso y chutado las olas con sus pies, y yo estaba tratando de pensar algo que decir para romper aquella mudez.

-¿Siempre has vivido aquí?- pregunté por primera vez en quince minutos de completo silencio.

-Sí, ¿Por qué os mudasteis tu madre y tú a Tegueste?- curioseó.

-Pues, sinceramente mi madre y yo llevábamos años queriendo cambiar de aires. Donde vivíamos antes no era bueno para nosotras, y menos para ella.- Contesté sin más que decir.

-Si no quieres hablar de ello, no pasa nada, lo entiendo.

-Mi padre es alcohólico y pegaba a mi madre, por eso tuvimos que huir- dije simple.

Aún me afectaba hablar sobre mi padre y lo que pasó durante toda mi infancia en casa, poca gente entiende lo que se siente ver a tu padre borracho como una cuba y tambaleándose de lado a lado hasta caer rodando al sofá. Preguntarle algo y que a veces te contestara de mal humor u otras ni siquiera entendiera tu pregunta. Poca gente sabía lo que se siente ver a tu madre con moratones y saber quien fue el que los provocó y tú sin poder hacer nada al respecto, porque si hacías algo tu vida corría peligro. Las personas no saben lo que es estar escuchando gritos de ayuda desde la otra habitación, sentir el chirriar de la cama de matrimonio chocando contra la pared mientras la persona que te dio la vida suplica porque pare. Ante todo esto, yo me quedaba en mi cama tapada con las sábanas hasta la cabeza, a veces leyendo un libro para huir de la realidad y otras tapando mis oídos con la almohada mientras mordía mi labio inferior por la impotencia de no saber qué hacer, o no poder hacer nada.

-Vaya, no sabía nada de eso.

-Es que si lo supieras, los cotilleos del pueblo serían mejores que los de "Telecinco"- le sonreí.

-¿Por qué nunca enseñas tus dientes al sonreír?-preguntó confuso.

-No eres el primero que me lo pregunta- recordé a Pedri- pero si serás el primero que lo sepa de verdad.- Esta vez era él quien sonreía.- Tengo complejo de mis dientes, desde pequeña se reían de ellos y comencé a taparme la boca al reír, y aprendía a sonreír con la boca cerrada sin mostrar mucho de ellos.

-Estoy aprendiendo muchas cosas de ti hoy, eso me gusta.

-A mí no me gusta tanto- confesé- puedes usarlo en mi contra y yo aún sin apenas saber de ti.

-Pues mi color favorito es el rojo, mi comida preferida son las palomitas dulces del cine, mi película preferida es "rango" porque me recuerda a mi hermana y mi de pequeños, prefiero la playa antes que la piscina, a veces puedo llegar a ser un poco irritante- le miré- bueno, casi siempre- se corrigió, y ahora le sonreí para que siguiera- vivo por y para la música, mi banda favorita es Aerosmith, aunque suelo escuchar mucho de One Direction, a mi hermana le encanta ese grupo, mejor dicho, es fanática de esos cinco chicos.

-A mi mejor amiga también le encanta ese grupo, pero yo prefiero escuchar su música por separado, sobre todo la de Niall Horan.

Parecía que podía hablar sobre más de un tema con Joel sin llegar al extremo de discutir, uno de ellos era la música. Sin darnos cuenta, ya habíamos vuelto a las toallas después del paseo.

-¡Que narices le has hecho para que venga tan sonriente?- curioseó Elisabeth una vez que los chicos se fueron a bañar.

-Ni idea, pero supongo que a mí también me ha pasado algo- le contesté mirando a los chicos jugando con el agua.

-Pues vaya par de tortolitos.

-No me gusta, simplemente me cae bien, no me esperaba que llegara a caerme tan bien, por eso me sorprende- me sinceré, pero en el fondo sabía que algo no cuadraba.

-Será eso...

-¿Y tú que con Álex?, parece que está coladito por ti hasta las trancas- esta vez era yo quien curioseaba.

-¿Qué de qué?- se hizo la loca.

-No sé, tú sabrás. Pero conociéndole, me parece raro que quiera que te subas a su moto, que se quede aquí a "tomar el sol" con lo blanco que es, y que siempre busque un sitio para ponerse cerca de ti durante el almuerzo.

-El otro día nos besamos, me fue a acompañar a casa y... no sé, fue todo muy rápido.-Se le enrojecieron las mejillas.

-¿A ti te gusta?

-No sé, es todo muy confuso, de un día para otro me planta un beso en la puerta de mi casa.

-Lo que si sabemos, es que a él le encantas.- reímos las dos, pero nos callamos en cuanto vimos a los chicos caminando hacia nosotras.

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Holaa, espero que os guste este capítulo. Comentar que os parece porfii, y si tenéis dudas o sujerencias ponerlo por comentarios.

De nuevo, miles de gracias por las 950 lecturas. 

<3 <3 <3

Una rosa para el recuerdo/ Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora