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Estaba de camino a casa de Joel, habían pasado dos días desde que hablé con Pedri y hacía ya dos días que me había decidido por fin por uno de los dos. Quería a Joel, pero no de la misma forma que quería a Pedri, eso estaba claro, no quería hacerle daño, pero al fin y al cabo le haría más daño el hecho de que no le dijera que no era correspondido de la misma manera, así que me armé de valor y fui a su casa, era de noche, pero llevaba toda la semana pensando en como hacerlo y finalmente me había decidido, así que no quería dejarlo para otro momento por si me arrepentía, le explicaría la verdad y sin rodeos, para no darle esperanzas, o eso era lo que tenía pensado hacer. 

Toqué el timbre con la mano temblorosa.

-Hola Levana, ¿Qué tal?- abrió la puerta su hermana Marina.

-Hola, Marina, ¿está tu hermano en casa? - Pregunté mientras unía y separaba mis manos repetidas veces a causa de los nervios. 

-Sí, ahora lo llamo. JOEL, HA VENIDO LEVANA. -Chilló desde el umbral de la puerta sin separarse del pomo. 

-VOY-dijo él desde algún lugar de la casa. 

Pasaron unos segundos e inmediatamente vino él, pero esos segundos esperándolo mientras su hermana me miraba sin pestañear y en un silencio incómodo hicieron que quisiera volver a casa como si nada de esto hubiera pasado. 

-Hola, ¿Qué haces aquí a estas horas? -Preguntó mientras se peinaba el pelo mojado, parecía que acababa de salir de la ducha. 

-Pues... esto... mm... quería hablar contigo sobre una cosa. 

-Marina, vete.-Ordenó serio a su hermana pequeña, a lo que ella renegó pero obedeció. -Será importante para que vengas a las diez de la noche. -Dijo mientras reía un poco. 

-Un día me dijiste que por nada del mundo dejarías de ser mi amigo ¿no?- asintió con la cabeza ya sin sonreír como lo hacía. 

-¿A qué viene eso?

-Mira, te seré sincera, yo no quiero perder tu amistad, te considero uno de mis mejores amigos, por no decir el mejor, te quiero un montón por ser como eres, pero... Joel, creo que lo que tu sientes por mi no es lo que yo siento por ti. Te quiero, pero no de la misma forma que me quieres tu a mi.

-¿Y cómo te quiero yo?-Preguntó sin entender lo que decía. 

-Después del beso, no sé... cuando hablo de Pedri te tensas muchas veces, como si estuvieras celoso. No sé, llegué a creer que yo podía gustarte.-Ahora la que estaba desconcertada era yo. 

-Yo nunca te he dicho que tu me gustaras. -Dijo serio. 

-Ya, pero por la manera en la que me tratas... no sé, creí que yo te gustaba. 

-Solamente estaba intentando ser amable. 

-Pero la gente dice que yo te gusto, que te ven diferente cuando estás conmigo. 

-Levana, la gente habla mucho y se crean sus propias paranoillas. 

-Ya pero... ¿Y el beso?

-Solo fue un simple beso, nada más, entre tu y yo, no hay, ni ha habido nunca nada. -Esas palabras fueron como cuchillos, porque yo si llegué a pensar en que podría suceder algo entre nosotros, pero me di cuenta de que quería estar con Pedri. 

-Pues entonces... gracias por aclararme las cosas. Ahora ya se que puedo estar con Pedri sin que a ti te importe. -Dije con rabia, pero intentando ocultarla. 

-¿Con Pedri? Pues si que pasa, me importa, porque yo si te quiero de la manera que has dicho. 

-Joel, no intentes cambiar ahora las cosas, que ya has dejado bien claro que no sientes nada por mi a parte de amistad. 

-Pero porque soy un orgulloso que no dice lo que siente realmente por miedo a perder, pero me acabo de dar cuenta de que si no digo lo que siento pierdo igual. 

-Joder Joel, no me lo pongas más difícil de lo que ya es, has dicho que nunca ha habido ni hay nada entre nosotros. -le eché en cara. 

-Pero eso es verdad, lo que no he negado es que algún día pueda haberlo. 

-Déjalo, solo venía a decirte eso, que no quiero perder tu amistad por estar con alguien que a ti no te agrada. 

-¡Pero si me rompió la pierna! soy yo quien no te importo a ti.

-Si me importas Joel, pero tengo que hacer lo que yo quiero y no lo que los demás quieren que haga, así que no me pidas lo que quieres que haga, porque no lo haré, esta vez soy yo quien decide por mi misma. 

-Está bien, pues que te vaya bien con tu amigo, a mi ya no me hables, pero quiero que sepas que te arrepentirás de haberle escogido a él. -Y seguidamente me cerró la puerta en la cara. 

"A lo hecho pecho" eso es lo que se repetía en mi cabeza mientras iba hacia casa y algunas lágrimas rebeldes amenazaban con salir. Ahora tendía que atenerme a las consecuencias de mis actos, había perdido la amistad de Joel, y muy probablemente la del resto también. Pero si se van porque haces lo que realmente sientes, esos no son amigos verdaderos, eso lo había aprendido hacía mucho tiempo atrás. Los amigos de verdad son los que cuando tropiezas y caes mil veces con la misma piedra te ayudan mil y una veces a que te levantes, y Joel, estaba claro que me había equivocado con él, lo consideré mi mejor amigo cuando realmente no lo era. 

Sin saber cuando, llegué a casa y entré, pero para mi sorpresa estaba la familia de David allí, y entre ellos se encontraba Pedri. 

-¿Que pasa?- me preguntó preocupado mientras me cogía del brazo y me llevaba al patio de los cerezos para hablar mejor. 

-He ido a ver a Joel, hemos hablado y... -Al comenzar a hablar unas lágrimas ya se habían escapado.- Estaba muy equivocada con él, nunca ha sido mi amigo. 

-Deja de llorar a alguien que no merece tus lágrimas, no te amargues pensando en él, piensa en lo bueno, ahora ya sabes que no es como creías que era. 

-Gracias, Pedri, de verdad, por todo. 

-Solo intento que seas feliz. -Dijo sonriendo mientras me abría los brazos para abrazarlo. 

Después de estar unos minutos abrazados y en completo silencio, pensé en que eso era lo que quería y necesitaba, que no quería esconderme para estar así con él. 

-Pedri, si. -Hablé separando el abrazo y mirándolo fijamente con una leve sonrisa. 

-¿Si qué?

-Que si a tu pregunta, que si quiero estar contigo. 

-¿Estás segura? ¿No quieres tomarte un tiempo para pensar las cosas? -Se me hizo muy tierno al preguntarme eso, él, que había insistido tanto en que estuviera con él ahora decía que estuviera segura de mi decisión, que no la tomara a la ligera. 

-No, ya lo he pensado demasiado, y si quiero estar contigo. -Después de decir eso, me acerqué a él y junté nuestros labios sin importarme si nuestra familia nos veía por la ventana, con él cada beso era diferente, era nuevo, sensaciones que nunca tenía las tenía con él. 

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Hola personitas guapas... AHHHHHH ¡¡¡Por fin están juntosss después de tanto tiempo dando vueltas, Levana se decide, que guaaay!!! 

espero que os haya super encantado este capítulo que tanto estábamos esperando. ¿Cómo creéis que avanzara esta relación?

Como siempre... muchísimas gracias por vuestros comentarios tanto en la historia como en privado, de verdad que cada día me animáis más.

 <3 <3 <3 

Una rosa para el recuerdo/ Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora