Vuelta a la rutina.
Estaba caminando con Elisabeth para ir a clase, y de repente alguien chocó fuertemente mi hombro, hizo que me desequilibrara, pero mi amiga me ayudó a no caerme.
-Mira por donde vas pelirroja- Habló Marina.
-¿Perdón? Has sido tú quien se ha chocado por ir mirando donde no tenía que mirar.
-Es que tu estúpido pelo me deslumbra el camino.
-Sí, será eso... que sepas que no pienso rebajarme a tu nivel- le avisé, pero ella me cogió del brazo haciéndome girar para verla.
-¿O si no, qué?- retó.
-Quien avisa no es traidor, con eso te lo digo todo Marina.- le dije tranquilamente.
-Ui, y encima vas de chula, vaya niñata hija del demonio.
-¿Hija del demonio?- reí, sabía perfectamente que se refería por mi pelo rojizo.- No sabía que estábamos en la edad media para decir esos insultos. Pero si quieres ver que tan "hija" soy- remarqué la palabra hija- te lo puedo enseñar.-dije retadora.
-Eres una pesada, deja ya en paz a mi novio- dijo histérica.
-¿Tu novio?- volví a reír, pero esta vez de verdad- por mí como si os casáis y tenéis mil críos. No pienso perder el tiempo con gente como tú, llego tarde a clase.- cogí a Elisabeth para seguir con nuestro camino, igual que el resto de alumnos del pasillo, ella se había quedado observando la discusión.
-Nos vemos pelirroja.- se despidió Marina.
-Nos vemos, intento fallido de persona- le sonreí burlona desde lejos.
Después de las dos largas horas de Biología con el irritante profesor, llegó el recreo, esta vez estaríamos solo la morena y yo, los de la clase de letras se habían ido de excursión al "Círculo de bellas artes de Tenerife". Pasarían todo el día allí.
-Tía, no sabes lo que acabo de escuchar viniendo para el comedor.- La miré intrigante para que siguiera explicando- estaba en el baño, cuando hemos salido de clase, y por el pasillo, en el despacho del conserje, donde están las escobas y todo ese material. He escuchado a Pedri hablando con Marina, Mía, Maddie, Eric y Unai.
-¿Y?-pregunté curiosa para que continuara.
-Estaban hablando sobre ti- esta vez estaba más interesada que antes.
-¿Y qué decían?
-La idea ha sido de la arpía de su novia y sus secuaces.
-Vale, pero dime, ¿qué es?.
-Primero quiero que sepas que no sé si he oído bien, pero creo que sí. El caso, es que... han decidido hacer una apuesta.
-¿Y qué tiene que ver eso conmigo?
-Escúchame, no me interrumpas- dijo algo alterada, hice un gesto de cremallera sobre mis labios.
-Pues eso, el reto es que si te enamoras de tu primo- la miré mal- de Pedri- se corrigió- antes de que se acabe el curso, o sea en tres meses, ellos, TODOS ellos, le tienen que pagar trescientos euros CADA UNO.
-Vamos, que todo eso, ¿lo están haciendo personas de diecisiete y dieciocho años? Ni que fueran críos de diez años, madre mía lo que hace la falta de neuronas...
-Y lo peor es que Pedri no estaba muy seguro, no quería hacerlo, al principio eran cien euros cada uno, pero él se negó rotundamente a hacer algo así, pero Marina subió el precio y acabó aceptando el reto.- rodé los ojos.
-Lo que no le pagan sus padres en el trabajo, se lo pagan sus amigos por un simple reto, es flipante.
-Y espérate, que encima, Maddie te estaba criticando con las otras dos y Pedri te ha defendido. Estaban diciendo cosas sobre tu pelo, como antes Marina en el pasillo, y también sobre tus pecas, decían cosas como que eran maquilladas, y que no les llegabas ni a la suela de los zapatos. Y luego Pedri les ha amenazado, sobre todo a Marina, le ha dicho, y cito textualmente "Como te vuelvas a meter con Levana, te juro que le digo a todo el instituto que no eres mi novia" ¿Te lo puedes creer? ¡O sea, Pedri y Marina no son pareja!. Ahora la podré ir a molestar con algo, y así también la podré sobornar.
-¿No sabías que no era su novia?
-Pedri te ha defendido y tú vas y te quedas con que no sabía que no eran novios- rodé los ojos.
-¿Y qué han dicho sus amigos? Unai y Eric.
-¿Qué van a decir?, ellos estaban poco convencidos al igual que Pedri, pero como a Unai le gusta Maddie, la rubia esa de bote que sin maquillaje es un engendro sacado de la tumba de tutankamón- dijo con asco y yo simplemente reí- El caso, que como está colado por ella, y tienen tan poca personalidad, han acabado aceptando.
-¿Y Darío no estaba?
-No, comentaron algo sobre él, pero no logré escucharlo muy bien, ya que justo había sonado el timbre y estaban a punto de salir. Solo he escuchado la palabra "Cobarde" no sé si se referirá a Darío, pero...- se encogió de hombros dejando la frase en el aire.
-Este niño va a probar de su propia medicina.
-¿Qué estás pensando?
-Tengo un plan- le sonreí con una ceja levantada.
-Ya puedes estar contándome.
-Simple, seguirle el juego, hasta que el que se enamore sea él, y luego ser yo quién le deje en ridículo delante de sus amigos.
-Así me gusta, esa es la actitud.- chocamos las manos por encima de la mesa.
-Hey, fíjate en Darío, está en otra mesa.- Llamó mi atención.
-¿Tú crees que se han enfadado?
-Puede, está solo, en verdad me da pena, se le ve buen chaval, pero se relaciona con malas influencias.
-¿A qué te refieres?
-Quiero decir, que el año pasado le pasó lo mismo, por eso repitió curso, pero este año a diferencia del pasado, se ha puesto más por los estudios, pero en el tema de las amistades sigue igual de perdido. Me da un poco de pena la verdad.
-No se le ve mal niño, puede que ahora se haya dado cuenta de quienes son sus amigos realmente y por eso va a desayunar solo.
-Puede, no sé...
Al finalizar las clases, fui directa a mi nuevo trabajo, comí en el Mercedes, mamá me había preparado filetes empanados con arroz a la cubana. El día fue bastante ajetreado, aprendí nuevas cosas, como por ejemplo a hacer natillas caseras, empanada gallega, salmorejo...
Después de trabajar, llegué a casa, cené y fui a la biblioteca para hacer los pocos deberes que nos pusieron.-----------------------------------------------
Vaya culebrón se acaba de formar, me caen mal Marina y sus amigas. Supongo que a vosotr@s también. JEJE.
Espero que os guste este capítulo, comentar que os va pareciendo la historia pliis. GRACIAAS.
<3 <3 <3
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Una rosa para el recuerdo/ Pedri González
Fanfiction¿Qué pasaría si viene un completo desconocido a darte una rosa?, ¿Qué pasa si todo resulta ser un reto que le hacen sus amigos? Esta es la historia de Pedro González y Levana López. Este libro no es un cuento de hadas, se convertirá en una historia...