Al salir de clases no había visto a Pedri, supuse que me esperaría, pero no fue así, llegué a casa, dejé las cosas del instituto en mi escritorio de la biblioteca, recalenté la comida que me había dejado mi madre en la nevera y cuando acabé de comer, me puse a hacer algo de deberes hasta las cinco de la tarde, hora en la que, en teoría, había quedado con Pedri para ir a trabajar.
Lo estuve esperando durante media hora, se pasaba de las cinco, pensé que no vendría así que para no llegar tarde, cogí una bici que tenía David en el garaje y puse rumbo al restaurante. Ahora si que me había enfadado con él, tenía pensado pedirle perdón por haberle hablado mal, pero realmente era él quién tenía que hacerlo por no creer que Marina no era tan santa como parecía, y también por dejarme tirada cuando siempre quedamos a esa hora. Estaba claro, no iba a dirigirle la palabra hasta que él no me hablara.
Llegué al restaurante antes de lo que imaginaba, allí estaban Fernando y María Rosario, los saludé como siempre, con dos besos a cada uno. Después de ponerme el uniforme, Rosario me indicó que Pedri estaba en la cocina, que le ayudara con unos platos. Sin rechistar, me dirigí a la cocina y me situé al lado de Pedri con los brazos cruzados esperando a que me diera indicaciones para ayudarle.
-Lleva esos platos a la mesa doce. -Dijo serio y sin mirarme, yo sin decir nada cogí los platos y los llevé donde él me indicó, y así estuvimos un buen rato.
-¿No piensas hablar?- preguntó fastidiado.
-No.- Contesté de brazos cruzados esperando más indicaciones.
-Pues lo acabas de hacer. -Dijo, a lo que yo me crucé de brazos y arrugué la nariz mostrando mi enfado.
-¿Qué os pasa a vosotros dos? -Preguntó María Rosario entrando en la cocina dándose cuenta de que en las dos horas que llevábamos no nos habíamos dirigido la palabra.
-Nada, que tu hijo quiere defender lo indefendible.-Contesté de mala gana, a lo que ella río.
-No es eso, es que tu nuera no razona con la cabeza.- Dijo él.
-¿Qué acabas de decir?-Preguntó ella esta vez seria pero con burla.
-Pues eso, que tu nuera...- Paró en seco y se sonrojó al darse cuenta de lo que había dicho. -Mierda, no tenía que ser así, no te lo tendría que haber dicho así, olvídalo. -Pero en ese momento María Rosario ya estaba abrazándome y riendo de alegría.
-Ya sabía yo que vosotros dos acabaríais juntos, era de esperar. ¿Quién más lo sabe?- preguntó curiosa.
-Fer y tu, nadie más, no queremos que David lo sepa aún, conociéndole es capaz de arrancarme los huevos.-Dijo Pedri contestando por los dos.
-Bueno, pues entonces seré como una tumba, ¿Y cuánto tiempo lleváis juntos?
-Desde hace un par de días. - Contesté yo esta vez.
-¿Y ya estáis discutiendo?-Inquirió burlona.
-Pues sí, eso parece, pero todo es por culpa de Pedri, que quiere defender a la rata calva de Marina.-Hablé con notorio enfado en mi voz.
-Levana. -Me advirtió Pedri en forma de regaño por hablar mal.
-¿Lo ves Rosario? Defiende lo que es imposible de defender, y encima se cree mi padre para enseñarme modales.
-A ver chicos parecéis niños pequeños. Pedri, ya sabes como es Marina, una falsa interesada que se mete en la vida de los demás para hacérsela imposible, así que por una vez en tu vida haz las cosas bien y entiende a Levana. Y tu Levana, intenta no seguirle el juego a esa salamandra e ignórala, haz como si no existiera, pero si te busca las cosquillas, las encontrará, pero si vas a joderla, hazlo bien. -Después de que Rosario dijera eso, ambos asentimos con la cabeza cabizbajos como dos niños pequeños a los que su madre les acaba de reñir- Y ahora hacer las paces y a trabajar, que este restaurante no se mueve solo. -Seguidamente salió de la cocina dejándonos solos para hablar las cosas.
-Me he enterado que le has dado trabajo a Hugo.-Comencé yo hablando ya que ninguno de los dos sabía que decir.
-Sabía que Marina le ofrecería dinero a cambio de mentir, lo lleva haciendo toda la vida. -La situación se había vuelto un poco incómoda, no sabíamos como seguir y el silencio era de todo menos cómodo.
-Levi, yo no he defendido a Marina, lo que pasa es que no quiero que te rebajes a su nivel, no le sigas el royo, si ella quiere pelea pues que se la busque con otra persona, pero no contigo.
-Bueno, pero al menos se ha ido a casa una semana y ahora la directora sabe como es realmente, después de eso no creo que vuelva a meterse conmigo.
-En el instituto no lo hará, pero fuera de él...
-Pues entonces saldrá a la luz el negocio de su familia.
-Aún no es seguro.
-Visto lo visto...
-Bueno, perdóname por lo de antes.
-Perdonado. -Dije intentando esconder una sonrisa. -Pero no te perdono que no hayas pasado por casa para venir juntos ni que se lo dijeras a tu madre de esa forma.
-¡Venga ya! Pasado pisado, no he pasado por tu casa porque estaba enfadado, y lo reconozco, soy muy orgulloso, pero admite que tu también lo eres, y mucho más que yo, y lo de mi madre... Bueno, eso es porque tengo muchas ganas de decir que por fin eres mi novia.
-Tiempo al tiempo, espera a que primero se lo digamos a David y ya luego puedes decírselo a quien quieras.
-Vale- dijo de mala gana y haciendo un puchero como un niño pequeño- va vamos a seguir con la faena que esta noche vendrá bastante gente.
-Pues todo arreglado ¿no? -Pregunté acercándome a él para depositar un beso en sus labios.
-Hmm, todo arreglado- Susurró para después agarrarme de la cintura y besarme.
Después de eso seguimos trabajando hasta las doce de la noche, cenamos algo rápido y me acompañó a casa, para llegar más rápido a casa, a Pedri se le ocurrió la maravillosa idea de ir los dos en la bici, yo subida en el manillar mientras que él pedaleaba. Al principio pensé que me caería, pero poco después al ver que iba bien segura comencé a extender los brazos y a sentir el aire como chocaba cada parte de mi, a lo que Pedri no paraba de reír por eso, decía que le recordaba a la escena de Titanic cuando Jack sujeta a Rose y ella extiende los brazos mientras dice que está volando.
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Hola personitas guapaas, espero que os haya gustado este capítulo y que comentéis que os parece.
Como siempre digo, muchas gracias a todos por el apoyo que estoy recibiendo. Y creo que no tengo nada más que decir jaajajja.
<3 <3 <3
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Una rosa para el recuerdo/ Pedri González
Fiksi Penggemar¿Qué pasaría si viene un completo desconocido a darte una rosa?, ¿Qué pasa si todo resulta ser un reto que le hacen sus amigos? Esta es la historia de Pedro González y Levana López. Este libro no es un cuento de hadas, se convertirá en una historia...