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Durante las tres últimas horas de instituto, no pude prestar atención a ninguna de las clases. Mi mente estaba vagando por el espacio, pensando en como sería ir en el coche con Pedri. Estaba segura en que no le dirigiría la palabra. Estaba imaginando diálogos para hablar con él y decirle todo lo que opinaba de él, que era un arrogante, mentiroso, miope por no ver como era realmente su novia y sus amigas, cabezón... y más cosas que se me ocurrían entre clase y clase. Pero llegó la hora de salir, y como no me convencía ninguno de los diálogos, opté por callar, porque a veces, el silencio dice más que mil palabras.

Subí al coche después de saludar a Valentino y Asclepio, Pedri seguía sin llegar, me estaba cansando de su impuntualidad así que decidí salir a buscarlo. Y como en el almuerzo, estaba con los inútiles de sus amigos. Cuando llegué con ellos, sus amigas me miraron con asco, pero no pensaba rebajarme a su nivel, no les devolví la mirada y eso les molestó aún más.

-Vamos, Valentino y Asclepio nos están esperando.-dije cortante.

Sin dirigirme palabra, se despidió de sus amigos y fuimos juntos al coche. No fue incómodo, agradecí que no me hablara, porque si lo hacía, no tardaría en volver a ponerme nerviosa o a darle otra bofetada. Cada uno estaba metido con sus propios pensamientos, hasta que él interrumpió los míos.

-No es mi novia- dijo parándome y mirado mis ojos.

-Pues vale, como si me importara mucho lo que haces y dejas de hacer con tu vida.- proseguí con la marcha y él sin decir nada volvió a mi lado.

Todo el camino fue silencioso, menos por parte de Asclepio y Pedri, que como el día de la comida, iban discutiendo, pero esta vez por la música. Los ignoré, estaba sentada en el sitio del copiloto al lado de Valentino, que al igual que yo, iba callado, pero él con la vista en frente y yo en la ventana viendo como adelantábamos algunos coches. Al llegar a casa, fui a mi habitación para cambiarme por algo más cómodo. Y después fui a comer, mamá ya había dejado la comida preparada. David estaba trabajando, al igual que mamá, ahora era ella quién atendía la recepción de la clínica.

-Levana, ¿tú que dices si o no?- preguntó Asclepio mientras comíamos los tres.

-No sé de qué habláis.

-Pues de que su curso es más fácil que el mío.- dijo obvio Pedri.

-Para nosotros ahora es fácil, pero porque tenemos más experiencia académica, cuando estábamos en su curso era igual de difícil que lo que hacemos ahora. Por lo tanto, opino que es igual de difícil, simplemente que también son distintas edades. Quiero decir, si tuviéramos su edad pensaríamos que es difícil, pero ahora que hemos adquirido más conocimientos, no nos parece excesivamente complicado. Otro ejemplo, segundo de bachillerato te parecerá complicado, pero cuando vayas a tercero de carrera dirás "¿eso me parecía difícil?"- me encogí de hombros y seguí comiendo espaguetis a la carbonara.

-Toma, en toda tu cara primo- celebró el menor.

Después de eso, no volvimos a hablar ninguno de los tres. Asclepio hacía preguntas que nosotros contestábamos, pero eran esas de respuesta corta. Cuando terminamos de comer, fui a la biblioteca para hacer cuanto antes los deberes y así poder pasar un rato con mi hermanastro. Pero para mi desgracia, Pedri también tenía la intención de dirigirse a la biblioteca de la casa.

-Esta es mi mesa y esa la de tu tío- dije señalando las mesas para que se fuera a otro lugar, pero eso no le importó, apartó las cosas de David y se colocó él.

-Ya no- contestó sonriendo. Pero no le contesté, solo bufé y murmuré un "gilipollas" para mis adentros.

-Lo que te he dicho antes iba en serio.- dijo después de media hora en silencio haciendo los quehaceres.

-Y lo que te he dicho yo también, no me importa tu vida, así que deja de meterte en la mía.

-Yo no me meto en tu vida.- replicó.

-Encima tienes el valor de mentir- reí sin gracia levantando mi vista del libro- eres tú quien no quiere que me junte con "Monts". ¿Pretendes que vaya con tus amigos después de como me han despreciado?- pregunté con sinceridad.

-Vale, puede que tengas algo de razón, pero esos amigos tuyos, son mala influencia, ya has visto que han castigado a uno de ellos.

-Eso no tiene nada que ver, creo que la mala influencia son los tuyos y lo que hacen contigo, y "no tengo algo de razón"- repetí sus palabras- tengo TODA la razón.

-Llevo con esas personas desde siempre, no pretendas que me separe de ellos por una tontería en el comedor.

-Pues tú no pretendas que yo me separe de los míos porque a ti no te agraden.

-Al final veremos quien tiene razón.

-Pues eso, a ver quien tiene mejor gusto con las amistades.- Le dejé con la palabra en la boca, pues me fui de allí sin haber acabado los deberes, ya los acabaría en otro momento en el que él no estuviera.

Fui con Asclepio y le ayudé con sus deberes de matemáticas. Después de explicarle las divisiones con dos cifras, fuimos a la sala de cine y juegos. Estábamos jugando al "Mario carts" de la wii. Estaba por ganar la carrera justo cuando alguien apaga la pantalla.

-Mi tío me ha dicho que hoy me quedo a dormir, que mis padres han tenido que ir a Gerona por una reunión de la universidad de Fer.-Dijo Pedri sujetando el mando de la pantalla.

-Bien, ¿duermes conmigo y con Levana?- preguntó Asclepio entusiasmado.

-No creo que sea buena idea, mañana hay cole y tenemos que descansar, a demás, Pedri puede dormir en una de las habitaciones para invitados.- sugerí con una sonrisa al niño.

-Supongo que Levana tiene razón, no creo que sea buena idea dormir juntos.-siguió Pedri.

-Si, no vaya a ser que la novia y los amigos le dejen de habar por dormir conmigo- le sonreí con maldad, él bufó.

-¿El primo tiene novia?- preguntó Asclepio.

-No- dijo él

-Sí- contesté yo a la misma vez. El pequeño nos miró confundido, pero enseguida prendió la pantalla para seguir jugando.

-Tengo que ir a mi casa a por algo de ropa y el pijama- me dijo esta vez a mí.

-Pues ves- le contesté cortante mientras jugaba.

-Me tenéis que acompañar, no voy a ir solo.

-¿Te van a violar? ¿O te van a atracar?- negó con la cabeza- pues entonces puedes ir tú solo, coge las llaves de la entrada y entras con ellas, no toques el timbre porque estaremos jugando, y como comprenderás paso de dejar de jugar para abrirte la puerta.

-Está bien- bufó bajando las escaleras y pisando fuerte.

Al cabo de un rato, para las siete de la tarde llegó acalorado, con una mochila llena de ropa. Asclepio y yo ya estábamos en la terraza, hacía rato que habíamos dejado de jugar, ahora nos encontrábamos en la piscina. Él en remojo y yo intentando coger algo de color para broncearme.

-Primita, te vas a poner más roja que tu pelo.- comentó Pedri con burla, pero nadie se rio al respecto.

-¿Te crees muy gracioso?- le contesté, me levanté de la tumbona y lo empujé al agua aún con la ropa puesta. -Ahora ya sabrás que no te tienes que meter conmigo- volví a hablar cuando sacó su cabeza del agua, agarró mi tobillo con fuerza y me tiró con él.

El agua helada chocó contra mi cuerpo, y Pedri simplemente se limitaba a reír mientras yo le salpicaba con las manos, por un corto tiempo olvidé todo lo que había pasado con él. Pero justo en ese momento lo arruinó, volvió a ser el mismo de siempre, había vuelto a meterse con el color rojizo de mi pelo. Así que sin decir nada, salí de la piscina y fui a mi cuarto para ducharme y cambiarme.

Pedri se fue a duchar y a cambiar después de haber jugado con su primo en la piscina, mamá y David ya habían llegado y cenamos los cinco juntos.

-¿Sabéis que le primo tiene novia?- comentó Asclepio durante la cena.

-Y además, una muy borde. -le seguí.

-Pedri tiene buen gusto, no creo que sea como dices Levana- le apoyó su tío.

-Que no tengo novia, solo es una amiga- dijo enfadado.

-Eso es lo que se dice al principio- se burló mi madre.

Cuando todos fueron a sus respectivas habitaciones, yo subí a la planta de arriba para acabar mis deberes de filosofía, los cuales no tenían ni pies ni cabeza para mí, intentaba explicar que era el riesgo, pero no se me ocurría nada.

-¿Qué haces haciendo ahora los deberes?- preguntó alguien desde la puerta, sabía que era Pedri sin tener que verlo.

-No los he acabado antes porque eres un pesado.

-Pero son la una de la madrugada.- ahora hablaba desde mi lado.

-¿Y tú que haces despierto a estas horas?- cuestioné

-No podía dormir- dijo simple

-¿Y por qué vienes a la biblioteca si no puedes dormir?

-Porque me relaja leer, venía a por un libro.

-Pues cógelo y vete-dije rascando mi sien mientras volvía a intentar entender los deberes.

-¿Te ayudo?- se ofreció, parecía que quería hacer las paces, y yo quería acabar cuanto antes así que le dejé la hoja con la pregunta.

-Explica que es el riesgo- leyó en voz alta.

-Pues eso, ¿a qué se refiere?

-¿Eso es lo que te cuesta?- se burló.

-Déjate de burlas y ayúdame que tengo sueño.

-Es una hoja en blanco, así que...- pensó- y la profesora de filosofía está un poco pirada- volvió a pensar.

-¿Y qué se supone que tengo que hacer con eso?- rompí sus pensamientos.

-Arriésgate.- dijo simple. Le miré sin entender.

-Deja la hoja en blanco y al final, pones "Esto es el riesgo" y "BUM" se lo entregas.-dijo levantando las manos como si fuera la mejor idea de su vida.

-¿Así sin más? ¿Tú te crees que soy tonta?

-Te lo estoy diciendo en serio, no bromeo- dijo serio mirando mis ojos.

-Bueno, si tú lo dices...-dije no muy segura, pero me arriesgué y seguí la instrucción de Pedri- Gracias.

-De nada primita.- me guiñó un ojo y se fue escaleras abajo con un libro en la mano.

Recogí y preparé todas las cosas para el día siguiente. Llegué exhausta a mi habitación, me tiré encima de la cama y sin abrir las sábanas, me quedé dormida en un santiamén.

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Siento no haber subido ayer capítulo, es que no pude porque salí y me quedé a dormir a casa de mi mejor amiga. Espero que este capítulo lo compense, es el más largo que he hecho de momento, y espero que os guste leerlo tanto como a mi me ha gustado escribirlo.

<3 <3 <3

Una rosa para el recuerdo/ Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora