Día 1

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Palette se encontraba muy emocionado, tanto que ni desayunó antes de salir de casa, pues había procurado llegar temprano al punto de encuentro y así no hacer esperar a Goth, aunque este ya se estaba tardando en aparecer.

Algo preocupado pensó en llamarlo, pero justo cuando sacaba su celular de su bolsillo, vio al más bajo a lo lejos.

Entusiasmado se acercó rápidamente y se le ocurrió abrazarlo, pero Goth lo conocía muy bien, ya que anticipó lo que planeaba hacer y alzó su mano, dándole a entender que si era necesario lo empujaría.

—Perdón por la demora.

—Ah, no es nada —Respondió guardando distancia con el contrario, no quería incomodarlo— ¿Nos vamos de una vez? Este día será ajetreado.

—Bueno.

El mayor empezó a caminar hacia la parada de autobús más cercana y el de gorra solo lo siguió en silencio.

No era lo que esperaba al encontrarse con Goth, se imaginó las cosas un tanto diferentes, quizás debía dejar de soñar despierto.

Suspiró desilusionado y pronto se percató que había mucha gente en las calles, no se tomó el tiempo para pensarlo mucho y simplemente agarró la mano de su amigo.

—¿Qué haces?

—Es por si acaso, así no te pierdo de vista —Aclaró y para que el de capucha no siguiera con las preguntas aceleró el paso.

—E-espera, Palette, vas muy rápido.

—Ay, perdón.

Se le olvidó otra vez que Goth tenía piernas cortas.

—¿Lo haces a propósito, verdad?

—¡Claro que no!

—Maldita sea, no es justo ¿Por qué eres más alto que yo? Se supone que soy el mayor aquí.

Siguieron caminando, pero esta vez sin tanta prisa y Palette no pudo evitar sonreír como un tonto porque al parecer Goth no tenía ningún inconveniente en ir agarrados de la mano, pues no le había pedido que le soltará o siquiera mencionó algo sobre ello.

Cuando llegaron a la parada de autobuses, siguieron con las manos entrelazadas, sin embargo, eso acabó una vez llegó la hora de subir al transporte público, el de capucha soltó la mano de Palette para poder pagar al conductor.

Lo único bueno ahora era que habían muchos asientos libres.

—En unos minutos bajaremos, no te vayas a olvidar —Avisó por si acaso el de bufanda roja.

—Descuida, no me olvidaré —Se juntó un poco al contrario, haciendo que sus hombros chocarán—  ¿La vista es bonita?

—Ah, sí... —Apoyó su cabeza a la ventana del autobús y se cruzó de brazos, en un intento de fingir que no le ponía nervioso la invasión a su espacio personal— Esperó que no haya mucho tráfico...

Al final del día, después de ver quién sabe cuántos departamentos, eligieron uno que terminó convenciendo a los dos, no era muy caro y estaba en una buena zona, de inmediato firmaron el contrato y pagaron lo que debían pagar, no perderían tiempo y mañana mismo estarían mudándose a su nuevo hogar.

—No te preocupes por nada, Goth, he planeado todo, incluso ya contacte con una empresa de mudanzas.

Iban con tranquilidad hacia al paradero y así volver cada uno a su respectivo hogar, aunque el de gorra deseaba que nunca llegará el momento de despedirse.

—Bien, supongo que aportaré con algo de dinero, no quiero que hagas todo por mí —Ajustó su bufanda roja y se armó de valor para preguntar cierta cosa— Palette, eh... ¿Crees que pueda dormir en tu casa? 

—¡Claro que sí! —Respondió de inmediato y agarró sin previo aviso las manos ajenas— Será muy divertido, cenaremos y dormiremos juntos.

Palette no sabía que se podía ser tan feliz, literalmente podría morirse en ese instante y no importarle en lo más mínimo, solo Goth era capaz de causarle tanta dicha.

Convivencia en pareja ‹‹Poth - Reto 30 días››Donde viven las historias. Descúbrelo ahora