Día 6

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No fue capaz de dormir la noche anterior y era obvio el porqué.

Estaba triste, pero no podía mostrarlo, no quería hacer sentir culpable a Goth, después de todo, no era su obligación corresponderlo.

Suspiró y suspiró otra vez, más bien, suspiró muchas veces.

Triste, triste...

No deseaba salir de su cama o siquiera de su habitación.

¿Cómo podría ver a la cara a su amigo ahora?

Triste, muy, pero muy triste, demasiado...

Sabiendo que no podría esconderse toda su vida, salió para enfrentar la dura realidad.

—Buenos días.

—Hola.

Se sentó junto al mayor y tomó el desayuno a su lado.

—¿Y cómo va... lo de la habitación del bebé de la vecina?

—Bien, aunque hoy tiene una reunión familiar, así que mañana seguiré con el trabajo.

—Ah, bien...

Si pudiera nombrar este día, entonces se llamaría el día de los suspiros.

—Está lloviendo.

—¿En serio? ¿Entonces por qué no nos quedamos en casa?

El mundo estaba en su contra, a este punto iba terminar llorando delante de Goth, es que ya no podía aguantar esta asfixiante presión en su pecho.

—Estaría bien... ¿Palette?

—¿Uhmm?

—Lo siento por lo de anoche.

Se le quería escapar un te amo, pero no podía, no podía, no podía, por más que quisiera y se estuviera muriendo por gritar esas malditas palabras, no podía.

—No, Goth, no importa, sabes que soy algo impulsivo y... yo te a... Te quiero.... como amigo...

—Ah...

—¿Y qué haremos? Digo, como está lloviendo y eso...

—No lo sé.

Se negaba que el silencio volviera, así que cambió de tema de conversación, algo para alegrar el ambiente.

—Sabes, yo...

—¿Tú qué?

—Me preguntaba por qué usas ropa tan grande siendo tan bajito, te ves gracioso —Quería decir tierno, pero no, mejor no.

—Bueno, uno no debe estar cómodo, por lo menos en casa, no es como si no tuviera algo de mi medida.

—¿Y por qué blanco? Casi toda tu ropa es de ese color ¿Te gusta el blanco? Si no fuera por tu bufanda...

—Espera ¿Me lo está diciendo el que parece un arcoíris andante? Te recuerdo que en la secundaria andabas con toda tu ropa manchada de pintura. Además tu gorra ¿No te molesta? ¿Y si se te cae?

—¿Por qué te pones tu capucha siempre? ¿Acaso te estás ocultando de algo? ¿Es del sol? ¿O la lluvia?

Ni se dieron cuenta cuando empezaron a hablar de la vestimenta del otro.

Por un segundo los dos se olvidaron de lo que anteriormente les aturdía y compartieron muchas risas.

—Goth, creo que bien podría...

—¿Usar mi ropa?

—Sí, será divertido y tú usarías la mía.

—Bueno, no es como si hubiera algo más que hacer.

Convivencia en pareja ‹‹Poth - Reto 30 días››Donde viven las historias. Descúbrelo ahora