Día 7

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El hecho de que sigan siendo amigos era lo mejor.

O por lo menos Goth quería creer eso, pero es que simplemente no deseaba arruinar su amistad de años, aunque realmente era difícil actuar como si no sintiera nada, agradecía que ayer Palette rechazará el beso que trató darle, dolió, sí, mas era lo mejor.

Este día pensó que las cosas estarían raras y aquello no podía evitar entristecerlo, sin embargo, para su sorpresa, el menor se comportaba igual que siempre, aunque se notaba un tanto metido en sus pensamientos, incluso durante el tiempo en que estuvieron cocinando.

Mientras esperaban que se cociera las verduras y el pollo, el de gorra parecía querer preguntarle algo, desde hace unos minutos andaba inquieto, no dejaba de moverse y sentía que en cualquier momento este se le tiraría encima.

—¿Entonces...?

—¿Sí?

—¿Planeas salir con tus amigos estos días?

—Eh... —Se encogió en su lugar por la extraña curiosidad del contrario— ¿No?

—¿Seguro?

—Sí, seguro.

—¿Segurísimo?

—Segurísimo.

No sabía cómo es que terminaron en esa posición, Palette lo tenía acorralado contra la encimera de la cocina, se sentía muy intimidado por alguna razón.

Esto era realmente ridículo...

Por suerte alguien llamó a la puerta ese instante.

—¿Por qué no vas a ver quién es? —Empujó suavemente al más alto con sus dos manos.

—Ah, bueno...

Una vez solo se abrazó a sí mismo en un intento de reconfortarse.

¿Su relación con Palette podría ser igual que antes?

—¡Goth! ¡Goth! ¡Goth!

Escuchó la voz del menor muy emocionada, la cual provenía de la sala, por lo que fue a ver el motivo del entusiasmo.

—¿Qué pasa?

—¡Mi tío Nightmare me envió algunas cosas!

—Sí, claro, algunas cosas...

Había por lo menos diez cajas en el suelo, tantos grandes como pequeñas.

De cierta forma envidiaba como a Palette lo llenaban de regalos cuando ni siquiera era su cumpleaños o algún día festivo.

Aún recordaba como su tío Papyrus le decía casi siempre que lo material no duraba mucho y era vacío, que lo realmente importaba era el amor y el no sé qué, bla, bla, bla...

Maldita sea, también deseaba que el único tío que conocía le mime regalándole cosas.

Con una envidia disimulada se acercó al contrario y procedieron a ver el interior de las cajas.

—Mira, es una taza muy bonita.

—Y aquí hay un marco de fotos...

—¡Una lámpara!

Goth resopló molesto y se cruzó de brazos, aunque luego ese enojo desapareció al recordar que los dos vivían bajo el mismo hecho, así que técnicamente todas las cosas de Palette también le pertenecían, es como si estuvieran casados.

—Espera ¿Qué estoy pensando?

—¿Uhm? ¿Dijiste algo?

—E-eh, no... —Sintió de repente su rostro arder de vergüenza— Voy a fijarme en como va la cena, tú sigue con lo tuyo.

Apresurado caminó hacia la cocina y en seguida se concentró en mover el estofado con una cuchara de madera.

Los pensamientos que tenía no eran normales.

—Goth.

Se exaltó al escuchar la voz de Palette detrás suyo, aunque lo supo disimular muy bien.

¿Acaso era mucho pedir unos segundos de paz?

—¿Qué? —Preguntó con cierto tono borde, ahora no se encontraba de un muy buen humor— ¿Qué quieres ahora?

—Sabes, si te pones tu bufanda de este modo, te parecerás a...

Hizo un gran esfuerzo para entender el comportamiento del menor, es como si hoy se hubiera propuesto poner al límite su paciencia.

—Eres la caperucita roja, Goth, solo te falta tu canasta —Comentó estando cerca del rostro ajeno.

—Ah, sí, claro y tú serías el lobo feroz ¿No?

—Oh, ahora que lo d...

Con la palma de su mano golpeó la frente del más alto en un intento de defender su espacio personal.

—¿Hey y eso por qué?

—¿En serio preguntas? —Cuestionó mientras volvía a ponerse su bufanda alrededor de su cuello.

—Tú podrías ser caperucita roja y yo el lobo feroz.

—No.

—Tú Mario y yo la princesa...

—¡Aaahh, no te voy a escuchar!

Palette se estaba comportando muy raro.

—¡Goth, tú serías la sal y yo la azúcar!

—¿¡Qué!? ¡Deja de decir tonterías!

Corriendo se dirigió a su habitación y nada más entrar, se encerró, se recargó contra la pared y terminó sentando en el suelo.

Esperaba estar equivocado, pero sentía que de cierta manera Palette le andaba lanzando indirectas desde la mañana.

—Goth...

—¿Qué quieres?

—Nada, lo siento, es que... estoy desesperado.

—Ya no importa —Se encogió de hombros y se apegó a la puerta— Solo tú eres capaz de hacerme sentir tantas cosas a la vez en tan poco tiempo.

—¿Eso es bueno?

—No lo sé...

—Se me acabaron las ideas, Goth ¿Ahora qué hago?

—No es necesario que hagas algo —Respondió y se levantó para abrir la puerta— Lo digo en serio.

Iba a protestar cuando al contrario lo abrazó de pronto, mas al final no dijo nada y se permitió disfrutar el momento.

—Palette, por cierto, yo nunca voy a vestirme de algún personaje de una película, libro o serie.

—¿Ni por mí?

—Bueno, por ti podría hacer una excepción...

Convivencia en pareja ‹‹Poth - Reto 30 días››Donde viven las historias. Descúbrelo ahora