Un esqueleto de baja estatura, vestido con ropa tan holgada que parecía un trapo viejo yacía tirado sobre el gran sofá de la sala.
A simple vista uno diría que andaba vagando, mas no era nada eso, simplemente era domingo y no encontraba nada bueno que ver en la televisión, así que cambiaba rápidamente de canal en un intento de hallar con que entretenerse.
—Goth, deja de flojear y haz algo—Reprochó el progenitor del mencionado, quien bajaba las escaleras mientras sostenía una cesta llena de ropa sucia.
—Ajá... —Respondió sin siquiera haberle prestado atención a lo que decía Reaper.
Después de pasar horas y horas llenas de puro aburrimiento, un canal por fin le pareció interesante, pero justo en ese momento su padre le quitó el control remoto y apagó la televisión.
—¿Eh, qué haces? —Preguntó volteándose para encarar al mayor, aunque se encogió en su lugar al ver la expresión seria de este.
—Hijo, yo te quiero mucho, pero no puedes seguir así, tienes veintisiete años y ya es hora que vueles del nido ¿Me entiendes, verdad?
—No, no lo entiendo ¿Por qué tengo que irme? Si los dos convivimos muy bien en esta casa —Se acurrucó en el sofá un poco deprimido, pero todo eso acabó cuando Reaper se acercó y lo empezó a zarandear— ¡Ay, detente!
—No te hagas la víctima —Soltó al menor y se cruzó de brazos ante este, quien dejó de estar echado— No trabajas ni me ayudas con los quehaceres del hogar ¿Piensas seguir siendo un parásito?
—Bien, deja de reprocharme, empezaré a... lavar mi ropa y... ¿cocinar dos veces por semana?
—No, Goth, ya te dije, es hora que vueles del nido. Incluso tu amigo Palette va a independizarse y es mucho menor que tú, deberías aprender de él.
—¿Qué? ¿En serio?
—¿No te lo dijo? Pensé que se hablaban de todo, como eran muy buenos amigos...
—Uhg, cómo crees, hemos perdido el contacto hace años y no voy a andar de metiche en su vida.
—Bueno, entonces ya lo sabes... ¿Y?
—¿Y qué?
—¿Cuándo...?
—Ah, no, no, no, eso si que no, papá —Se puso de pie y fue directo a las escaleras— Si vas a seguir molestando entonces mejor me voy a mi habitación.
—Goth, ven aquí, no terminamos de hablar —Siguió al mencionado, mas este se apresuró y se encerró en su cuarto— ¡Goth!
∆
Nada más tener su celular en sus manos, el de sudadera blanca marcó el número de Palette y esperó que atendiera.
—¿Diga?
—¿Cuándo me ibas a decir que te ibas de la casa de tu papá? —Cuestionó de manera fría.
—¡Ah, hola, Goth! ¿Cómo estás? ¿Todo bien?
La voz alegre de Palette tomó desprevenido al más bajo, quitándole rápidamente el enojo.
—Primero responde a lo que te pregunte —Habló de forma menos severa.
—¿Cómo te enteraste? No se lo dije a nadie.
—Eh... —No tardó en inventarse algo que suene genial— Mi papá tiene contactos.
—Pfft, sí claro...
—Bueno, no cambies de tema ¿Y bien?
—No sé, la opción de vivir en otro lado vino de repente un día, supongo que no quiero depender más de Ink, además creo que solo soy un carga para él, ya hizo mucho por mí y...
—Te cuidó porque no le quedó de otra y para parecer el bueno de la historia ¿Lo recuerdas, verdad?
—Goth, no deseó sonar grosero, pero... ¿Por qué llamaste? Estoy ocupado empacando mis cosas y necesito mis dos manos para hacerlo más rápido.
—Espera... ¿Estás empacando? ¿Acaso ya encontraste algún lugar?
—No, aún no.
—¿Entonces?
—Responde tú primero.
—Mi papá me pide que actúe como un adulto y me vaya de una vez de la casa. Ahora tú.
—La respuesta deberías saberla, mi cuarto es un desastre, basura por aquí, basura por allá, tardaré por lo menos dos días en saber qué tengo que empacar.
Los dos se mantuvieron en silencio por un rato hasta que Palette se le ocurrió una excelente idea.
—¡Deberíamos vivir juntos!
—¿Qué?
—¡Siempre quise compartir departamento con alguien! Y no hay mejor alguien que tú, quien conozco hace años y nos llevamos de maravilla. Ya nos veo, Goth, buscaríamos algún lugar lo suficientemente grande para vivir, tendría dos habitaciones para que...
—Palette —El mencionado no lo escuchaba, era un caso perdido.
—... y tú cocinarías los martes, jueves y viernes...
—Palette, escucha...
—...podríamos adoptar un perrito y, eh, yo pagaría una parte del alquiler y tú la otra parte.
—No creo que sea...
—¡Seríamos como una pareja!
—¿Cómo dices? —Preguntó extrañado por lo escuchado.
—De a-amigos, claro...
—Uh, bueno —Rodó sus cuencas indiferente y suspiró— Te quería decir que...
—¿Te puedo decir una cosita antes?
Goth harto de que no pararán de interrumpirlo decidió colgar, una vez lo hizo, dejó su celular en el escritorio y se acostó en su cama, necesitaba pensar.
''''''
Era una linda mañana y como era usual, Reaper se encontraba en el comedor tomando su desayuno, o sea, una taza llena de café, todo estaba tranquilo, solo eran él y su adorada cafeína, pero pronto su hijo se apareció delante suyo, aquello le resultó extraño, pensaba que este no le dirigiría la palabra por lo de ayer.
—Me voy.
—Uh, bien... —Asintió levemente— ¿A dónde vas? ¿Y a qué hora regresas más o menos? No te olvides de mandarme un mensaje p...
—Creo que no lo entiendes, me voy de casa, me iré, volaré del nido, batiré las alas y me iré muy lejos de aquí.
El mayor miró confundido como su primogénito se alejaba hasta llegar a la entrada de la casa, este abrió la puerta y salió, aunque después se asomó y se vieron entre sí por un rato.
Reaper no sabía qué esperar, así que tomó otro sorbo de su café, solo dejó de prestarle atención por un segundo y su hijo ya no estaba.
—¡Idiota, se supone que debías detenerme! —Exclamaba el menor mientras se alejaba de su casa corriendo— ¡Idiota, idiota, eres un tonto...!
—Perfecto, no cerró la puerta.
Sí, eso era lo único que le preocupaba en ese momento, pues sabía que Goth volvería por sus cosas tarde o temprano, algunas veces se comportaba de una manera un poco infantil y eso era divertido, le recordaba a Geno.
—Supongo que se parece más a ti, después de todo.
En su rostro se formó una sonrisa y sin poder evitarlo se le escapó una pequeña lágrima traicionera, la cual no tardó en limpiar.
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Convivencia en pareja ‹‹Poth - Reto 30 días››
FanficGoth Renrink, y desgraciadamente Crayon, se va de casa para vivir con su amigo Palette. Dicen que muchas cosas pueden cambiar en poco tiempo, en treinta días para ser más exactos, ahora la duda es que si será verdad.