Paciente 325 | KakaObi

28. El Principio Del Fin

Todo comienzo tiene un final y el final es el comienzo de algo más; una vida siempre muere y cuando eso pasa otra nueva vida nace, así es el ciclo de la naturaleza, de esa manera fluye con un orden en específico para mantener un equilibrio en este mundo.

Es algo bastante claro, desde hace años e incluso antes de la humanidad, ha existido este estilo de vida; pero algo tan importante y sencillo pasa debajo de los pies de muchas personas ignorantes, algo que sucede todos los días es ignorado por la gente que habita cada casa del mundo.

Pero, si tuviésemos el control de cambiar ese ciclo; de crear cualquier tipo de vida o de hacerla eterna, de jugar con la muerte o simplemente ser un Dios y hacer lo que nos venga en gana. Todo sería muy diferente y tal ciclo no sería ignorado, simplemente pisoteado por la estupidez humana.

Aún así, para la mente de Kakashi; por muy irreal o idiota que sonara la idea de poder tener en sus manos a la madre naturaleza... Simplemente era lo único que quería en ese momento.

O quizás controlar el tiempo esa noche, regresar unos minutos antes y evitar una tragedia. Pero los segundos se escapan de sus manos como gotas de agua; bajo la oscura noche nublada siendo mojado por la lluvia, estaba procesando otra vez lo que es la realidad.

Sus labios temblaban mientras buscaba qué decir, sus ojos trataban de no creer lo que estaba frente a él; sus piernas se quedaron congeladas y su cerebro en blanco sin tener la mínima idea de qué era lo que estaba pasando.

— Kakashi — Llamó su papá colocando una mano sobre su hombro, sin embargo el menor lo ignoró completamente sin apartar la mirada de la entrada del callejón.

Aquella entrada, donde el suelo estaba manchado por un charco de sangre y decorado con dos cadáveres que ambos Hatake conocen a la perfección.

Maito Gai, era uno de esos cadáveres.

Kakashi simplemente no podía creerlo, no podía soportar el hecho de ver a su mejor amigo muerto; con una puñalada en el abdomen, la sangre salía de aquella herida y levemente de la comisura de sus labios.

— Kakashi... — Volvió a llamar el mayor, pero su hijo ni siquiera le dirigía la mirada.

— Gai... — Susurró el menor, sus piernas empezaron a temblar y su voz dolorosa salió entre cortada; dando a entender que en cualquier momento sus emociones explotarían.

Sus orbes oscuros temblaban sin apartar la mirada, aunque le doliera; simplemente no podía apartar su mirada, cada segundo esperaba que fuera una pesadilla, o que su amigo le estuviera gastando una broma pesada.

— Ga-Gai... — Volvió a llamar sin recibir respuesta, finalmente sus piernas fallaron y cayó de rodillas frente el cuerpo frío de su amigo; las lágrimas no tardaron en salir mientras que su última pizca de inocencia infantil trataba de seguir con la esperanza de que lo que está pasando no es real.

Sin importar que su ropa y sus manos se mancharan de sangre, se acercó más al pequeño cuerpo del azabache entre el charco de sangre; posó una mano sobre el hombro contrario moviendo el reciente cadáver, como si fuese a despertar de esa forma.

— Gai, por favor... No me hagas esto — Decía, tratando de convencer a su mente de que el moreno podía escucharlo, mientras seguía moviendo su hombro para "despertarlo" — Por favor, esto no es divertido, abre los ojos... Gai...

Suplicaba entre lágrimas bajo las fuertes y dolorosas gotas de lluvia, las nubes ocultaban la noche creando un clima mucho más tétrico; el padre de Kakashi simplemente se quedó en silencio, ni siquiera él podía procesar del todo lo que estaba pasando.