🌻 Capítulo 9 🌻

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Iban en la moto de Chifuyu, sintiendo el viento en sus rostros, no tenias idea de a dónde pensaba llevarte, solo te había dicho que estuvieras lista y nada más. Te aferraste fuerte a su cuerpo, no porque tuvieras miedo de caerte, después de todo tu hermano era un tonto para manejar y varias veces habías estado a punto de caerte, sino porque con el sentías calma, cuando estaban juntos sentías que todo desaparecía, que sólo eran el y tú.

Después de algunos minutos Chifuyu se detuvo, habían llegado a la orilla del río donde pasaban horas mirando al cielo o lanzando piedras.

De pronto aparecieron Baji y Takemichi, tu regresaste a ver a Chifuyu confundida.

- Solo me estaban ayudando con algo, ya se iban.

- Si enana, ya nos vamos ¿verdad Takemicchi? - dijo Baji agarrandolo del cuello como si fuera un perro, tu solo te reíste - por cierto feliz cumpleaños a los dos, disfruten la velada.

- Feliz cumpleaños - dijo Takemichi tratando de no caerse mientras Baji lo arrastraba.

- Ese par no cambia - dijo Chifuyu - estuve todo el día haciendo esto para ti, espero que te guste.

- Es muy hermoso - dijiste viendo todo lo que habían estado haciendo. Había una carpa pequeña de la cual colgaban varias telas y cintas de colores, dentro de esta habían varios cojines, velas aromáticas y una manta estaba sobre el suelo. A un lado había una mesa con dos platos de comida y un pequeño pastel con un par de velas de color dorado que tenían el número 14 en ellas. También había una manta más grande a la orilla del río con varias almohadas y cojines.

Primero comieron mientras conversaban de cualquier cosa y se reían, luego llegó la hora del pastel. Chifuyu sacó unos fósforos y encendió las velas.

- Pide un deseo - te dijo mientras tomaba tu mano

- Tu igual - le dijiste, cerraron los ojos por unos segundos mientras pedían sus deseos sin soltarse las manos - listo ya pedí el mío.

- También yo, a la cuenta de tres soplamos juntos las velas. Uno, dos y tres.

Soplaron las velas y sus miradas se cruzaron.

- Tus ojos son hermosos, Chifuyu - le dijiste casi sin pensar y automáticamente tus mejillas se volvieron rojizas. Quisiste soltar su mano pero el no te dejó.

- También me gustan mucho tus ojos, ese color café que al chocar con los rayos del sol se vuelven color ámbar, me encantan- dijo levantándose de la silla, tú hiciste lo mismo, tomó tu otra mano y te dió un tierno beso en los labios. Tu le correspondiste el beso - vamos, quiero mirar las estrellas contigo.

Fueron caminando tomados de la mano hasta la orilla del río, ahí no llegaban las luces de la calle por lo que desde ahí se veía hermoso el cielo y además estaba despejado, cosa que era bastante rara en esta época del año.

- Parece que el cielo está de nuestro lado - sonreíste - se ve todo tan irreal y más estando a tu lado, ahora entiendo porque te gusta tanto venir aquí.

- Si, siempre vengo aquí a relajarme y desde que tu vienes conmigo se siente mucho mejor ¡mira una estrella fugaz! - exclamó

- ¡Siiiiiiii, pidamos otro deseo!

- De acuerdo, yo primero. Mmmmm... Deseo.... Deseo que tu y yo estemos juntos para siempre - y sacó de su bolsillo una pequeña cajita y te la entregó.

- ¿Pero que es esto?

- Ábrela... - lo hiciste y dentro estaban dos pulseras de promesa, tomó una y te la puso - te prometo _____ Hanma que pase lo que pase siempre estaré ahí para ti, no importa la hora y el lugar, siempre te voy a cuidar.

- Chifuyu Matsuno - dijiste tomando la otra pulsera y poniéndola en su muñeca - prometo siempre ser tu apoyo incondicional, prometo nunca dejarte solo, prometo quedarme a tu lado sin importar nada, porque te quiero.

Ambos estaban completamente rojos y miraban al suelo.

- ¿Nos recostamos un momento? - dijo el rubio.

- Si, pero antes yo también tengo algo para ti - tomaste su mano y pusiste un collar en ella - esta parte del collar es la llave y la mía es el corazón, la llave es tuya porque tu abriste mi corazón, te adentraste en el y ya no saliste, llenaste mi corazón de felicidad cuando pensé que nada importaba en la vida, yo antes solo sobrevivía, pero llegaste tu y me enseñaste a vivir.

- Te quiero, _____, te quiero, tanto - dijo él abrazándote y estrechandote fuertemente contra su pecho.

Se recostaron a ver las estrellas en silencio, viendo al infinito y agradeciendo a la vida por ponerlos en el camino del otro. Te giraste un poco y te acomodaste sobre su pecho, podías escuchar el latido de su corazón, cerraste los ojos y el llevó su mano hasta tu cabello acariciandolo suavemente.

En ese momento eras la chica más feliz del mundo.

- Ojalá esto nunca termine - pensaste.

Tenías que ser prohibido (Chifuyu X tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora