O7: Duérmete, inocencia

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CAPÍTULO SIETE

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CAPÍTULO SIETE

Ubicación: aún desconocida

26 de abril del 2000, un año más tarde

—Sujeto-0131 del Proyecto Génesis... Iniciando análisis. —La figura esbelta de Deanna Smith se acerca a los monitores y, con sus dedos ágiles, introduce unos códigos en el teclado de las máquinas—. Edad biológica: catorce años. Edad física: entre quince y dieciséis años. Según las investigaciones, a lo largo de los meses hemos tenido un gran avance con las manifestaciones de su herencia antinatural. Sin embargo, aún se detectan muchas fallas en su sistema. Continúan siendo fallas totalmente incorregibles.

Sydney ya está acostumbrada a las observaciones de Deanna. Por ese motivo, la rubia está sentada en una estrecha camilla de su laboratorio, balanceando suavemente sus pies mientras espera que la mujer pelirroja efectúe cada uno de sus procedimientos. Cuando Deanna viene a su lado con una jeringuilla preparada con un líquido grisáceo, Sydney, sin objeción, le extiende su brazo derecho.

—Se confirma que la regeneración es defectuosa, dejando cicatrices y marcas considerablemente dilatadas en la piel. Sin embargo, pese a esta irregularidad estética, la curación del Sujeto Cero es infalible —dice Deanna, golpeteando la jeringuilla. Como la rubia, por su propia cuenta, se arremanga la camisa, aplica directamente la inyección en su antebrazo.

Sujeto Cero. Así comenzaron a llamar a Sydney Hazard estos últimos meses, cuando el 0131 les había parecido demasiado largo. Ahora es oficialmente una adolescente y, pese a sus conflictos más profundos, ella está cumpliendo al pie de la letra todas las promesas hechas.

Contar un año es lo más duro que hace Sydney antes de cumplir los catorce y aceptar que su vida continuaría sin los Hazard presentes de ninguna manera, porque los meses siguieron su rumbo. Esto no es nada sencillo para su corazón ingenuo. Despertar, someterse, alimentarse, oír, confiar; repetir el patrón... Es una esclavitud, pero son las reglas, y las necesita cumplir si no quiere dejarse destruir por la soberbia y la codicia de otras personas.

No le importan los rumores ni la fama que parece estar creando entre las pocos seres vivientes que la rodean en este averno, ya que ningún Superior de su edad hace lo que ella hace, o actúa como ella actúa. Ella es un caso bizarro e impredecible.

Ella siente el cambio hasta en los huesos. No solo porque su vista es más aguda o sus manos pueden producir místicos espirales, sino porque ese frío que se apodera de su ser, cada día se siente más natural. Su actitud se transforma a un ritmo traicionero y peligrosamente lento; imperceptible delante de ojos ignorantes. A los terceros no les interesa detectar la diferencia, se enfocan en sentenciar lo que ninguno sabe en realidad.

A ella no la criaron para ser una blandengue o una cobarde. Nunca lo ha sido, tampoco planea serlo. Es tan simple como eso. Su edad no es precisamente un impedimento para sus ideas, si estas jamás han estado tan claras en su cabeza como lo están ahora. Hacer esto se siente como deshonrar las enseñanzas y los valores que sus padres le inculcaron desde muy pequeña. Pero, ¿qué otras opciones le quedan? Mejor dicho, ¿cuál de esas opciones no acabará con su vida al final? ¿Realmente es un delito que esté buscando cualquier posibilidad de sobrevivir?

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