O9: Modus operandi

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CAPÍTULO NUEVE

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CAPÍTULO NUEVE

Ubicación: desconocida

Lo tiene que confesar, Sydney respeta la lectura ficticia, pero no es muy fanática. Ella prefiere la danza y la música; por ese motivo, es bastante buena tocando el piano. Aunque sus padres nunca tuvieron los recursos para comprarle un instrumento propio, Sydney jamás dio su brazo a torcer. Ella limpió y organizó varias veces el salón de música de la escuela para que la maestra le diera clases de piano, y le permitiera quedarse a practicar.

...

Tienes mucho talento, Hazard le dice la señora Frost a la pequeña rubia de siete años—. Deberías entrar al programa de talentos.

Sydney no la mira, porque sus ojos están cerrados mientras sus dedos delgados acarician las teclas del piano, tocando una dulce y melancólica melodía.

No es un programa gratis. Mis padres tienen que gastar dinero en cosas más importantes, maestra Frost contesta la pequeña rubia gentilmente.Tal vez un día.

Eh, jovencita, tu educación también es importante.

Cabizbaja, la niña sonríe un poco, pero la sonrisita se pierde detrás de su cabello rubio.

En unos cuantos años, trabajaré y los ayudaré. Solo entonces consideraría entrar a un programa de talentos, cuando yo sepa que van a estar bien. Estoy segura de que eso los haría sentir muy orgullosos.

Aunque Sydney no la ve directamente, puede sentir la mirada curiosa de la maestra Frost.

Jmmp... Sí que eres demasiado madura para tu edad.

...

Con la baile... eh, no tuvo tanta suerte. Ella nunca fue del agrado de Don Prejuicio (el profesor de danza) y a él no pudo pedirle lo mismo que a la maestra Frost.

«Ni tienes para unos buenos zapatos y solicitas mis clases particulares», él se burló de ella con una sonrisa divertida, «Ja, conmigo no busques limosnas».

Así que mientras otros niños coreografiaron de manera profesional en un escenario, Sydney había observado desde las sombras, deseando estar un día en ese lugar. Ella recuerda que ese desencanto le entristeció mucho.

«¡Neh! Si es que nada útil aprenderías de un charlatán como ese, querido corazón», Katherine Hazard la consoló al llegar a casa, «Solo hubieras perdido tu tiempo».

GENESIS ¹ Antinatural © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora