TRES

957 112 2
                                    

    —¡Akami~n!

    Satsuki entró con una deslumbrante sonrisa a la sala del consejo estudiantil, buscando a su amigo pelirrojo.
 
    Ya era normal para los chicos integrantes del consejo ver la irrupción de los amigos de su presidente, quienes siempre iban allí porque la sala del consejo estudiantil, según ellos, era muy fresca y limpia, con un lindo aroma, prácticamente la tomaban como su lugar de descanso, por lo que ignoraron a la pelirosa y siguieron con lo suyo.

    Momoi miró a Seijuro.

    — ...

    Pero Seijuro no la miraba a ella.

    '¡Oh! ¡Así que él también está aquí!'

    Miró al castaño, que estaba sumamente concentrado en unas papeles, tanto así que no notó a Momoi, ni cuando entró, ni cuando se le quedó mirando.

    Y, obviamente, tampoco notó al presidente del consejo mirándolo tan detenidamente.

    — ¡Woow! ¡Veo una cara nueva! ¿Quién es él, Akamin?

    Seijuro salió de su transe y miró a su amiga, quién tenía un peculiar brillito en sus ojos, y, por alguna razón, sintió un escalofrío.

    — Él es el nuevo secretario, se llama Furihata... Kouki...

    Momoi vió como Seijuro se puso un poco nervioso, tal vez era porque era la primera vez que decía el nombre completo del castaño en voz alta y tuvo un sentimiento raro en el estómago al decirlo.

    Le gustaba como sonaba...

    Momoi sonrió con ternura.

    'Tal vez no se dió cuenta de sus propios sentimientos...'

    Era el primer amor de Seijuro, Momoi puede notarlo, así como ella, quién estuvo mucho tiempo cerca del pelirrojo como su amiga, al igual que los otros idiotas del club de basket, podía notar esos ligero cambios de expresión y aires de él, cosa que otros no podían notar.

    ¡Solo unos once idiotas podían ver lo tierno que era este chico cuando se trataba del amor!

    — Amm... Akashi-kun, esto...

    El castaño se acercó apenado al pelirrojo, los demás del consejo rieron con ternura al verlo.

    Era la sexta vez que pedía ayuda al presidente.

    Momoi miró como Seijuro se ponía nervioso con la cercana presencia del castaño, y claro, nadie más lo notó, ni siquiera Furihata, quién se le acercó a Seijuro por sexta vez en una hora.

    Y claro, Seijuro lo ayudó, explicándole detalladamente cómo debía hacer su trabajo al castaño, quién ponía suma atención al pelirrojo.

    Y Satsuki miraba todo con una tierna sonrisa.

    Ella tomó asiento en las sillas que siempre están allí para los amigos del presidente, y los observó...

    'Akamin merece ser feliz de esta manera...'













































Tratando De Asimilar EstoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora