SEIS

822 110 5
                                    

    — ¡Listo! *Satsuki*

    — ¡Woow! ¡Quedó muy lindo, Momoicchi! *Ryota*
 
    — Como se esperaba de nuestra mánager. *Tetsu*

    — ¿Era necesario que tuviera tanto color? *Daiki*

    Daiki miraba la hoja donde estaban anotando todo acerca de Furihata, cosas como: comidas que le gustan, con quienes habla en la escuela, sus... ¡¿Horarios de ir al baño?! ¡¿Qué?! ¡¿Su caminata de ida y vuelta para ir a la escuela?!

    ¡También estaba anotado su número y los de sus padres! ¡Él no estuvo cuando buscaron esa información! ¡¿En qué momento ellos la sacaron?!

    ...

    Cierto, está Satsuki...

    De cualquier forma...

    — ¿Cómo podríamos acercarnos a Furihata-kun...?

    Había otra duda que debían resolver.

    Ellos no sabían cómo no asustar al castañito.

    Porque, de alguna forma, las personas siempre terminan asustados de ellos, y ellos no querían que el futuro esposo de su amigo les tenga miedo.

    — ¿Qué tal si Ki-chan lo invita a alguna de nuestras reuniones? *Satsuki*

    — No creo que funcione, Kise-kun es demasiado extravagante para Furihata-kun. Huirá sin dudas. *Tetsu*

    — ¡Hey! ¡Eso no es cierto! *Ryota*

    — ¿Qué tal si es Kuro-chan? Él es más tranquilo y tienen algunas cosas en común, si se acerca a él, seguro se hacen buenos amigos, ¡Y de ahí podrá acercarse más a Furi-chan! *Kazu*

    — ... *Daiki*

    — Takaocchi... *Ryota*

    — Si... Bueno... Creo que solo tú podría ofrecer a Tetsu-kun... *Satsuki*

    — Estoy muy consiente de mis defectos, gracias. *Tetsu*

    — Rayos... *Kazu*

    Mientras caminaban, siguieron pensando y dando ideas, pero se detuvieron cuando...

    — ¿Me las das...? *Atsushi*

    — ¡!

    Se detuvieron en seco cuando escucharon la perezosa voz de su amigo gigante, pero no fue en sí por escucharlo, sinó más bien porque...

    Le estaba hablando a Furihata Kouki...

    ¡La persona que mide más de dos metros le estaba hablando a la persona que, se supone, no deben asustar!

    Miraron al castaño, a quien no podían ver el rostro porque les estaba dando la espalda.

    Por lo que podían deducir, Murasakibara le había pedido algo de la máquina expendedora, que, al parecer, el castaño había sacado el último.

    '¡Mu-kun, idiota! ¡Lo arruinarás!'

    Momoi estaba a punto de interrumpir, pero...

    — ¡Claro!

    Kouki le había sonreído radiantemente al gigante y le había entregado las papitas sabor ramen sin ningún problema...

    ...

    ¿Qué...?

    — Gracias, Furi-chin, eres tan lindo~...

    Atsushi acarició la cabellera despeinada de Kouki, quién simplemente rió y negó lo dicho por él.

    ¿Qué...?

    — ¡Deja de decir esas cosas, A-chan!

    '¡¿A-chan?!'

    — Es que Furi-chin siempre me da dulces cuando le pido, Furi-chin es el mejo~r...

    ...

    Un giro de trama inesperadamente esperado...

















































Tratando De Asimilar EstoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora