Capítulo 7: Vientos de oro.

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"Lan SiZhui, ¿Acaso eres un puberto?"

El joven Lan se encontraba en el manantial frío. Había repetido las reglas de Gusu tantas veces en su mente, pero aún no lograba olvidar su sueño. Se sentía como todo un pervertido al tener esos pensamientos tan sucios por el joven líder; quien dormía pacíficamente en la cabaña.

"Eres un desvergonzado".

No estaba orgulloso de admitirlo, pero esta no era la primera vez teniendo un sueño primaveral en el que se viera involucrado A-Ling. Pero...ningún sueño se parecía al de esa noche; este sin duda fue mas intenso que sus fantasías pasadas. SiZhui se preguntaba que estaba mal con él para imaginar cosas tan vergonzosas en su mente.
Además, tener estos deseos impuros justo ahora cuando el chico pasaba por un momento de vulnerabilidad, no era moral ni correcto. Se sentía tan mal consigo mismo.

Soltó un grito frustrado.

"Está prohibido gritar en el receso de las nubes" se regaño internamente después. Ya no sabía si reirse o echarse a llorar.





Jin Ling despertó por un agradable olor que inundaba la habitación entera

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Jin Ling despertó por un agradable olor que inundaba la habitación entera.
Buscando su origen, termino fuera de la cocina. Ahí se encontró a un SiZhui muy concentrado junto al fuego, el chico se esforzaba tanto en picar los vegetales que el joven líder pensó qué sería una pena distraerle.

Antes de poder darse vuelta e irse, su vista se encontró con unas vainas de lotos frescas dentro de un jarrón en la esquina de la cocina.

El corazón de Jin Ling latió desenfrenadamente y se lleno de una calidez inmensurable. En un intento vago por calmarse y huir lejos de esos sentimientos; al terminar de vestirse tomo su carcaj y arco para andar en dirección al bosque que se encontraba detrás de la cabaña.

Al mirar la posición del sol, se percato que había dormido hasta más de medio día. Jamás dormía tanto, por lo que esto solo reflejo lo exhausto que en realidad se encontraba.

Hacia tiempo que no tenia un momento para dedicárselos hacía su persona; en algunas ocasiones se encargaba personalmente de adiestrar las lecciones de los discípulos en la secta cuando de clases de tiro con arco o combate con espadas se tratara. Aunque el líder quisiera usar de excusa el "instruir" para librarse un momento de sus tareas y que él mismo puliera un poco su aptitud, su propósito inicial siempre se vería arruinado por alguno que otro niño que no fuera capaz de siquiera sujetar bien el cuerpo del arco y terminara dándose un latigazo en el rostro con la cuerda de este o por la lluvia de flechas perdidas que terminaban clavadas por todos lados, menos en la diana. 

Esos factores provocaron que su destreza en el arco "disminuyeran" solo un poco, por lo que esa mañana solo se propuso meramente en prácticar.

Flechas iban y venían en todas direcciones. La ahora "joven líder" corría de un lado a otro; subiendo arboles, saltando por las ramas y colgándose en ellas para disparar a sus objetivos: los indefensos bambúes.
Toda una masacre, ya se encargaría luego de colocar ramas en un intento por disimular la pequeña deforestación que había causado.

Jade Dorado (Zhuiling)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora