~White Noise~

23. The soirée

La resección se hizo una vez que la pasarela dejó de mostrar los nuevos diseños de vestidos, zapatos, sombreros y peinados que los modelos mostraron. Luego unas palabras de Rosie, aplausos de parte de los invitados, un brindis corto que dio comienzo a la velada de lujo que se presentó en el gran salón del hogar de la anfitriona.

Rosie estuvo con los invitados un largo rato mientras buscaba a Alastor con la mirada, no lo vio durante la presentación y no ha ido a ella para compartir unas palabras, no le parecía normal de su parte y tampoco ha tenido una buena pinta desde la llegada de Minzy, sus sospechas crecían.

Justo en una de las mesas encontró a Minzy hablando con un grupo muy selectivo de personas, uno era dueño de uno de los clubes más visitados en el centro. Rosie tuvo que disculparse con quienes se encontraban hablando con ella para ir a donde estaba Minzy. Tal vez ella sabría dónde podría estar Alastor.

—Oh, sí me disculpan —intervino Rosie entre los presentes cerca de la chica rubia—. Necesito conversar un momento con la señorita Minzy ¿me la prestarían por unos minutos?

—Rosie, por favor, claro que puedes, cariño —Minzy inclina la cabeza a los caballeros y va junto a Rosie—. Debería yo estar pidiendo permiso para hablar contigo, no te han dejado ni un minuto sola desde que termino el desfile.

—¿Tú crees? Ciento que he hablado con menos que el año pasado, estoy realmente cansada, pero la anfitriona no puede abandonar su propia fiesta —bromea, acomodando un poco su sombrero para levantarlo y ver mejor por su lado izquierdo. Minzy ríe pues sabe lo divertida que se pone Rosie en las veladas como esa, siempre hay algo entretenido que observar—. Por cierto, Minzy. ¿No has visto a Alastor?

Ahora que lo mencionaba, no lo ha visto desde el primer saludo. Y más, no ha visto a Angel desde que la pasarela acabo.

—Ay, querida. No. La verdad no —respondió, lamentándolo—. Ya estoy rindiéndome, Rosie.

—Aww, cariño —evita rodar los ojos, era algo que se esperaba después de todo.

Sin embargo, debía ser esa amiga que tendría que apoyarla sin importar los miles de consejo que le ha dado para no terminar como ahora.

—Hablo en serio, siento que ya he dado todo para llamar su atención.

—¿No te habías rendido hace un par de años atrás? —le recordó, peinando un hilo de cabello que colgaba fuera de su sitio y le cosquillaba la frente.

—Bueno, sí... pero, pensé que tal vez... Ok, solo quería ver si este año era diferente —confesó Minzy casi inflando sus mofletes—. No te preocupes, en serio. Ya es todo. Hay más peces podridos en este mar rojo. Todavía tengo encantos que no he puesto en prueba.

Claro, así como cada año, es solo un pequeño juego para ella pues no acepta que un hombre sea tan indiferente a sus encantos.

—Siempre sacando el lado positivo de la situación ¿no? Sin embargo, es cierto. Hay filas esperándote por supuesto. —dijo como una muestra de su apoyo aparentando su diversión ante lo infantil que lucía la demonio de rubios cabellos.

—Es que se trata de mí —dijo con un aire de superioridad contoneando las caderas como muestra de su encanto más sagrado—. ¿Y para qué buscas a Alastor? Pensé que estaría contigo o bailando con alguien de su club de fans.

Alastor tiende a ser muy cortes con las damas, bailar con ellas es muy entretenido para él cuando sabe a cuales seleccionar, aunque no esté buscando más que información durante las charlas que se sacan durante una sola danza.

—También lo pensé, pero no lo he visto. Y sería muy extraño que se marchara sin decir palabra, así no es él.

—Sabes, lo he sentido raro desde que fue a mi club hace unas semanas atrás —dice, pensativa, llevando un dedo por debajo de su labio inferior.