15. It was just a fucking dream

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El cerdito al ver quienes habían ingresado de improvisto a la habitación de su dueño por poco se desmaya. Temblando del miedo se escondió debajo de la cama con la colita afuera y la cabeza adentro.

Al ver que nada hacía ese sujeto terrorífico quien siempre intenta comerlo, sacó con duda la cabeza para observarle, aunque Alastor sí se percató de su presencia la ignoró por completo. Fat Nuggets ladeó la cabeza, tomó el valor de asomarse dejando la mitad de su cuerpo bajo la cama, vio a su dueño en brazos de aquel sujeto.

Se asustó tanto que empezó a temblar, lo primero que pensó fue que algo grave le pasó y el terror le invadió por completo a tal punto que se paralizó. Sin embargo, ahora que Angel estaba en las garras de ese carnívoro, con todo el valor que un cerdito pudiera tener corrió hacía Alastor con la intención de defender al arácnido demonio. No logró ni acercarse pues la sombra le agarró de la cola retorcida.

Con mucho más temor que antes se encogió en su lugar, haciéndose bolita, esperando que ese demonio se lo comiera, sería su fin, pero en cambio, pese a la aterradora forma de la boca de la sombra, con sus fauces abiertas a tal punto que pudiera comerlo de un bocado, no paso nada, seguía temblando esperando su final, seguía y esperaba, nada.

Fat Nuggets, que se encontraba con la panza arriba y que poco a poco abría sus ojitos, echó un vistazo hacía atrás para encontrarse con la silueta oscura con una enorme sonrisa pintada en sus inexistentes labios. Los dedos de la sombra empujaron al rechoncho animal ayudándolo así a que se pusiera de pie.

Por esta vez no intentare comerte. 

Si bien el cerdo tampoco le entiende cuando la sombra hablaba, tenía el presentimiento que lo que había dicho no era para nada bueno, al menos para él.

Le vio ondear hasta deslizarse por las paredes quedando a distancia de su amo. Alastor, quien apareció delante de la cama de Angel, quedó unos minutos más contemplando el rostro durmiente del actor entre sus brazos. La escena le era vagamente familiar, esa vez fue diferente, pues su imagen ahí era totalmente blanca por su pelaje, pero en su memoria, en aquella ocasión del pasado un leve moretón que hinchaba su mejilla le adornaba el rostro.

Y una vez más, como en ese entonces, le apuntó con su revólver firme y sin titubear, apretando el gatillo para que nada saliera de él. Aunque a diferencia de esa vez, Angel se notaba frustrado y receloso. Probablemente el demonio tendría asuntos en ese edificio que nada salió bien, incluso llevaba una maleta consigo el cual desconocía su contenido y poco le importaba ahora.

Con cuidado dejó a Angel en su cama, tendría uno que otro rasguño, pero nada serio. Un aroma desagradable se desprendía de su pelaje y ropas. La mezcla de olores era una molestia y lo que quería era deshacerse de todo rastro de ella. Pero antes, su mano derecha la extendió a los cabellos alborotados de la araña, enredando sus mechones entre sus dedos, sintiendo la suavidad de estos.

Fue perdiéndose en el tacto, en su rostro dormilón. Recorrió sus ojos sangre por su cuerpo encontrando algunos rasguños en su traje, manchas de otros mezcladas con las de él, pero su sangre era tan particular que fácilmente destacaba, así era cada parte de su esencia, tan particular que nadie más podría ver su gran valor salvo el demonio de la radio.

Su mano izquierda recorrió las heridas de balas que le rozaron en ciertos sitios, su sangre rosa seca en el pelaje, al tato marañoso y tieso. Quisiera sanarlo, ni una gota de ese valioso líquido tendría que ser desperdiciada de esa manera. Tan sumergido en el inconsciente, ignorando su estado, más que las heridas externas, le preocupaba un poco ese aroma que se desprendía de él.

Le mareaba.

—Ten —le extendió a su sombra su mano derecha con algo en él—. Ve con él y que indague.

~White Noise~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora