~White Noise~

3. Will you comply with your oath?

Sería raro que se sintiese, no sé ¿vigilado? 

Han pasado cuatro días en que los ojos que lo rodeaban encajaban las vista en él, aunque también podría ser una exageración. Debía ser normal sentir las miradas puestas en él, después de todo, con su trabajo, los ojos era lo único que no se podía quitarse de encima.

Ese presentimiento de nuevo, algo que lo golpeaba y hacía que su pecho cosquilleara. Había algo que no estaba en su lugar, algo que fue tomado y se moldeaba para luego ser colocado de nuevo como si nunca hubiese faltado.

Charlie no se rendía ideando nuevas formas para lograr la redención y a su lado Vaggie la apoya sin quejas. Husk casi nunca se movía del bar y la pequeña Niffty corría de un lado a otro como un velocista limpiando cada esquina polvorienta, hasta la más pequeña mancha. Todo parecía tan normal como podría categorizarse estando en un lugar lleno de fenómenos.

El tiempo se iba incluso más rápido que antes, cuando menos se daba cuenta el día se había escapado de sus manos. Algo ocurría que él no se daba cuenta y aún no lo solicitaban para una grabación o alguna puesta en escena, aunque eso lo mantenía más calmado. Al menos lograba dormir mejor, después de ese día, aquel en el que se escabulló en la cocina y tuvo ese encuentro con Alastor, las pesadillas se aplacaron un poco más, seguían los mismos indeseables sueños, pero no la que lo lastimaba más.

—Nunca podre alcanzarlo —se decía solo en la terraza, más arriba, un lugar en el cual nadie lo molestaba y que nadie conocía—. Quizá luego salga del hotel.

La tarde seguía puesta en escena, la escandalosa ciudad gritaba desde lejos. Recostado en una silla playera veía el cielo rojizo de nubes negras, sin estrellas que pudiese tocar, nada que fuese alentador, tan solo llamas que pintaban la atmósfera. Extendía su mano y visualizaba la pesadilla, una silueta que jamás lograba ver su rostro, por primera vez intentó alcanzarlo extendiendo su mano y él se giró a verle de reojo, nunca antes le había mirado y se sintió tan intrigado.

No, se juró no recordar más, apartar los recuerdos, dejar su corazón junto a sus sentimientos de lado, ese fue el trato que selló al bajar para empezar de nuevo, aunque sea en un lugar del asco como el infierno. Sobrevivió por décadas, seguiría así hasta que ocurriese lo contrario, hasta que la muerte lo buscase definitivamente y él dejase de sentir, pero mientras seguiría ahí esperando...

¿Qué espero?

Suerte que al día siguiente pudo desayunar y Charlie con un "Espero que hayas aprendido tu lección" y él le respondió desdeñosamente "Sí, sí, no volverá a pasar" fuese lo único que mencionaron aquel día.

Y con todo ello, después de ese día tan movido por un cliente que solo quería traer problemas al hotel —una serpiente muy escurridiza—, algo notó Angel. Una mención, el nombre de Alastor fue dicho entre las chicas.

—¿Alastor cenara con nosotros esta noche? —preguntó Charlie a Niffty mientras limpiaba los destrozos en el lobby.

—No suele comer frente a los demás —respondió movimiento su plumero lo más rápido que sus manitas podías hacerlo—, supongo que puedo dejar su comida en la cocina como siempre, el volverá más tarde.

Con todo ello, no dejaba de pensar, no dejaba de recordar esa breve conversación entre ambos, pese a que sentía con ganas de salir corriendo, el demonio siempre guardó distancia y no lo delató. El único momento en que mostró esos ojos por sed de sangre fue en el instante que mencionó su trabajo.

No le deben agradar las personas como yo.

Alguien quien usa su cuerpo como instrumento para seducir, quien ya su cuerpo fue usado por cientos de demonios, que su vida era dentro de las películas eróticas. Quien vestía como mujer para entretener a ebrios en el bar más costoso de la ciudad. Suponía, que no era su tipo o tal vez no le gustaban los hombres o nadie más que él mismo.