•|El oso y La serpiente|• Rusmex

•SUEÑOS Y AVENTURAS•

Un nuevo amanecer se vió en el cielo, México comenzó a despertar de forma perezosa, se talló los ojos y se acomodó nuevamente bajó el brazo de Rusia, quién dormía tan plácidamente.

Lo miró unos segundos, las facciones de su rostro se veían tan relajadas, sus labios estaban entre abiertos y sus ojos cerrados de forma suave. Pasó su mano de manera suave por su mejilla y por sus labios.

Acarició su cabellos y los paso por detrás de su oreja, se veía realmente lindo a su parecer, se apartó de ahí y se levantó, y tomó una de las playeras que tenía Rusia ahí guardadas.

Salió de la cueva siendo recibido por los rayos del sol, su cola se movió de un lado a otro y el cascabel sonó, este miró alrededor y notó lo bonito que se veía todo ahí.

Comenzó a caminar, sintiéndose libre y respirando lo fresco del ambiente, el calor del sol le pegaba en el rostro y el sonido de la arboleda moverse lo hacía sentir relajado.

Llegó a un gran arbusto de vallas, tomó un puño y comió unas cuántas, se dió vuelta por que escuchó un ruido a sus espaldas notando como había un lagartija que había salido a tomar el sol.

Sonrió feliz y se acercó a ella, pero esta salió corriendo, soltó una leve risas y siguió caminando para explorar el bosque, procurando no irse muy lejos puesto que todavía no se ubicaba.

…

Era un campo de hierba alta, las plantas eran de color amarillento, se movían de un lado a otro y no lo dejaban ver más allá.

Miraba a todos lados buscando algo que le dijiera el por que estaba ahí, de pronto unas suaves risas resonaron en el lugar.

Intentó buscar de dónde provenían provenían esas risas, pues sonaban demaciado dulces para sus oídos, sus orejas de oso se movieron y detectaron movimiento cerca de el, el sonido de la hierva siendo aplastada y las pisadas de alguien.

Caminó en dirección hacia donde se escuchaban, con sus manos comenzó a quitar la hierva de enfrente.

Cada vez caminaba más rápido hasta el punto de correr, pues el sonido cada vez se hacía más lejos.

Siguió así hasta logró ver a alguien correr, estaba de espaldas por lo que no vió su rostro, algo le dijo que lo siguiera, y eso hizo, corrió tras aquel ser.

-¡E-espera!- gritó cuándo estaba a punto de alcanzarlo, tomó su hombro y le dió vuelta, pero el escenario cambió.

Todo se torno negro.

…

México se encontraba a fuera de la cueva, el calor se hizo un poco más intenso debido a que la tarde llegó.

Intentaba prender una pequeña fogata para poder coser unos pescados que pescó en el río, pero la fuerza con la que chocaba las piedras no era suficiente y no salía una chispa que prendiera el fuego.

Desesperado, azotó las piedras y milagrosamente el fuego se prendió, apretó los puños intentando no gritar de enojo, se controló y su cola se movió de un lado al otro.

Mientras esperaba a que los pescados se cosieran, miraba las brasas del fuego, estás se movían de un lado al otro y el calor que emitía lo sentía sobre sus pies.

Suspiró profundamente y enredó su cola por sobre su cintura, teniendo la punta sobre sus manos, sacudió un poco el cascabel asiendolo sonar, pero a la vez soltó un leve jadeo, pues su cola era una parte erógena de su cuerpo, la dejo en paz y los recuerdos vinieron a el.