•AL INICIÓ DE LA PRIMAVERA•

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De a poco el día se iba acabando y solo faltaban unas horas para que anocheciera; eran apenas las tres de la tarde cuándo comenzó, pequeños copos de nieve caían sobre su cabeza.

Rusia miró el cielo y luego en la dirección dónde se fue México, hace más de una hora que ya se había ido y no había señales de el, eso ya empezaba a preocuparlo.

Tomó el acha que descansaba sobre el pasto y fue a buscar al latino. Era mejor buscarlo antes de que empezará a caer más nieve y fuera difícil ver el camino.

...

-¡México!- gritó, más no recibió respuesta, Rusia solo pedía por que no le haya pasado nada malo.

Siguió caminando cuándo notó una silueta a lo lejos, se acercó un poco más y notó que era México, suspiro aliviado y caminó hasta el, estaba echo bolita recargado sobre un árbol, parecía estar dormido y lo comprobó cuándo lo sacudió.

- Méx, levántate - el cascabel de su cola sonó alertando a México haciendo que esté despertará alterado, miró como Rusia estaba frente a el así que se relajó.

-¿Qué pasa?- preguntó bajo y adormilado mientras se tallaba un ojo, sintió como era levantado.

- debemos irnos antes de que haya una tormenta - dijo Rusia mientras retomaba camino de regreso a la cueva.

México simplemente se dejo llevar, pues todavía seguía medio dormido, su cola se enredó alrededor de su cintura y sonó muy suave el cascabel.

...

Por suerte para ellos, para cuándo llegaron a la cueva la tormenta de nieve aún no se desataba en su totalidad, por lo que pudieron llegar sin problemas. Dentro de la cueva se mantenía el calor a pesar del aire frío que entraba.

Rusia bajó a México, quién ya iba más conciente, el menor se estiró mientras soltaba un bostezo.

- ve a dormir - dijo sin mirarle el ruso; Méx lo miró ir afuera y regresando con algunos troncos que amontono para hacer una fogata en la entrada de la cueva.

Solo lo miró sin decir nada, no sabía si debía decir algo o hacer caso e irse a recostar. Cuándo "fue por leña" se había alejado para pensar, se sentó en el primer árbol que vió y ahí se quedó un rato hasta que se quedó dormido.

Suspiró y se fue a sentar al lado de Rusia, quién ya había prendido el fuego y se hayaba sentado recargado sobre las paredes de la cueva. Dejó caer su cabeza en su hombro.

Ninguno dijo nada, todo se sumió en un silencio, solo se oía como la tormenta de apoco empeoraba y las brazas sacaban humo que se perdía entre la nieve de afuera.

-¿Te puedo preguntar algo?- dijo de pronto México, Rusia asintió emitiendo un leve sonido -¿Tu... siempre has estado solo?- preguntó en un tono bajo, casi un susurro que fue audible gracias al silencio

Rusia suspiró un poco, casi disimulado, aún mantenía su mirada en el fuego; dejó caer su cabeza sobre Méx y negó.

- no - apretó los labios y siguió - hace tiempo tuve una familia - México subió su mirada para ver lo que podía de Rusia, este mantenía sus ojos fijos en algún punto de la cueva - mis padres eran personas normales, todos mis hermanos también. Yo, soy el menor, y fuí el único que nació siendo un híbrido -

México escuchó atentamente, no pudo evitar estar sorprendido, Rusia en cambio miraba melancólico el piso.

-¿Y...por que huir?- preguntó, Rusia tardó unos segundos en responder.

- cuando la gente se enteró que mi padre criaba a un híbrido, rápido le pidieron que se deshaciera de mí, el no quería, pero tuve que - otro silencio se instaló, esta vez fue uno más largo - me fuí antes de saber que pasó después -

•|El oso y La serpiente|• RusmexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora