•AL DESPERTAR•

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Poco a poco podía recobrar la sensibilidad de su cuerpo de nuevo, sentía sus brazos y piernas pesadas, intentó moverse y de apoco fue abriendo ambos ojos. Lo primero que se topó fue el "techo" rocoso de la cueva; se le quedó viendo hasta que estuviera suficiente consiente de su alrededor; lo único que pensaba era en los sueños que tuvo, pero por más que se esforzaba todo parecía borroso, no había siquiera algún recuerdo, como si todo ni siquiera existiera.

Luego de unos segundos logró reaccionar y de movió para cambiar la incomoda posición en la que se hallaba; como pudo se levantó y talló su cara intentando acostumbrarse a su entorno.

-¡Rusia!- escuchó un grito y seguido sintió como era tumbado de nuevo a la cama mientras unos brazos lo rodeaban; es entonces que recordó que esta vez no estaba solo al despertar -¡Te extrañe tanto! No te duermas otra vez, prometo ya no hacer pendejadas si no te duermes más de una semana -

México sentía que podía llorar de la alegría ahí mismo, y es que con el aburrimiento que paso esos dos meses y los problemas en los que se metió fue difícil mantener todo en orden, y le alegraba que Rusia por fin este despierto para que los saqué de ahí.

-...oye, tranquilo - dijo después de un rato, su voz salió ronca y sentía la garganta seca. México aún se hallaba sobre el abrazándolo, así que llevo su mano a su cabello y empezó a acariciarlo - muero de hambre, ¿hay comida?- preguntó seguido de un gran bostezo

México se soltó y se levantó mientras miraba a Rusia hacer lo mismo - pues...no exactamente, aún tengo unos cuantos pescados y hay demaciada fruta. Hace unos días logré conseguir unas piezas de pollo e hice un caldo, aún sobra así que puedes comerlo por ahora, pero justo había ido por más leña por que la fogata ya se estaba apagando, así que tendrás que esperar a que este caliente - explicó mientras caminaba hacia afuera dónde una cazuela de barro se hayaba sobre la fogata que había prendido hace un rato.

Rusia en cambio, lo siguió de forma perezosa hasta afuera de la cueva y miró como el otro hacía aire a la fogata para que esta prendiera más. Miró extrañado todo pero decidió ya no decir más, encerio moría de hambre.

-¿Cómo conseguiste pollo?- preguntó mientras se sentaba en un tronco

México parecía que evitaba verlo - si...lo intercambie con alguien por un vaso viejo de metal - respondió

- oye pero...ya no importa, ni siquiera lo ocupaba - suspiro algo frustrado mientras lo miraba aburrido, un bostezo salió de su boca.

- deberías cubrirte, ¿como no tienes frío?- por fin volteó a verlo y lo examinó de pies a cabeza. Rusia se miró y comprobó que aún no tenía nada puesto.

- cierto, ire a...ponerme algo -

Esto comenzaba a ser raro para Rusia, el estaba acostumbrado a despertar y no tener que preocuparse por nadie, solo abría los ojos y ya, esperaba a que algo pasará o a que su cuerpo le exigiera comida o algo que hacer para levántarse. Si fuera un como siempre el aún seguiría en cama. Pero ahora estaba con alguien, compartía sus cosas y no lo vió durante dos meses, pudo pasar cualquier cosa mientras el dormía; aun que lo dudaba, pues México parecía estar bien. Así que no le dió vueltas al asunto y comenzó a vestirse.

...

- México - llamó Rusia mientras salía de la cueva ya vestido -¿Por qué todas las mantas están sucias? Parecierá que un animal comió ahí - preguntó viendo hacia el interior de la cueva ignorando a México que servía en un plato la comida

- perdón, pero este "animal" tenía frío, no pensaba comer mientras me congelo. Toma - le entendió un plato de barro llenó de comida; Rusia lo tomó y se sentó en el tronco frente a la fogata para empezar a comer en completo silencio.

•|El oso y La serpiente|• RusmexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora