Un golpe en su mejilla azotó con fuerza dejando una marca rojiza en su pómulo derecho, el inmenso ardor y dolor del golpe hizo que se sobara, la cachetada había sido tal que incluso le hizo girar la cabeza.
El silencio fue sepulcral e incómodo, ninguno quiso moverse o decir algo, pues no había palabras después de lo que acababa de pasar.
México se quedó atónito por la cachetada que recibió de Canadá.
Hace una hora que llegaron a casa, México en el camino había estado explicando un poco sobre la anatomía de los híbridos, así podría evitar que Canadá preguntará como sucedio su embarazo y fuera más fácil de comprender. Cuando llegaron pidió hablar con él a solas y fue que le contó la verdad. Nunca esperó recibir un golpe.
- [Ne me dis pas de bêtises, Mexique] - dijo furioso, se acercó a él y tomó con fuerza su mandíbula para hacer que lo viera directamente, la serpiente, asustada, hizo uso de su cola para intentar apartar la mano que lo lastimaba sin tener tanto éxito, pues el canadiense era fuerte -¡Debiste decirlo desde un principio! ¡¿Por que no lo dijiste?!-
- Canadá me estás lastimando - murmuró.
-¡Eres un estúpido! Te compre para mi, ¡Para mi! ¿Entiendes eso? ¡No eres más que un bonito adorno de híbrido, no sirves para mucho y ahora mucho menos!-
México aplicó más fuerza y logró hacer retroceder al canadiense, quién más furioso que antes volvió a darle otro golpe en la mejilla.
-¡No te atrevas a volver a hacer eso!- acomodó su ropa con la elegancia que le caracterizaba - fuí muy bondadoso contigo y cometí un error, es hora de que aprendas tu lugar, eres un híbrido, un error de la naturaleza, los de tu especie nunca debieron existir -
Hubiera seguido diciendo más, México estaba seguro de eso, pero Argentina entró a la habitación interrumpiendo la discusión.
- Señor Canadá - llamó su atención.
-¿Qué?- dijo hastiado.
- La señorita Francia, su madre, lo busca. Acaba de llegar y quiere que vaya a recibirla - dijo serio el argentino mirando a ambos americanos.
Canadá suspiró molesto y se acomodo el cabello hacía atrás. Sin decir palabra y dándole una severa mirada al mexicano, salió de la habitación con pasos furiosos, y arrepentido, no por lo que acababa de hacer, si no por no haberse dado cuenta antes y elegirlo cautivado por su belleza.
- Che, ¿Qué paso?- rápidamente se acercó Argentina para ver a su hermano, quién se sobaba su mejilla. Había oído los gritos cuando iba para allá y de inmediato se preocupó por la seguridad de su hermano y del bebé.
- Nada - negó México, ahora veía el error que había cometido, nunca debió de confiarse y nunca debió de haberle dicho.
- México oí los gritos, ¿Qué paso?- volvió a preguntar mientras revisaba ambas mejillas del otro, se veían rojas pero por suerte era solamente el golpe.
México suspiro - Le…le dije lo de mi embarazo - el argentino reprimió un jadeo de sorpresa - obviamente no se lo tomó bien y lo demás es historia.-
-¡Sos un boludo! ¿Cómo se te ocurre decirle eso, bobo?- reprendió Argentina agarrándose el puente de la nariz - te va a cagar a piñas United Kingdom si el pelotudo de Canadá le dice -
-¡Lo siento! Pero creí que podía confiar en él y decírselo, no sabía que todo lo lindo que hacía conmigo fuera mentira - dijo agobiado, pues un error de este tamaño no sabría que tan caro podría salirle.
Argentina suspiro - Che, lo hacía por otros intereses, es igual que su padre, a ninguno de los dos les gustan los híbridos si no son para lo que creen que sirven -
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•|El oso y La serpiente|• Rusmex
Short StoryLas personas le temen a lo que es diferente, no se abren a nuevas posibilidades y lo nuevo es peligroso para ellos. Los híbridos son personas que nacen con características animales, no precisamente tiene que ser hijo de su especie, puede nacer vinie...