CAPÍTULO 1

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El rechazo de la persona que amas es realmente doloroso para cualquiera, sientes que el mundo que antes te parecía hermoso cae de manera lenta frente a tus ojos, algunos se darían por vencidos con aquella persona y se alejarían para buscar a otros que reparen su herido corazón, pero siempre existe una excepción y ese es Milo, varias veces el caballero de Escorpio declaró su amor a Camus ya sea de broma en un principio para luego terminar con una declaración seria, lo cual es muy poco común en él, pero de igual forma fue cruelmente rechazado por el caballero de Acuario quien se caracteriza por reprimir sus emociones debido a que los considera innecesarios, aunque en la última situación descrita sintió un poco de lástima que fue reflejado en su rostro cuando dejó el lugar en donde había sido citado por Milo, sin que este se diera cuenta porque ya se encontraba bastante lejos.

Camus jamás había experimentado el sentimiento denominado amor, por ello se le hacía difícil distinguirlo en su interior, pero al aceptar sus emociones se arrepintió profundamente de cómo había tratado a Milo las veces en las que le había declarado su amor  y fidelidad por siempre.

NARRA CAMUS

Maldito Milo, como es posible que me haya logrado enamorar y ni siquiera me di cuenta de eso, es un idiota, bueno en realidad los dos somos así, pero bueno, ahora no saco nada reclamándome sobre eso, más bien tengo que buscar la manera de pedirle perdón, aunque me cueste, porque el dio tanto por mí, me defendió todas las veces en las que los demás me acusaban de traidor, siempre fue muy atento conmigo y me hacía sentir feliz, aunque no lo aparentaba. Me encontraba tan sumido en mis pensamientos que no me di cuenta de la presencia de mi único amigo Shura, quien se encontraba al lado con una mirada desconcertada y llena de sorpresa.

- Que haces aquí – respondí de forma un tanto brusca.

- Ohh no te preocupes estoy bien, gracias por preguntar – me dijo de forma sarcástica y con una mueca en el rostro.

- No te hagas el gracioso, estaba haciendo otras cosas antes de que me interrumpieras – Me aleje un poco de él para dirigirme a la cocina.

- ¿Así? Qué raro, porque yo solo te veía parado mirando a la nada, ¿Acaso hay algo que te preocupa? – Pregunto siguiéndome los pasos.

Shura es con el único con quien hablo aparte de Milo, mientras que a los demás solo les dirijo el saludo por cortesía, aunque últimamente estoy considerando dejar de conversar con Shura porque es demasiado metiche en algunas cosas y eso me exaspera demasiado, por no decir que no tengo paciencia para explicarle las cosas con todos los detalles para que entienda.

- Eso no es algo que te importa – dije mientras preparaba un té.

- Como no me va a importar, no siempre te veo pensando y mirando a la nada, ¿Acaso ya no me consideras tu amigo? Te aseguro que no encontraras a otro como yo – allí estábamos de nuevo, había olvidado que a pesar de mantener una actitud seria frente a los demás, podía ser dramático cuando quería, cuanto darían los demás por ver esa faceta suya.

- En primera yo puedo hacer lo que me plazca, y respondiendo a tu pregunta estoy pensando en que ya no lo seas, porque puedo encontrar mejores amistades, las cuales sean de mi completo agrado – lo mire con el ceño fruncido mientras me sentaba en una silla de la cocina.

- No sabía eso, pero bueno, recuerda que soy el único que te aguanta esa actitud, por ello no pidas mucho, aunque cambiando de tema, últimamente Milo no se ha pasado por aquí.

- ¿Acaso estas al pendiente de si Milo me viene a visitar? – le pregunte de manera molesta.

- Claro que no, no me malentiendas, lo digo porque si no recuerdas el siempre pasaba por mi casa para llegar a la tuya, así que no sé qué habrá pasado entre ustedes – me miro de forma acusatoria – O, mejor dicho, que le abras hecho para que dejara su rutina de visitas.

"Flor Pasajera" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora