NARRA MILO
La condición de Shaka no era saludable, resultaba imposible ignorar la falta de energías hasta en su caminar, pero aún así no insistí en ello cuando casi se desmaya; quizás fue una imprudencia de mi parte o tal vez no, además de que no tenía la suficiente confianza para tratar con él, no me sentía con el derecho de exigirle una respuesta cuando estaba totalmente claro que no diría absolutamente nada sobre su bienestar. Más verlo de esta manera es mortificante, resulta preocupante.
- Patriarca, me gustaría tratar a Shaka si es que usted me lo permite – mencioné poniéndome de pie y sosteniendo en mis brazos al inconsciente caballero de Virgo con sumo cuidado, no quería dañar más su frágil cuerpo, las heridas goteantes de sangre eran impactantes.
- Por supuesto que puedes hacerlo, te confío su seguridad y cuidado, cualquier cosa que ocurra por favor infórmamelo de inmediato, quiero estar al tanto de todo. – esbozó una sonrisa amable para después asentir con la cabeza a un ritmo lento.
- No se preocupe – hice una pequeña reverencia para encaminarme hacia las escaleras que marcaban el camino a los templos dorados, no sin antes cubrir a Shaka con mi capa, que felizmente había traído conmigo.
Mi primera opción fue curar las heridas de mi compañero en su templo, pero como no sé la ubicación de sus accesorios o cosas, ya sea su botiquín y demás, siendo que no quería causar un desorden y perder el tiempo en ello, decidí atenderlo en la casa de Escorpio que estaba relativamente cerca de quien tengo ahora en brazos, aunque dos tramos de escaleras no son algo que se deba menospreciar.
- Y ya estamos aquí – suspiré ruidosamente, no por el cansancio físico sino por la presión mental que estoy sintiendo en estos momentos, es difícil no pensar en Camus, tampoco se le observaba bien, pero el hecho es que no puedo hacer nada en aquel caso, ya que creo que para ello tiene a Shura – En cambio tu Shaka ¿Tienes realmente a alguien?... De acuerdo, no debería estar desvariando – sacudí la cabeza para acostarlo en mi cama y empezar a buscar el botiquín en el baño, en donde al paso me lavé las manos para evitar infecciones o esas cosas.
- Bien, tengo vendas, algodón, alcohol y pequeñas curitas, creo que es suficiente – reflexioné mirando los objetos en mis manos, tan solo espero que se recupere pronto, ese es mi deseo en este momento. Después de las batallas, pensé que jamás iba a ver a mis compañeros lastimados, se supone que tenemos otra oportunidad; una en la que cada quien pueda ser feliz a su manera – Por favor Athena, ayúdanos a alcanzar la tranquilidad – exhalé el aire que sin saber estaba conteniendo.
- Bueno, es momento de iniciar – acerqué un asiento al lado de la cama para atender a Shaka más cómodamente – Primero debería quitarle la parte superior...de acuerdo...manos a la obra – al retirar la prenda pude visualizar un corte profundo en su abdomen inferior derecho. Las heridas que poseía no eran algo que tomar a la ligera.
Me encargue de limpiar el corte para después cubrirlo con una venda bien sujeta a su cuerpo, la herida que tenía en la cabeza dejó de sangrar hace minutos gracias a la presión que ejercí con una tela, y repetí el mismo procedimiento con la ubicada en su abdomen, los raspones y rasguños fueron lo último que atendí, colocando las curitas en sus brazos y rostro.
- Aún el sol no se ha puesto por completo – susurré mientras levantaba la vista a la pequeña ventana en la habitación - ¿Sería una imprudencia visitar a Camus? – apenado solo puedo atinar a dirigir mis ojos hasta el suelo – tranquilo Shaka, por ahora no me apartaré de tu lado, te cuidaré y estaré pendiente de ti, al menos hasta que despiertes – dirigí mi mirada a la persona descansando en mi cama cubierta con sábanas blancas, siendo que no pude evitar esbozar una suave sonrisa al verme cuidando de alguien – estoy muy cansando, hasta mañana Shaka – musité acomodándome en la silla y apoyando la cabeza en mis brazos cerca de la cama.
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"Flor Pasajera"
FanfictionLas cosas en la vida son pasajeras, los momentos no duran para siempre, todo cambia con el transcurso de los minutos, más los destinos ya están sellados y eso lo descubrirán nuestros caballeros de Athena.