CAPÍTULO 24

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NARRA CAMUS

No puedo creerlo ¿Por qué Milo lo ayuda? ¿Es que acaso Shaka no tiene a otra persona? No entiendo ¿Por qué me causas más daño Escorpio? Ni yo mismo lo comprendo, da igual...si él lo quiere de esa manera que así sea no lo necesito ahora; es mejor que se vaya, no quiero que vea lo derrotado que estoy física y mentalmente. No lo soportaría.

- Camus ¿Estás bien? – escuché la voz de Shura en un tono ligeramente preocupado - ¿Necesitas algo? - colocó sus manos en mis hombros para ayudarme a tomar asiento en las gradas.

- En realidad, lo único que necesito es estar solo en este instante. Así que ¿Me podrías hacer el favor de irte? – espeté con cansancio y aspereza en la voz, frunciendo el ceño por el constante dolor de cabeza. La pelea no fue la mejor de todas, resulté herido por la falta de cuidado al ejecutar ciertas técnicas, supongo que las preocupaciones desequilibraron mi rendimiento.

- Discúlpame, pero en las ocasiones que te deje solo, terminaste en peor estado. No tienes cuidado cuando estas así – hizo un ademán con la mano para señalarme y sentarse a mi lado poco después.

- ¿Así? Shura deja de jugar. No necesito a nadie ¿De acuerdo? ... ¿Sabes? Más tarde hablamos, no tengo tiempo para tus reclamos o disparates – intenté levantarme, pero Shura no me lo permitió. ¿Por qué no quiere hacerme caso? Requiero tiempo a solas para reflexionar sobre lo sucedido y lo que vendrá a continuación.

- ¿Reclamos? Camus...tu y yo sabemos que no serían simples palabras. No puedes sencillamente ignorar lo que has hecho. No era necesario que las cosas terminaran de aquella manera, te fuiste por unos minutos y volviste diferente ¿Qué paso? – se levantó de su lugar en las gradas para ubicarse frente a mí.

- Lo que paso o no ya es tema pasado ¿No crees? Sin importancia por lo que a mí respecta. Además, eso no tiene nada que ver en esta conversación – alcé mi mirada molesta hacia su dirección, esperando que dejara de entrometerse en mis asuntos antes de que los analice por mi cuenta.

- Claro que tiene parte en esta conversación, sabes que no soy estúpido. Te conozco lo suficiente para apostar que tu paseo no fue lo que esperabas ¿Pensaste en algo que te trajo enojo? ¿Alguien menciono algo que te desesperó? Exijo una explicación – cruzó los brazos, con ojos que no aceptarían un no o cualquier desvío por respuesta.

- Que exasperante puedes resultar a veces Shura – suspiré fuertemente con cansancio mientras me tocaba la sien, la cual estaba empezando a molestarme. Mi cabeza se siente pesada y mi vista no está ayudando – De acuerdo, entonces acompáñame a mi templo para hablar. Aunque espero que sea rápido – me levanté lentamente, probando la funcionalidad de mis piernas con pasos cortos, evitando hacer una mueca por el palpitar en la frente.

- ¿Necesitas ayuda? No te ves exactamente en perfecto estado Camus. Si quieres puedo ayudarte a caminar – intentó sujetarme del brazo derecho para ser de algún apoyo, más lo aparté de un tirón.

- No quiero nada. Ahora si me permites ¿Podemos avanzar de una vez? – di ligeros pasos, ignorando el constante palpitar de mi cabeza, no sé cuánto aguantaré. Aun así, recibir lástima en estos momentos no está en mis planes.

- Si tú lo dices – dijo no tan convencido. Bueno, la desconfianza en su voz es claramente con razón, yo tampoco me creía a estas alturas, tanto por lo que hice como por mi andar – aunque si te sientes sin fuerzas o agotado puedes decirlo, no tengo ningún problema en brindarte una mano – a veces agradezco contar con la amistad de Shura, es a quien confiaría mis más grandes y graves secretos. Sin él no sabría en qué dirección mirar, su intervención en la forma de observar el mundo es bienvenida en cualquier situación.

"Flor Pasajera" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora