CAPÍTULO 3

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Antes de empezar, este capítulo lo hago en honor de mi queridísima amiga Loreli97 que cumple años, de seguro estás leyendo esto y solo quiero decir que te adoro un montón, siempre me apoyas en cualquier cosa y aquello lo valoro demasiado, como te dije anteriormente, puedes contar conmigo para lo que gustes y cuando lo desees ya que jamás me separaré de ti, pueden pasar años si quieres y nunca me verás de lejos, así que me tienes que aguantar. Te quiero mucho y espero que pases un feliz cumpleaños, tesorito divino.

- ¿Te puedo hacer una pregunta Milo? – inmediatamente levantó su cabeza para mirarme fijamente a los ojos, con una sonrisa en su rostro, acto que me incomodaba en demasía, por ello volví mi mirada al libro que sostenía en mis manos, al cual no est...

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- ¿Te puedo hacer una pregunta Milo? – inmediatamente levantó su cabeza para mirarme fijamente a los ojos, con una sonrisa en su rostro, acto que me incomodaba en demasía, por ello volví mi mirada al libro que sostenía en mis manos, al cual no estaba prestando atención desde que aquel individuo se interpusiera en mis intentos de olvidarme del mundo a mi alrededor.

- Claro dime, con toda confianza, sabes que siempre contestaré cada una de ellas con mucha sinceridad – a veces me pregunto cómo puede cambiar de expresiones tan fácilmente, ojalá yo pudiera hacer eso, lástima que no, aunque pensándolo bien no lo necesito.

- ¿Por qué pasas más tiempo en mi templo que en el tuyo? – le inquirí un poco curioso, solo que mi voz mantuvo la tonalidad de siempre.

- Bueno porque aquí se está mucho más cómodo, ¿Qué lees? Parecen solo garabatos – cambio de tema para acercarse más a mí, invadiendo de esta manera mi espacio personal, ¿Acaso no sabe respetar?

- Responde de forma más concisa y aléjate, además para tu información, este libro contiene textos escritos en francés – mencioné a la par que mis manos lo apartaban de mi lado, es sumamente incómodo, no sabe cómo me estresa con su simple presencia y todavía tiene la osadía de insultar la forma de escribir de mi lengua de origen.

- Pero es lo que en verdad pienso y siento – lo dijo mientras se arrodillaba en el suelo para tomar mis manos entre las suyas, quisiera retirarme de este lugar para dejar esto allí, pero a la vez no puedo moverme – ¿De verdad quieres saber? ¿Acaso no te lo he dicho antes? – me preguntó un tanto esperanzado de mi respuesta.

- Si me lo dijiste, lamento desilusionarte, porque no me acuerdo en lo absoluto – con ello aparté sus manos de las mías y me puse finalmente de pie para dirigirme a la entrada de mi templo, mirando hacia el horizonte en donde se podía notar los últimos rayos del sol que se perdían entre los montes. A veces me gustaría ser libre como la brisa del viento que mece mi cabello, sin preocupaciones o saber actuar en algunas ocasiones y no tener miedo a lo que digan los demás.

- Entiendo, pero tranquilo, te lo diré las veces que sean necesarias para que se queden grabadas en tu memoria y corazón, con la finalidad de que no las olvides jamás – ahora se a lo que se refiere, lo dijo muchas veces, lástima que no pienso rectificar mis palabras – no es por la comodidad del templo, también me siento demasiado bien en el mío, porque es mi espacio – si pero tu vienes a invadir el mío además de perturbar mi tranquilidad – lo que quiero decir es que no importa el lugar en el que me encuentre, por más que sea hermoso a simple vista, no es suficiente para que mi corazón se sienta en armonía – se puso delante de mí con una expresión diferente a las anteriores, esta parecía un poco seria – quiero que entiendas que mi corazón estará feliz siempre que me encuentre al lado tuyo, tú eres mi felicidad y no cambiaría ese hecho por nada del mundo. Yo te amo Camus – sé que esta confesión no es reciente pero igual causa estragos en mi interior.

"Flor Pasajera" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora