Convencer

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NARRA RUBIUS

Justo después de llorar y calmarme, llegaron los recuerdos más recientes: donde Samuel me bajaba de la mesa, me metía en su auto y... ¿un beso?, ¿le pedí un beso?

No sé si lo que pasó anoche sea del todo cierto, tengo fragmentos borrosos que no ayudan a juntar las ideas. La veracidad de mis recuerdos está en duda, tengo que pensar en la situación y lo probabilidad de que realmente haya ocurrido. Primero, es probable que sí que le haya pedido un beso debido a que estaba triste por lo ocurrido con Auron. Segundo, hay una probabilidad enorme de que se haya negado, él tiene novio, y a mis ojos ambos se aman demasiado, así que las probabilidades suben aún más. Tercero, ¿y si realmente me beso?, ¿por qué lo haría? se supone que él y Willy son la pareja perfecta e ideal, casi no tienen problemas e incluso ganaron el premio como la couple de la universidad, arrebatando el título a parejas heterosexuales.

Sea lo que sea que haya ocurrido anoche, debo evitar que se repita de nuevo.

...

-Por fin terminaste, creí que habías tropezado en la regadera -dijo cuándo me vio entrar a la cocina.

El olor era delicioso, café, huevos, miel, pan, todos esos olores se juntaban para formar una armonía y un ambiente de desayuno de película estadounidense.

-Sííí... -miré alrededor, tratando de inventarme un pretexto para salir de este lugar lo antes posible. -Ehhh, gracias por todo.

-¿Eh? ¿No te quedas a desayunar?

-No...yo tengo que, bueno, tú sabes -deja de cagarla, Rubius. -Quedé con unos amigos para ir a patinar y... -miré el reloj de la cocina. -Ya es muy tarde, me voy, gracias por todo de nuevo.

-Espera, estás en pi...

Ni siquiera dejé que terminara. Salí corriendo del lugar tratando de ubicarme, por suerte el departamento de Samuel está en la zona centro de la ciudad. Claro, suerte.

No pensé, hasta después, la condición en la que había salido: no tenía dinero, ni celular, las llaves de mi casa estaban perdidas, y para que las personas me vieran aún más raro, llevo puesta una pijama del color más extravagante de todos. ¡A quién se le ocurre comprar un pijama tan feo!

...

Tuve que caminar hasta el sur de la ciudad para llegar a casa, la gente me veía raro, me sentía estúpido y no dejaba de pensar en lo que había ocurrido la noche anterior. Si realmente besé a Samuel, eso sería un gran problema. Lo mejor es dejar de pensar en eso, Samuel no parecía raro ni incomodo, seguramente solo es un recuerdo falso que mi cabeza creó por pasar tanto tiempo con él.

Espero que Willy esté en casa, si no tendré que esperar a que llegue.

-¿Dónde pasaste la noche? -para mi suerte, Willy abrió la puerta poco después de diez minutos, se veía igual o peor que yo.

-Ehh -con tu novio. -Con Auron.

Me miró de arriba abajo.

-¿No es esa la pijama de Samuel? -joder con la maldita pijama, es que en serio ¿quién en su sano juicio se compra una pijama tan fea y reconocible?

-¿Samuel? ¿Por qué sería de Samuel? Sabes, hay muchas personas que compraron una pijama como esta, además que Auron está intentando cambiar un poco el color en su guardarropa.

-Ajá, ya veo.

-Bueno, me voy a mi cuarto, si escucho algo más estoy seguro que mi cabeza explotará.

Willy debe de ser un idiota para creerse la tontería que acabo de decir.

Debo de tratar de convencerlo de que nada está pasando, porque NADA ESTÁ PASANDO.

Devuélveme a mi novio ││RUBEGETTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora