Hablemos I

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NARRA VEGETTA

Todos estábamos en el hospital junto a la madre de Auron, esperando saber noticias de él. Nadie quería moverse de la sala de espera. Luzu había conseguido calmarse gracias a la ayuda de Fargan y Alex. En cuanto a Rubius, desinfectaron sus heridas y cubrieron algunos cortes con gazas, estaba bien, no había signos de contusión ni de huesos rotos. Willy fue llevado a un lugar a parte, el problema con su brazo era un poco más serio, si no se trataba correctamente podía infectarse y resultar en algo peor.

Nadie hablaba, la situación no se prestaba para decir algo. Poco después los policías llegaron a hacerle algunas preguntas a la madre de Auron, ella no sabía nada así que fue Luzu quien les contó todo; al final solo dieron indicaciones sobre qué hacer cuando Auron estuviera estable, si es que llega a estarlo, y que los agresores ya habían sido arrestado. En conclusión: nada para calmar nuestra incertidumbre.

-¿Te encuentras mejor? -pregunté a Rubius, no podía ver su rostro pues él estaba sentado y yo de pie a su lado, pero notaba como su cuerpo temblaba.

-¿Qué pasa si Auron...? -no fue capaz de terminar la oración.

-Está bien -dije acariciando su cabello. -Oye.

-¿Hmp? -su cabeza se recargó en mi cadera, sus ojos cerrados y el rostro relajado.

Dije que Willy era el chico más lindo del mundo, pero ver a Rubius de esa manera... tan encantador, hermoso y destrozado, sobrepasaba lo que sentía al ver a cualquier persona.

-Tengo que hablar con Willy, aún no he tenido oportunidad de hacerlo -sentí como se tensaba.

-Ok -dijo apartando su cabeza.

...

Me dirigí hasta el lugar donde se habían llevado a Willy, pero solo se encontraba una enfermera guardando los instrumentos que había utilizado para curarlo; gazas con sangre, alcohol, hilo, entre otras cosas de las cuales desconocía su nombre.

-Disculpe -llamé su atención.

-¿Si?

-Eeeh, ¿sabe a dónde fue el chico que acaba de curar?

-Mmm, no estoy segura, se fue hacia la izquierda, ese pasillo solo lleva hacia la sala de operaciones o al balcón, debería haber ido a alguno de esos lugares.

-Gracias.

Era imposible que estuviera en sala de operaciones, pues era el lugar donde estábamos esperando noticias sobre Auron, así que me dirigí hacia la única opción lógica.

En realidad no se trataba de un balcón convencional, más bien una terraza donde predominaba el olor a medicamentos y a cloro. El balcón tenía una forma circular que rodeaba todo el piso, algunas plantas para adornar y una banca desgastada. Un ambiente que podría parecer pesado, pero en realidad contenía una extraña tranquilidad; la altura perfecta para visualizar parte de la ciudad, el cielo nocturno nublado junto con un aire frío, el lugar perfecto para hablar.

Me lastimaba el corazón pensar la razón por la que estaba aquí. A la cercanía, en la orilla, una persona de espaldas, solitaria, interrumpiendo la pasividad del ambiente.

Tenía que hablar con él, tal vez no era el momento adecuado, pero debía aclarar todo, darle una explicación lo antes posible, para que dejara de torturarse con lo que fuera que estuviese pensando.

-Willy -llamé acercándome lentamente.

-¿Qué quieres? -al voltearse, su rostro sin expresión, sus ojos nublos, una imagen totalmente diferente a como lo imaginé.

¿En serio fui tan miserable como para causar que Willy ya no sintiera nada?

-¿Podemos hablar?

-Para eso estás aquí ¿no? dudo que pueda escapar de eso, te conozco perfectamente, si quieres algo harás lo que sea para conseguirlo ¿no es así?

Sus indirectas resultaban lastimeras, al punto de que pensé que el anterior Willy, el tierno y maduro, había desaparecido para traer a esta nueva persona, y yo tenía toda la culpa.

-Tal vez piensas que esto será lo más predecible y cliché que diré, pero si no lo digo entonces no tiene sentido que hablemos -me acerque a la orilla junto con él, ninguno de los dos nos mirábamos, dejaríamos que las palabras tomaran todo el protagonismo y transmitieran nuestros sentimientos. -Lo siento Guille, realmente lo siento. Tienes todo el derecho de odiarme y decidir no perdonarme, pero antes te pido que me escuches un poco ¿de acuerdo?

-Habla -dijo después de un rato.

-No sé cómo pasó esto, debí de impedir que mis sentimientos continuaran, pero... -no pude continuar.

Soy una mierda.

Nadie se merece lo que le hice a Willy.

¿Qué pasará si de repente me enamoro de alguien más?

¿Rubius pasará por lo mismo?

Tal vez solo debería quedarme solo.

No, realmente amo a Rubén, lo sé porque se trata de algo muy diferente a lo que siento con cualquier otra persona, lo sé porque cada vez que lo miro siento que debe ser mío, lo sé porque quiero que se quede conmigo, lo sé porque quiero verlo feliz, porque me lastima de sobremanera verlo triste, porque me enoja verlo con alguien más, porque sí intenté detener estos sentimientos y... no pude.

-Puff –bufó Willy terminando con el silencio incómodo. –Déjame hablar a mí -Willy volteo en mi dirección, no sabía si estaba listo para mirarlo de frente, pero no me quedó otra opción. -Eres un imbécil.

-¿Eh? -¿qué es esto?

-Pero eres un buen imbécil -su mirada bajó, una sonrisa pequeña adornó su pálido rostro. -Fue bueno el tiempo que estuvimos juntos, pero siempre sentí esa vibra de que tal vez uno de los dos quería más al otro. Creo que fui el ganador ¿no?

-Will...

-No he terminado -era raro oír hablar a Willy con un tono tan serio. Entendí que se trataba de algo mucho más importante de lo que pensé; de nuevo me sentí una mierda. -Me perecía extraño verte a ti y a Rubius llevándose tan bien en tan poco tiempo, después incluso fue más extraño; estar tan al pendiente de él al punto de ir a buscarlo por su ausencia, cargarlo en tu espalda hasta la casa, curar sus heridas... todo eso resultaba extraño para mí, pero llegué a pensar que todo se trataba de tu exagerada amabilidad. Hasta que un día me detuve a verlos detenidamente, la forma en la que se miraban sobrepasaba cualquier sentimiento que tuvieras por mí, y la forma en la que te miraba resultaba nueva, no puedo decir que alguna vez miró a Auron de esa manera.

Ya no lloraba, su voz ya no se entrecortaba, todo era seguridad y firmeza. Willy es una persona a la que siempre admiraré por cargar con todo el peso de nuestra ya inexistente relación.

-Tienes suerte Samuel, Rubius es un idiota pero es una increíble persona. Tienes que cuidarlo, porque es mi hermano y si te atreves a hacerle lo que me hiciste a mí, entonces no te perdonaré ¿entendiste, Samuel de Luque? -su dedo amenazante frente a mí. -Aah, olvídalo, no tienes que explicarme nada, sé que lo amas, lo entiendo perfectamente, solo... quiero lo mejor para los dos y... quiero pedirte algo más.

-Lo que quieras -de nuevo volvió a mirar en dirección a la ciudad frente a nosotros.

-Tiempo. Necesito tiempo antes de que ustedes decidan lo que sea que quieran hacer con su relación -volteó a mirarme, ahora sus ojos brillaban, no del tipo de brillo previo a llorar, más bien como si de nuevo volviera a ser el chico del que alguna vez estuve enamorado. -Tal vez estoy siendo muy egoísta.

-Todo el tiempo que necesites -dije sonriendo.

-Gracias.

-No, Willy, gracias a ti... por todo.

Dos personas bajo una noche fría, aclarando las cosas y decidiendo terminar. Dos personas que pasaron tanto tiempo juntas que se conocían a la perfección. Dos personas que ahora solo eran amigos.

Amigos que alguna vez se amaron. 

Devuélveme a mi novio ││RUBEGETTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora