Habían pasado dos largas semanas en las que el ambiente entre los vecinos estuvo parcialmente calmado. Y parcialmente es decir mucho, puesto que habían tenido una que otra discusión que detonaba en improperios y maldiciones por parte de Gulf, y en miradas asesinas por parte de Mew.
El moreno era ciertamente pacífico, tomando en cuenta que Gulf siempre trataba de sacarlo de sus casillas jugándole bromas de mal gusto y hasta insultandolo, pero éste siempre se mantenía sereno e imperturbable ante sus fallidos intentos por molestarle. Aunque al principio Mew sí había reaccionado a sus provocaciones, parecía que ya estaba lo suficientemente familiarizado con ellas que no le causaban ningún efecto más que la ira que no lograba exponer.
Y Gulf se preguntaba cómo era qué aquel hombre era capaz de contenerse tanto y no estallar en su contra. Hasta que conoció el motivo por el cual Mew se mantenía tan ajeno a sus provocaciones...
¡Pruk Panich!
Gulf se había dado cuenta de que desde hacía una semana el tipo había estado acompañando a Mew a la academia cuando éste iba a dejar a Win a sus clases. También había notado lo cercanos que eran y como el moreno parecía tan familiarizando con la cercanía de aquel tipo de piel blanca y cabello azabache, y eso, ciertamente, le molestaba un poco.
¡Mucho!
Mew reía estúpidamente por cada cosa que salía de la boca del contrarío. Gulf observaba todo desde su salón de clases, y aquello no hacía más que aumentar su enojo contra Mew. Le fastidiaba verle sonreír tan hermosamente a aquel tipo. Odiaba cuando sus manos grandes y morenas tocaban confianzudamente el cuerpo del otro. Sentía que algo dentro de él se quemaba a fuego lento cuando Mew abrazaba por los hombros al chico y éste parecía ser feliz con ello...
Aunque si era sincero con él mismo, lo que realmente le molestaba era ver a Mew sonreírle a alguien más.
Porque Gulf lo sabía, no era estúpido como para no darse cuenta de que tenía un pequeño enamoramiento con su vecino enemigo de al lado. Y ahora ese chico de piel inmaculada había llegado para robarle toda la atención de Mew, que según Gulf, le pertenecía a él.
Pero Gulf desconocía muchas cosas en todo aquello. Como que Zee no estaba allí solamente para hacerle compañía a Mew, y que el fuerte lazo que Mew y Zee compartían iba a más allá de lo romántico. Ellos eran hermanos del destino, que habían tenido la suerte de encontrarse y formar una amistad tan fuerte y solida como un pilar de mármol.
Gulf solo veía lo que quería ver y no lo que realmente era.
Por eso cuándo el director le había notificado que a partir de la semana siguiente sería el mismo Zee quién se haría cargo de llevar y traer a Win a sus clases, Gulf no había dudado ni un segundo en que aquel chico era un interés romántico de su vecino.
¿Por qué qué otra razón existía?
Si él se haría cargo de llevar y traer a Win, sólo quería decir que estaría quedándose en el apartamento de su vecino, viviendo con él. Y el solo pensamiento hizo que el estómago de Gulf doliera como si acabara de recibir un fuerte golpe.
Pero nada estaba más lejos que aquello Gulf suponía...
(...)
— ¿Estás de acuerdo con mi sugerencia?
Zee lo sopesó un rato, luego sonrió hermosamente a su amigo y asintió vehemente.
— ¡Muy de acuerdo! — contestó.
El proyecto de la renovación de la academia había sido una agradable propuesta para Zee, puesto que hacía mucho tiempo no se hacía cargo de un trabajo tan serio como aquel. Pero dado a lo emocionado que estaba por dirigir el proyecto de renovación, había acompañado a Mew cada día durante esa semana para analizar la estructura del lugar y así empezar a hacer los planos de sugerencia que entregaría al director.
La academia ya era hermosa, con su estructura perfectamente tallada y sus grandes pilares que le hacia lucir levemente como esas iglesias renacentistas que a él tanto le gustaban. Pero sin duda, y pese a la bonita apariencia, el lugar necesitaba un poco de luz y vida para que luciera más como una academia moderna y no un lugar donde se celebra la misa los domingos.
Con las ideas que Zee ya se había hecho en la cabeza y las sugerencias de su amigo Mew, aquella academia pasaría de tener la apariencia de la Parroquia Di San Gennaro en Italia, a lucir como lo que era. Una academia superior de música y arte. Con espacios relacionados al arte y la música y colores que embellecen la vista. Dejando atrás el aburrido blanco y gris que adornan las paredes, y las puertas de madera curada que solo opacaban la belleza incomprendida del lugar.
Había mucho en que trabajar, y Zee no tenía tiempo que perder. Por eso le había pedido a Mew que él se hiciera cargo de los planos de la zona exterior y él llevaría y traería a Win de sus clases para así tener más tiempo de explorar el lugar y seguir llenándose la idea de cabezas para los planos interiores.
Mew, por otro lado, estaba contento de tener a Zee en la academia, así no se sentía solo mientras su hermano estaba en clases. La presencia de su amigo le hacía sentir calmado, y siempre que su vecino arremetía contra él, bastaba con que Zee dijera unas palabras para que Mew lograra controlarse y dejar atrás lo que sea que ocurriera con su infantil vecino.
Una de las cosas que Zee le había aconsejado, era que se mostrara indiferente ante la presencia del profesor. Y Mew se lo había tomado tan en serio, que incluso lo había ignorado en múltiples ocasiones, sin saber que esto solo incrementaba la molestia en el contrario.
Podía sentir la mirada de éste pegada en él, quemándole con esos preciosos ojos felinos, y sin embargo, Mew no flaqueó, y se mantuvo firme en ignorarlo lo mejor que se le hizo posible.
Afortunadamente tenía a su amigo que le ayudaba distrayéndolo de aquella dura tarea.
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Opuestos ➻ Mewgulf.
FanficMew Suppasit es un arquitecto adicto al trabajo, comprometido y meticuloso con los detalles. También es incapaz de concentrarse si no hay absoluto silencio. Gulf Kanawut es un compositor y pianista consumado que no puede vivir sin música, por eso s...