Mew aparcó el auto y salió de el seguido de Win, quién desde el día anterior lucía enojado y decaído. Indagó al respecto, pero sólo obtuvo un gruñido que le indicaba que no era buen momento para sus preguntas. Lo dejó estar y se concentró en terminar los planos pendientes, aunque se reprendia no haber insistido más con el asunto, puesto que no le gustaba para nada ver a su hermano con el ceño fruncido y las manitas apuñadas.
Más tarde hablaría con él.
Cuando entraron a la academia, Mew se olvidó de todo, hasta de él mismo, y sólo se pudo concentrar en el encantador profesor de cabellos castaños que mantenía una conversación con el director, ajeno totalmente a él y a su alrededor. Suspiró cómo un bobo cuándo el chico le regaló una mirada fugaz, antes de regresarla al hombre frente a él.
Sus ojos almendrados y fuertemente rasgados hacían juego con su nariz pequeña y respingona, junto a su sensual y apetecible boca de labios rellenos y esponjosos.
¡Mataría por besar ese pedazo de cielo en la tierra!
Carraspeó avergonzado de si mismo por el flujo morboso en el que fluían sus pensamientos con respecto a ese encantador chico. Pero es que no lo podía evitar. Desde que lo había visto por primera vez no había hecho otra cosa más que pensar en él. Incluso había soñado con él, y había sido tan real que parecía que lo conocía de toda la vida y su mente lo condenaba a pensar en él de esa forma tan atrevida para alguien que apenas conoce.
Win caminaba a su lado, serio y desanimado. No había un atisbo de alegría en su rostro tierno y adorable. Temía que alguien lo estuviera molestando y no se lo quisiera decir para no cargarle con más problemas. Pero Mew no consentía que las inquietudes de Win fueran un problema para él. Era su hermano, y su deber y querer, era estar para él todo el tiempo, lo que la vida juntos durara.
— ¿Por qué no quieres decirme que sucede contigo? — inquirió con deje de tristeza en su tono.
Win lo miró de soslayo y suspiró derrotado. Sabía que era una señal de rendición, y que luego de ese puchero que habia hecho le diría lo que ocurría con él.
Lo conocía tan bien.
— Conoci a tu vecino ayer y no me agradó en absoluto —artículo, mientras inconscientemente se pegaba a Mew en busca de su refugio.
— ¿Qué pasó con él, Winie? — había sido una exigencia más que una pregunta. Si ese desconocido mal educado había lastimado a su hermano se las vería con él. Incluso pediría la ayuda de Jumpol de ser necesario.
— Me habló feo y se burló de mí —sus ojitos se habían aguado, lo que sugería que estaba por romper a llorar en cualquier momento.
¿Pero quién sería capaz de lastimar a alguien tan dulce y adorable como su Winie?
Eso no tenía sentido para Mew.
— ¿Que te ha dicho? — prosiguió preguntando.
— Había sido amable conmigo cuándo me lo encontré en el ascensor, pero cuando vió que me adentraba a tu apartamento él se molestó y me dijo algo con respecto a unas notas en la puerta, pero yo no entendí — articulaba tan rápido con las manos que muchas veces se equivocó, por suerte Mew tenía escuela con el lenguaje a señas y pudo entender lo que su hermano quiso decir.
Así que las notas lo habían molestado...
Quizás Jumpol tenia razón y él estaba siendo muy educado y respuetuoso con él. Le había perdonado las noches en vela, pero que molestara a Winie, absolutamente no.
— ¿Cómo es él? — preguntó. Quería saber cómo era al tipo al que se enfrentaría.
— Es un ratón gigante de pelaje negro — sollozó. Mew boqueó confundido y enseguida Win se carcajeó.
— ¿Un ratón?
— Su aspecto es como el de un ratón. Tiene ojos chuecos y boca pequeña... Es muy lindo.
¿Lindo? ¿Cómo podía decir que era lindo si el tipo lo había molestado? ¿Es que Win tenía algún complejo masoquista y gustaba de los tipos abusadores?
Quería replicar pero la dulce voz del profesor le interrumpió, y por supuesto que no se quejó.
Se giró sobre sus talones y encaró al profesor con la expresión más neutral que encontró. Pero seguro que había fallado, por la forma en la que el contrario le sonreía y lo miraba directamente a los ojos. Se había puesto nervioso por esa acción, pero no podía negar que también le gustó.
— ¡Buenas tardes, señor Suppasit! — saludó tímidamente.
Win sonrió con picardía, por lo que optó por dejar a su hermano solo con su profesor y dirigirse al salón a esperar que las clases iniciaran.
— Buenas tardes — sonrió —. Puede llamarme Mew, profesor Kanawut.
— En ese caso — coqueteó —, usted puede llamarme Gulf.
— Será un placer, Gulf.
Ambos sonrieron en complicidad por el coqueteo implícito. Aunque no lo dijeran y se negaran a aceptarlo, entre ellos habia un atracción fuerte, como un hilo jalando de ambas partes.
No sabían que era, simplemente estaba allí, entre ellos dos y nadie más.
Algo tan extraño para dos personas que apenas se conocen.
Gulf estaba seguro de que ellos se llevarían muy bien... Lo sentía muy fuerte en su pecho. Como una señal del destino.

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Opuestos ➻ Mewgulf.
FanfictionMew Suppasit es un arquitecto adicto al trabajo, comprometido y meticuloso con los detalles. También es incapaz de concentrarse si no hay absoluto silencio. Gulf Kanawut es un compositor y pianista consumado que no puede vivir sin música, por eso s...