Gulf había quedado prendado de aquella sonrisa brillante desde el primer día, y no le hacía justicia que al guapo moreno le gustara exhibirla con orgullo. Sabía que era guapo, pero pese a ello Gulf podía sentir que no era un hombre que gozara de alardear de su atractivo y eso era un encanto añadido a esa personalidad tímida y taciturna del moreno.
Sonrió enternecido cuando éste empezó a anudarse los dedos nerviosamente. Gulf realmente sabía lo que su belleza exótica podía provocar en las demás personas, pero en Mew provocaba algo totalmente diferente. Si bien podía sentir que el moreno gustaba de deleitarse visualmente con su figura y su lindo rostro, también estaba la manera tan dulce y tierna de contemplarlo mientras lo tenía cerca. Mew lo miraba a los ojos a pesar de su timidez, y Gulf podía sentir que éste no buscaba en él su belleza, sino la profundidad de su personalidad y era algo que lo volvía completamente loco.
Nunca nadie se había interesado por él tan profundamente. Los hombres normalmente estaban satisfechos con su belleza y no se interesaban en que había más allá de ello. Mew hacía totalmente lo contrario. Cada día, durante ése mes, había ido a dejar y a traer a Win, y aprovechaba cada oportunidad que tuviera para preguntarle sobre su día y si todo marchaba bien en su vida. Detalles que para los demás pudieran parecer irrelevantes, pero que para él no pasaban desapercibidos.
— ¿Win ha hecho amigos últimamente? — preguntó el moreno, mientras profundizaba su mirada. Algo que terminó por calar hasta lo más profundo de los huesos de Gulf.
¡El maldito lo estaba volviendo loco!
— Afortunadamente se ha vuelto muy cercano a Saint — contestó con satisfacción. Le había alegrado mucho que ambos se hubieran llevado tan bien desde el primer momento —. Saint es un jovencito parcialmente sordo, pero es casi tan encantador como Win.
Mew asintió complacido con la respuesta. Desde el día en que su hermano le había contado lo de su vecino desconocido él había estado en sobre alarma con respeto a él. Afortunadamente, y para alivio de Mew, el vecino no había vuelto a dar la cara, y ni él ni su hermano lo habían buscado, pese a que cada maldita noche de ése maldito mes las paredes vibraban ante el sonido estrindente de unas vocinas.
El piano no había sido suficientemente, sino que el muy desgraciado había recurrido a usar parlantes para inquietar aún más fuerte su noche. Mew ya no sabía que hacer, pero había decidido guardar la calma por Win y porque no queria meterse en problemas justo cuando en su vida laboral y personal todo marchaba viento en popa.
— ¡Me alegra tanto escuchar eso, Gulf! — explayó, con un sonrojo carmesí cubriéndole los mofletes. Aunque el lindo profesor le hubiera autorizado llamarlo de esa forma, Mew seguía poniéndose nervioso al referirse a él sin honoríficos, siendo que no estaba acostumbrado a ello.
— A mi también me alegra que se lleve tan bien con Saint, porque siento que ambos están avanzado positivamente con el apoyo del uno del otro — dijo, acercándose aún más al guapo moreno —. Mi hermano se unirá hoy a mi clase, y espero que Win también pueda entablar una amistad con él.
Mew asintió de acuerdo.
— No sabía que tenias un hermano.
— Vive conmigo desde que me mudé a Bangkok. Es un niño rebelde pero de buen corazón.
— ¿También le gusta la música como a ti?
Gulf lo sopesó. La disyuntiva de Mew lo había tomado por sorpresa. Si bien sabía que su hermano disfrutaba de una buena banda de rock o de sus amados clásicos en inglés, no sabía a ciencia cierta si éste tenía una pasión por la música. Bright siempre se había desempeñado en la pintura. Desde pequeño fue creativo y talentoso, y Gulf se sentía muy orgulloso de él.
— Le gusta la música, pero no se unirá a mi clase porque sea su vocación.
Mew frunció el entrecejo, algo confundido con la respuesta.
— ¿Entonces por qué se unirá? — indagó.
Gulf suspiró desanimado.
— En realidad lo hará porque no quiere estar solo en casa mientras yo trabajo — dijo —. Consegui que entrara a recibir cursos intensivos de dibujo y pintura porque es lo que le apasiona, pero las clases terminan antes, lo que le deja una hora libre mientras yo termino mi última clase, por eso se unirá para aprovechar el tiempo, aunque creo que se aburrirá rápido.
— Creo que eres un hermano increíble por hacerte cargo de tu hermano y por tratar de cuidar de él aun cuando no estás con él — comentó el moreno, mientras sonreía hasta que sus ojos se volvíeron unas pequeñas lunas —. Ojalá Win y él se puedan llevar muy bien.
Gulf asintió y luego de intercambiar unos cuantos comentarios con coqueteo implícito se despidieron, con la promesa de reencontrase al final de la clase.
Mew no veía la hora de que ése momento llegara.
(...)
Win bostezaba cansino sobre el hombro de su amigo Saint, mientras éste traspasaba las partituras de una página a otra. A pesar de que Win amara las clases de su profeso favorito, ése día simplemente no podía soportar ni su conciencia. Se sentía agotado, tanto física como mentalmente. Un mes de mal sueño había hechos estragos en su cuerpo y mente, y eso truncaba un poco el avance en su tratamiento alternativo. El doctor seguramente pensaría que él no estaba poniendo suficiente de su parte, pero la verdad era que su jodido vecino arruinaba su vida, en especial sus noches.
Todas las noches, sin excepción alguna, las paredes retumbaban hasta muy entrada la madrugada, dejándolo con muy pocas horas de sueño y con un humor de los mil demonios. También sentía mucha lástima por su hermano que era el más afectado de los dos. Mew se miraba demacrado y su piel había perdido mucho de ese brillo anacarado que lo caracterizaba, y todo gracias al escándalo nocturno de su vecino.
Win lo odiaba con toda su alma. No entendía como una persona con un aspecto tan atractivo podía ser tan desagradable, grosero y molesto. No entendía como esos ojitos de ratón podían reflejar tanta picardía y maldad... Tampoco entendia porque no había podido dejar de pensar en él desde el día que lo conocio.
Debería de aborrecer cada parte de él, pero si era honesto con él mismo, adoraba la imagen del bonito chico en su mente. Tan guapo, varonil y altivo. Aveces podía verlo reflejado en el rostro de su profesor Gulf, pero acreditaba aquello a que le había gustado tanto que lo miraba en el rostro de cualquier persona.
Eso, o realmente existía un extraño parecido entre ése chico y su profesor.
Win no tardó en quedarse dormido en el hombro de su amigo, restándole importancia a todo lo demás. Se sentía realmente cansado, y no ayudaba mucho que su hermano hubiera gestionado para cambiar su horario y recibir las clases diariamente y no cada dos dias como al principio. Aunque Win sabía que aquello había sido un movimiento de su hermano para estar cerca de su profesor, él no lo agradecía en absoluto.
— Hoy es un día importante — escuchó que decía su profesor a la distancia, pero le restó importancia y siguió descansando sobre el hombro de su amigo — Mi hermano se nos unirá a partir de hoy a la clase — continuó —. Mi hermano es un chico especial y agradable, y de verdad me gustaría mucho que pudieran cuidar de él lo que resta del curso.
Escuchó como el salón se llenó de aplausos y algarabilla, pero él siguió sin restarle importancia en absoluto. No le importaba de quién se trataba, él sólo quería dormir un poco.
Y cuando abrió los ojos minutos más tarde se dió cuenta que, quizás, ¡sólo quizás! si le importaba de quién se trataba...
¡No!
¡Eso no podía ser posible!
¡Él no podía estar allí!
¡Él no debía estar allí!
Y como si de un castigo divino se tratara, esos ojos profundamente oscuros chocaron con los suyos y se perdieron allí... Sin poder mirar a nada más... A nadie más.
¡Estaba perdido!
¡Malditamente perdido!
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Opuestos ➻ Mewgulf.
FanficMew Suppasit es un arquitecto adicto al trabajo, comprometido y meticuloso con los detalles. También es incapaz de concentrarse si no hay absoluto silencio. Gulf Kanawut es un compositor y pianista consumado que no puede vivir sin música, por eso s...