Opuestos ➻ Mewgulf.

14.

Zee ya se había marchado para cuando las clases de Win habían llegado a su fin. Aunque siempre se quedaba a esperar para acompañar a Mew, esta vez había tenido un asunto más importante que tratar en la empresa. Y por asunto importante se refería a su hermano Jumpol siendo un desastre sin supervisión.

Mew se había despedido de él acompañándolo hasta la salida de la academia, todo bajo la mirada atenta del lindo profesor de música que luchaba por mantenerse sereno y no caer en los celos.

Cosa que le estaba empezando a resultar muy difícil cuando se trataba del guapo moreno y el tipo de piel blanquecina.

Bright había notado éste cambio drástico en su hermano desde la aparición de ese personaje en la academia. Trató de no hacerse historias y solo acreditaba el mal humor de su hermano a la enemistad que había entre los vecinos y ellos. Pero descartó aquello cuando empezó a analizar más a fondo el comportamiento de Gulf, y se dió cuenta de lo que en realidad sucedía...

¡Su hermano estaba celoso!

¿Era eso posible?

¡Por supuesto!

Gulf Kanawut estaba jodido en todos los sentidos. Su cerebro le gritaba que debía odiar a su estúpido y sensual vecino, pero su cuerpo, corazón y alma le ordenaban sucumbir a sus deseos y correr a los brazos del guapo moreno.

¿A quién debía seguir?

El dilema era más complejo si ponía sobre la mesa los pros y contras de ligar con su vecino. Para empezar, él estaba seguro de que Mew ya no estaba interesado en él. El siguiente punto era el problema entre sus hermanos que día con día solo incrementaba. También estaba el hecho de que el tal Zee podía ser un prospecto a interés romántico del moreno. Tenía tanto en su contra y tan poco a su favor que le era difícil ordenarlo todo en su cabeza y mantenerlo fuera de su sistema.

— ¿Te gusta? — le preguntó Bright, mientras le ayudaba a recoger sus pertenencias del escritorio.

Gulf se sonrojó.

— No sé de qué hablas — mintió, evitando el contacto visual con su hermano.

Pero Bright no era tonto, hacía mucho había descubierto su secreto y no desistiría de preguntar hasta obtener la respuesta que quería.

— Sé que te gusta el idiota — susurró el menor de los hermanos, viendo disimuladamente a los dos hermanos que hablaban entre señas al otro lado del pasillo —... Sé que estás en todo tu derecho de gustar de alguien, pero tienes que tener en cuenta que nuestro vecino no debe ser una opción.

El mayor arrugó él entrecejo y dirigió sus preciosos ojos gatunos a la imagen del guapo moreno sonriéndole dulcemente al adorable Win.

¿Por qué no podía ser una opción?

¿Por qué Bright tenía que opinar sobre su libertad amorosa?

Él nunca le había dicho nada con respecto a Win y Saint. Sabía perfectamente que a Bright le gustaba Win, pero también sabía que Saint tenía un enamoramiento con él, y sin embargo Gulf jamás había comentado nada al respecto por no incomodarlo. Pero Bright no pensaba igual que él...

Porque si Gulf era sincero, nada de eso estaría pasando si no fuera a causa del comportamiento de Bright. Él no tendría porque estar en un limbo de amor-odio con su vecino, cuando perfectamente podría estar en una relación con él. Él no tendría que haber pasado por nada de lo qué pasó si su hermano hubiera tenido consideración con él y no se hubiera metido el problemas.

— ¿Por qué no puede ser una opción? — preguntó, y Bright blanqueó los ojos con obviedad.

¿Qué era tan obvio para él que Gulf no lo entendía?