Opuestos ➻ Mewgulf.

2.

Pasaron por un restaurante de comida rápida luego de salir de la academia. Win se notaba entusiasmado mientras comia su hamburguesa con tocino y doble queso. Mew, por el contrario, comía tranquilo sus papas francesas con queso y carne. No podía, ni quería, dejar de pensar en el apuesto y tierno profesor de música. Se miraba tan joven como para ser el profesor de su hermanito.

Win lo estaba amando.... Y a él lo tenía fascinado.

— Y dime, Winie — exclamó, llamando la atención de menor. Mew sonrió ante la imagen de su hermanito a dos carillos y embarrado de salsa por todos lados. Era como un niño pequeño, adorable y travieso —, ¿el profesor es bueno contigo?

Confiaba en que así era, pero era una buena excusa para saber más del chico que lo había puesto como colegial en su primer enamoramiento.

No lo podía creer. Hacía tanto desde la última vez que se sintió de esa manera... Ni con Namtarn había sentido aquella conexión cuando fueron pareja en el pasado.

Gracias a la vida que aquella relación había terminado.

Win giró tiernamente la cabeza hacía un lado, tragando el mogollón de comida que retenia en los mofletes y sonrió. Parecía un pollito picoteando el pan de la enorme hamburguesa.

— Es muy amable y dedicado — artículo con los deditos manchados de mayonesa y salsa de tomate. Mew quería tomarlo de las mejillas y pellizcarlo por ser tan dulce y bonito —. Aunque no ha sabido como tratar conmigo, ya sabes, porque no puedo hablar...

El semblante del menor cambió bruscamente ante lo dicho. Sabía que no era culpa del profesor el no saber tratar con él, pero le hacía sentir mal ver reflejado lastima y pesar sus ojos.

No le gustaba que lo tratasen mejor o que le tuviesen lástima sólo por su "discapacidad".

Mew lo sabía y por eso se levantó de su asiento y se sentó a su lado, lo abrazó con fuerza mientras repartía besos cortos, tiernos y cálidos en su cabeza.

— ¡Hey! tranquilo. Él quizás no sabe que puedes escuchar perfectamente — dijo, animando al menor de cabizbajo —. Hablaré con él en la próxima clase y le explicaré que puedes escuchar, más no hablar.

Win asintió estando de acuerdo con su hermano.

Cuando no hubo más alimentos en sus bandejas, tomaron sus cosas y salieron del local hacía el auto. El camino hasta el apartamento de Mew fue realmente corto. Técnicamente la academia quedaba a sólo unos diez minutos en auto y veinte a pie.

A la próxima le pediría a su hermano que caminaran.

Entraron al apartamento y Win automáticamente corrió hacía el enorme sofá gris para tumbarse y encender la pantalla gigantesca de televisión. Mew rió enternecido por la actitud casi infantil de su hermanito. Vamos, que era pequeño para él aunque Win ya tuviera dieciséis años.

El moreno se quitó los zapatos y se estiró con cansancio, antes de dirigirse a su habitación y quitarse la ropa para tomar una ducha larga y relajante.

Su hermano se quedarían con él lo que le restaba de semana, así que no tenía la preocupación de ir nuevamente a casa de su madre hasta el siguiente lunes.

Tarareó a todo pulmón cada canción de la lista de reproducción aleatoria que se había puesto en el móvil antes de meterse a bañar. Bohemian Rapsody sonaba mientras él se cepillaba los dientes.

«Scaramouche! Scaramouche!
Will you do the fandango?», tarareó con la boca llena de espuma.

Se envolvió una toalla a las caderas y salió de regreso a su habitación para sacar del guardarropas una pijama limpia y un par de calcetines calentitos. El temporal de invierno se acercaba y por las noches hacía tantísimo frio que a él se le congelaban hasta los huesos.